jueves, 25 de abril de 2024

JOHN PEEL, LA VOZ QUE HIZO SONAR LA MÚSICA INDEPENDIENTE EN LAS ONDAS

Rafa Cervera

Culturplaza, 14/01/2024


Para Brian Eno fue la persona más importante en la industria musical británica durante casi medio siglo. Feargal Sharkey, excantante de The Undertones. dijo de él que era el locutor más importante que habíamos conocido. El día de la muerte de John Peel en muchos sitios sonó a modo de despedida “Teenage Kicks”, la canción más popular de dicha banda. Peel había expresado en reiteradas ocasiones que era su canción favorita de todos los tiempos. Casi todo lo que Peel decía solía ir a misa. Su voz y su olfato para descubrir nuevos talentos fueron decisivos en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XX. 

El infarto que acabó con su vida el 26 de octubre de 2004 impidió también que siguiera ejerciendo como inagotable detector de nuevos artistas, con posibilidades de dejar huella  en la historia de la música. Inglaterra lloró la muerte de John Peel y Jarvis Cocker, que entonces lideraba Pulp, uno de los grupos a los que el locutor había apoyado sin dudar, declaró: “En un mundo cada vez más estandarizado y previsible, Peel hizo una labor insuperable, tanto que no sé quién podrá sustituirle ahora que ya no está”. Veinte años después, ya sabemos la respuesta a esa duda. Nadie ha podido porque sustituir a John Peel porque su desaparición formó parte del fin de una era. Una época en la que un disco podía provocar ,iles de diminutas revoluciones. Quizá no llegaran a cambiar el mundo, pero sí a miles de personas que quedaban contagiadas al mismo tiempo por unas canciones. Ocurrió con Bowie, ocurrió con The Smiths, con Pixies, con Nirvana, con The White Stripes... Todo habían sonado antes en el programa de John Peel.

Elvis Presley fue el primer músico que le hizo sentir que un cambio importante se había producido en la música popular. Por aquel entonces tenía quince años y estaba en un colegio que detestaba. “Todo cambió cuando escuché a Elvis”, declaró en una ocasión. “De repente había algo justo allí donde hasta entonces no había nada”. En 1959 abandonó su Liverpool natal y se instaló en Estados Unidos para trabajar como locutor en una emisora de Dallas. Fue cuando descubrió que su marcado acento británico le abría puertas, algo que se acentuó cuando la beatlemanía cruzó el Atlántico. A partir de ese momento, América soñaba con todo aquellos que fuera inglés, y Peel empezó a ser tratado como si fuese miembro de la realeza. 

Cuando asesinaron a John Fitzgerald Kennedy, pudo entrar en la habitación donde estaba retenido Lee Harvey Oswald, y eso ocurrió solo por su acento. En 1967 regresó a Inglaterra y fundó lo que entonces se denominaba una emisora pirata. Eran radios libres que emitían desde lugares en los que las autoridades no pudieran cerrarlas y que ofrecían una programación musical alternativa a la que imponían las listas de éxitos. Allí, después de la medianoche, Peel presentaba The Perfumed Garden, el primer programa con el que se convirtió en un faro para los aficionados ávidos de información en un momento en el que las novedades musicales eran muchas y muy sugerentes. Su espacio era el único de las ondas británicas en el que sonaban bandas como Jefferson Airplane, Tyrannosaurus Rex –que unos años después mutarían en T. Rex- y Captain Beefheart, autor de Trout Mask Replica, el álbum que siempre estuvo en el primer puesto en las listas de sus álbumes predilectos.

