Iñaki Domínguez
El Mundo, 22/12/2024
Manolo Campoamor fue el primer cantante de Kaka de Luxe, grupo que dio el pistoletazo de salida a la Movida Madrileña. Hoy es pintor, también un buen conocedor de la intrahistoria capitalina. Campoamor nació en la zona de Estrecho, en 1958: "Viví los primeros 10 años de mi vida en la calle Tenerife. Iba al colegio Zumalacárregui, hoy día se llama Jaime Vera. Está en Bravo Murillo, 162. Es un edificio neomudéjar, un colegio precioso. Recuerdo que íbamos con un amigo y su abuelo y parábamos en una tienda que ya no existe a comprar caramelos por unidad. Con las pocas monedas que teníamos nos daba para tres o cuatro e íbamos todo el camino hasta el cole contentos".
Continúa: "En esa época, en el colegio nos daban una botella pequeña de leche y una valenciana. Qué bien te cuidaban en aquella época... Eso sí, los profesores manoseaban a los alumnos. Yo he vivido abusos sexuales tanto de profesores laicos como de religiosos. Yo solo sabía que eran unos pesados: '¿Qué coño quieren de mí? ¿Por qué me están metiendo mano?'. Yo siempre me escapaba. De hecho, suspendí Geografía porque era el profesor más tocón. No iba ni a clase porque no quería pasar por eso. No tenía miedo, sentía como asco. De esa época solo tengo buenos recuerdos. De los malos, sólo me acuerdo una vez, que fuimos a jugar a la Dehesa de la Villa y vimos a unos matando a un gato. Le ataron una cuerda al cuello y pusieron al otro extremo un ladrillo. Y tiraron el ladrillo a tomar por saco...".
Por entonces, Bravo Murillo estaba poblada de cines. "Todos las salas guapas estaban allí. Había uno que era el Cine Montija [en Bravo Murillo 121, inaugurado en 1934], que eran de esos antiguos que entrabas por detrás de la pantalla. Ahí pasábamos horas y horas de novillos. Comprabas pipas y estabas horas viendo un western y una de Tarzán, por ejemplo. Las veíamos de seguido. También recuerdo haber visto en uno de esos cine 2001: Una odisea del espacio (1968)".
"Mi padre fue campeón del peso Gallo de boxeo en los años 30", continúa Manolo. "Se llamaba Ángel Campoamor Romero. Iba tatuado ya en el año 35 o 36. Nació en 1916. Llevaba tatuado un puñal y un corazón, y una banda al lado en la que ponía 'María', mi abuela. ¡También tenía a Betty Boop y a Mickey Mouse! Era algo modernísimo para la época. Yo siempre tuve una gran relación con él. Tras morir mi madre, nos mudamos a Hortaleza, que era mucho más macarra. En el Instituto San Isidro teníamos unos enemigos con los que hacíamos batallas de piedras [las llamadas dreas]. En esa casa recuerdo el Blah, Blah, Blah (1986), un LP de Iggy Pop producido por Bowie, que mi padre y yo poníamos mientras encerábamos el suelo juntos. Yo ponía Iggy Pop a todo trapo y mi padre y yo bailábamos esas canciones sacándole brillo al suelo. Hortaleza en esos años era un descampado. Recuerdo un arroyo donde había ratas. Nos encantaba bajar y perseguir a las ratas. Era como vivir en la selva".
A finales de los 70, Manolo conoció a Alaska: "Conocí a Olvido en un concierto, porque éramos los dos únicos punks que había. Sería 1977. Curiosamente, antes de ser punkis, nos gustaba el glam. Recuerdo que llevábamos una chapa de Kiss, hecha como con brillantes. Y eso te diferenciaba del resto de gente de tu edad, que eran todos progres. Alaska y yo ligamos y, al volver de vacaciones, me llamó y me dijo que estaban buscando un cantante, que si quería ser yo. Yo acababa de ver a los Damned de teloneros de los Clash, en Zurich. Dije que sí a Alaska y montamos Kaka de Luxe en 1978. Aunque éramos muy malos, nos lo tomábamos muy en serio".
Kaka de Luxe ensayaban en el Ateneo: "Era un edificio que estaba en Prosperidad y era medio okupa. En la parte de abajo había una galería de arte [el Saco], donde también expuse, porque a mí siempre me ha interesado el arte. Eso era un antiguo colegio y arriba había aulas, que era donde ensayábamos. Pero había muy poca seguridad y nos robaron el equipo. En una de las antiguas aulas dormía Poch cuando vino de Bilbao. Entró como batería de los Pegamoides y dormía ahí porque no tenía casa en Madrid. Ponía unos cartones debajo de la batería. Creo que cocinaba ahí y todo".
Kaka de Luxe murió por falta de éxito: "Empezamos a ir a la mili, nos distanciamos un poco y cambiamos de nombres para ver si enfocábamos el asunto de otra manera y empezamos a llamarnos Alaska y los Pegamoides. Tenía que cantar ella. Los pegamoides eran unas pegatinas (como las etiquetas de los precios) que se utilizaban en los buzones y nosotros los llamábamos 'pegamoides'. Eso a veces lo cogíamos y lo pegábamos en la cazadora. Alaska tenía conciencia de lo que quería hacer, quería ser una estrella mediática. Al ponerse a cantar, hizo que el grupo recibiese mucha más atención, porque ella tenía mucha imagen. En la época de Kaka de Luxe nos paraban los turistas por la Plaza de España, que era donde vivía Olvido, para preguntarnos si éramos famosos porque nuestro aspecto no era el de la gente común. Hoy día nos seguimos viendo, sobre todo en los entierros de los amigos".