martes, 31 de julio de 2018

MALCOLM HOLCOMBE. "ANOTHER WISDOM" (2003). El Tom Waits folkie de los Apalaches



Cómo es Internet. Estaba buscando artículos sobre Roscoe Holcombe, cuando me encuentro con otro Holcombe, otro folkie, también de los Apalaches (aunque no de Kentucky sino de North Carolina), Malcolm Holcombe. Y pensé lo típico en estos casos: cómo podía haber pasado por alto a un músico tan auténtico como éste. Me ayudó a adentrarme en su obra un título que llamó mi atención, "Mister in Morgantown"; y me llamó la atención por algo personal, puesto que viví una temporada en esa ciudad de West Virginia, en pleno corazón de los mencionados montes. El tema me recordó de inmediato a ese bluesy "Walking Spanish" del LP Rain Dogs de Tom Waits (músico al que por cierto escuché profusamente durante mi estancia en Morgantown) sobre todo por la voz rasgada del de Carolina del Norte. Y, claro está, me agencié el disco, en el se incluía, Another Wisdom, de 2003, y resultó ser una delicia que excede con mucho la etiqueta de folk al uso.

La principal virtud del disco es que, sin olvidar sus raíces, folk Malcolm Holcombe envuelve su producto en estilosas capas de jazz, blues y pop e inyecta en la rudeza intrínseca al folk una sutileza como pocos en el género. Comienza el álbum con "The Station", una descarnada crónica rural filtrada por formas propias del jazz rock de los 70 con unos sugerentes teclados y una percusión cálida en la que se dejan ver, coloristas y traviesos, unos bongos. Más típica del universo folk es la segunda canción, "Bring The Water On Down", con ese finger-picking y ese fiddle y esa dicción a lo Dylan, aunque también hay algún destello pop a lo Wilco (hay que recordar que en aquel 2003 los de Tweddy eran lo más en la escena americana).  Algo más bluesy y vacilona es "Woman Missin'"; el tema tiene un ritmo a lo "Heart of Gold" de Neil Young, un estribillo poppy de lo más pegadizo y una guitarra eléctrica solista envuelta en trémolos que taladran las fibras sensibles del oyente. Con "Love Abides", Holcombe vuelve al finger-picking, al violín y al folk agridulce, esta vez cercano al gran maestro folkie de Virginia, Doc Watson.



"Mister in Morgantown", como ya dije, me atrajo a este disco por la cuestión personal mencionada pero aquí añadiría que es muy representativa del peculiar estilo de tocar la guitarra de Holcombe, un estilo muy percutivo en el que se permite golpear sin piedad la caja y a medio camino entre el slap y el clawhammer hace chillar rítmicamente las cuerdas usando las uñas (sin púas, ni de dedos ni púa plana) mientras casi vuelca la caja de su dreadnougt sobre el regazo (yo también tengo esa manía cuando toco... me alegra saber que no soy el único). A este temazo le sigue el que da título al disco que para mí es junto con "Mister in Morgantown" de lo mejor del LP. En este caso, en "Another Wisdom" en vez del guiño al blues del tema anterior se amalgama con el folk, el pop y el jazz para dar un resultado exquisito. Por su parte, el siguiente tema "Sleepy Town", que es lo que llamaríamos aquí una nana, vuelve a mezclar la ternura del pop con la calidez del jazz para acercarse al folk-pop de los 60, Buffalo Springfield o Beau Brummels, por ejemplo. Otro gran tema.


De planteamiento más tradicionalista es "Marvalene's Kitchen", donde el finger-picking nos remite a maestros del rag como el mencionado Doc Watson o John Fahey. Algo más melosa y sentimental es "Who Carried You", donde Malcolm adopta otra vez ese tierno aire dylaniano para crear uno de los mejores temas del LP, sin olvidar que a ello ha contribuido un violin capaz de hacer saltar lágrimas. Muy distinto es "Captured By Paradise", una mezcla de Country & Western y jazz rock en la línea de bandas de los 70 como Ozark Mountains Daredevils o Marshall Tucker Band, tema que introduce un contrapunto rítmico y rockero a la melancolía folkie. Y para terminar una balada llamada "Grace in Sand" deja un retrogusto sedoso en el paladar del oyente. Siento repetirme una vez más pero solo puedo acabar esta reseña discográfica de esta manera: qué pena que un genio como el de Malcolm Holcombe siga siendo desconocido para la mayor parte del público.