El salto a la BBC no tardó en llegar. Allí puso en marcha el programa que hizo de él una institución. La principal característica del John Peel Show consistía en que su conductor dejaba que las canciones sonaran completas, algo que los oyentes que grababan los programas agradecían infinitamente. Por aquel entonces, Peel tenía un ascendente hippie que marcaba sus gustos. Su amigo Rod Stewart fue el responsable de que comenzara a fijarse más en el rock. Dicen que después de verlo asistiendo a uno de sus conciertos se lo llevó a la barra y lo invitó a cerveza hasta emborracharlo y lograr así que su aura mística desapareciera un rato. Eso fue a principios de los setenta. Peel ya había apostado por la nueva encarnación musical de Marc Bolan y también por la enésima reinvención de David Bowie, que en 1971 se había teñido el pelo de color zanahoria y, al igual que Peel, había abandonado las tonalidades hippies para centrarse en el rock & roll. Personajes malditos como Nico y Syd Barrett pasaron por su estudio para grabar sus célebres sesiones –pequeños conciertos en el estudio- cuando eran más unos incomprendidos que unas leyendas. También lo hicieron Nick Drake y la Incredible String Band, Can y Kevin Ayers.

Pero fue a partir del punk que Peel comenzó a convertirse en una brújula imprescindible. Supo ver hacia dónde se encaminaba el futuro y programó a grupos como Sex Pistols, The Clash o Ramones, nombres que espantaban a otros programadores. Y fue entonces cuando sus Peel Sessions se convirtieron en una herramienta imprescindible para dar a conocer a muchos de los nombres que no empezaban a dar que hablar. Siouxsie & the Banshees sonaban en el programa de Peel antes de que ninguna discográfica los hubiese contratado. Su programa ofrecía un servicio público: difundía nuevos brotes creativos y funcionaba como reclamo para que público e industria se acercaran al artista o la banda en cuestión. Lo habitual es que el proceso sea el contrario: la industria le da a la emisora el disco ya hecho y el locutor lo pone para captar público. “Si no hubiese sido por John no habrían existido ni Joy Division ni New Order habrían existido”, declaró Bernard Sumner, miembro fundador de ambos grupos. “Fue una de las pocas personas que dio a los grupos que tocábamos música alternativa la oportunidad de ser escuchados. Y durante el resto de su vida siguió apoyando ese tipo de música innovadora”. 

Peel era un observador abierto. Su apoyo incondicional a The Smiths hizo que el festival de Glastonbury los incluyera como cabezas de cartel, lo cual supuso un cambio esencial para el festival. Su curiosidad no terminaba con las canciones hechas en lengua inglesa. Consideraba la música pop como manifestaciones culturales globales porque la música es un lenguaje universal. Gruff Rhys recordaba cómo apoyó también la música cantada en galés. “Fue el único locutor inglés que la programó durante años -dijo tras su muerte-. No hacía demasiado caso de asuntos como el britpop pero apostaba por corrientes como el drum ‘n’ bass y el techno, corrientes que se desarrollaban al margen de los medios de comunicación”. Incluso Elton John tuvo palabras de gratitud para él tras su muerte: “Hay una infinidad de artistas que están en deuda con él debido a su entusiasmo, y yo soy uno de ellos. Me ayudó en milos años formativos de mi carrera y jamás olvidaré su bondad y su humor”.

miércoles, 24 de abril de 2024

ROKY ERICKSON: EL ROCK PSICODÉLICO LO INVENTÓ ÉL

Rafa Cervera

Culturplaza, 21/04/2024


El invento del rock psicodélico se le suele atribuir a Roky Erickson, músico tejano que falleció hace casi cinco años, por causas que su familia nunca aclaró. Erickson es también uno de los genuinos artistas de culto del siglo xx, alguien tan singular que podemos calificarlo de legendario sin riesgo de sonar ridículos. Su trayectoria artística halló una dirección definitiva en 1965, cuando conoció al estudiante de psicología Tommy Hall, cuyo objetivo era crear una música que ayudara a expandir los límites de la mente. Montaron el quinteto llamado 13th Floor Elevators y se dedicaron a perseguir esa meta bebiendo, ellos y su música, de la fuente mágica del LSD, por entonces una sustancia todavía legal. El sonido del grupo nació empapado de aquel compuesto químico; rock primitivo y alucinógeno, pero con canciones tan arrebatadoras como “You’re Gonna Miss Me”. The Psychedelic Sounds Of The 13th Floor Elevators, aparecido en 1966, fue el primer álbum que hizo referencia a la psicodelia en el título. En la funda interior del disco el grupo firmaba un alegato a favor del consumo de LSD para favorecer “una nueva manera de relacionarse con la vida y sus problemas de una forma más cuerda”.  Los Elevators tuvieron éxito en su ciudad natal, Austin, estado de Texas y también en San Francisco, donde los hippies desarrollarían a conciencia las posibilidades del ácido. El mánager de Jimi Hendrix quiso que los Elevators lo telonearan en una gira, pero quedarse en casa les facilitaba ponerse ciegos, por lo que declinaron la oferta. Hubo pocos conciertos en los que el grupo no saliera a escena colocado de ácido. Sacaron dos álbumes más, Easter Everywhere (1967) y Bull Out Of The Woods (1968) antes de implosionar. Cuando eso ocurrió, Erickson ya estaba internado en un penal de máxima seguridad para criminales con problemas mentales.

Roger Eynard Erickson nació el 15 de julio de 1947 en Austin y fue el hijo mayor de cinco hermanos. Su padre era un arquitecto alcohólico que maltrató a su madre y, posiblemente, también a sus hijos. Roky comenzó a tocar el piano a los cuatro años. Creció leyendo tebeos, viendo películas de terror y escuchando rock & roll, especialmente el del también tejano Buddy Holly. La música le permitió exorcizar sus miedos y luchar contra los demonios a los que había estado enfrentándose desde niño. Unos meses antes de graduarse abandonó la universidad para tocar rock & roll con The Spades. En 1965 tuvieron un éxito local con “We Sell Soul” y luego Erikson se fue con Hall para montar los Elevators. La reputación drogadicta de la banda hizo que estuvieran constantemente en el radar de la policía de Texas. En 1968, Erikson fue víctima de un ataque nervioso durante un concierto. Fue internado y sometido a terapia electroconvulsiva. Poco después la policía lo detuvo. Le encontraron un porro y fue juzgado por posesión de drogas. Lo condenaron a diez años de prisión. Su abogado le recomendó que alegara locura para evitar la cárcel y cumplió la pena en un centro psiquiátrico del cual intentó escapar varias veces. Acabó recluido en la unidad de máxima seguridad del Hospital Rusk de Texas. Allí estuvo confinado con asesinos y violadores, y también tuvo la oportunidad de conocer a un admirador de los Elevators que había asesinado a su familia bajo los efectos de un colocón de pegamento. Hasta que recobró la libertad en 1972, estuvo sometido a tratamientos experimentales y a más sesiones de electrochoque.

En 1975 se declaró, por medio de un documento legal, como un ser de otro planeta. La ciencia ficción y el terror se convirtieron en inspiración para sus letras y para todo en general, porque bautizó a su nuevo grupo de acompañamiento como The Aliens.  Fue otro tejano ilustre, Doug Sahm, uno de los primeros colegas en acudir a su rescate. Produjo el primer disco de Erikson en solitario, un sencillo con dos de sus temas clásicos, “Two Headed Dog” y “Starry Night”, que publicó en su propio sello, Mars Records. A lo largo de los años venideros y hasta su muerte, Erikson obtuvo el apoyo de otros músicos que le ayudaron a seguir trabajando o le ayudaron económicamente. Stu Cook, de Creedence Ckearwater Revival le produjo un disco. Henry Rollins le pagó una dentadura nueva y le publicó el libro de letras Openers II. The Black Angels fueron su grupo cuando volvió a los escenarios en 2007 y Okkervil River le acompañaron en el que fue su último disco, True Love Cast Out All Evil (2010). En 1990 se organizó un disco de homenaje que buscaba recaudar fondos para ayudarlo y también dar a conocer su obra a nuevas generaciones. Primal Scream, Julian Cope, REM, The Jesus & Mary Chain, sus paisanos y fans ZZ Top y The Butthole Surfers participaron en el disco. Su título era Where The Pyramid Meets The Eye, donde el ojo se encuentra con la pirámide, la frase con la cual Erikson solía contestar si le preguntaban qué era la psicodelia. Los años en los que estuvo bajo la tutela legal de su madre era fácil verlo caminar sin rumbo por los aledaños de su casa. La gente lo tomaba por un vagabundo, pero su espíritu errante supo cómo transformar todo aquel caos interior en canciones arrebatadoras o en soberbias piezas de rock & roll: “You Don’t Love Me Yet”, “Burn The Flames”, “I Walked With A Zombie”, “Don’t Slander Me”...



En 2001 su hermano Sumner puso orden en el caos legal que había impedido que a Roky le llegara dinero de sus discos; a continuación, le cedió el control sobre todo ello. En un reportaje aparecido en 2009 en la revista Uncut, Sumner declaró: “Roky tiene mucha paciencia con el mundo que le rodea. No cae en la trampa de intentar explicarse a sí mismo. Es como si estuviera dispuesto a esperar a que llegue el día en que será comprendido porque sabe que ese día llegará”. En aquel mismo artículo, Jaan Uhelzski contaba que el Volvo de Erikson lucía una pegatina donde podía leerse: “No todos los que deambulan quieren ser encontrados”. En aquel momento, su regreso a los escenarios parecía garantizado. Había hecho una gira que lo había llevado a tocar en Coachella y  Londres, donde había sido invitado a participar en el Meltdown Festival que se año organizaba Jarvis Cocker. Su leyenda empezaba a dejar paso a la realidad. Era cierto que Erikson dormía con varias televisiones y una radio conectadas para intentar acallar las voces que oía en su cabeza. Pero también era cierto que el tópico del músico enajenado por las drogas no se ajustaba a su caso. En aquellos tiempos se tendía a meter a Erikson, Syd Barrett, Peter Green o Skip Spence en el compartimento de los genios que un día se fueron de viaje psicodélico y no pudieron encontrar el camino de regreso a casa. Su problema era una esquizofrenia que seguramente se fraguó al filo de las experiencias traumáticas de su infancia. Las canciones que surgieron como causa de aquel conflicto han inspirado a varias generaciones de músicos. Una de las más conmovedoras dice esto: “Ya no caen rayos, pero no puedo hacer que llueva / porque eso sólo me causaría dolor / porque todavía no me amas”. Eso hace tiempo que cambió. Hoy somos muchos los que amamos a Roky Erickson.

domingo, 21 de abril de 2024

¿POR QUÉ NO FUERON A WOODSTOCK LOS BEATLES, ROLLING STONES, THE DOORS Y LED ZEPPELIN?

Clarín, 21/04/2024


¿Por qué no tocaron en Woodstock The Beatles? ¿Fueron invitados The Doors? ¿Por qué Iron Butterfly no pudo interpretar sus más de 17 minutos de la lisérgica In-A-Gadda-Da-Vida? ¿Por qué no volaron The Byrds hasta Nueva York? ¿Qué pasó con Led Zeppelin? ¿Y Bob Dylan? ¿Dónde estaban The Rolling Stones? Sin ellos, el festival hizo historia. Con ellos, justo ahora 50 años, habría sido descomunal.

Estas son las razones de sus ausencias.

The Rolling Stones y una película olvidada

En agosto de 1969, The Rolling Stones estaba en proceso de reestructuración. En junio, durante la grabación de "Let it Bleed", Brian Jones fue despedido. Un mes después, falleció ahogado en su piscina. Fue sustituido por Mick Taylor, quien debutó en un concierto en Hyde Park, que se convirtió en homenaje a Jones tan sólo dos días después de su muerte. No volverían a dar un concierto hasta el mes de noviembre, en Colorado.

En ese tiempo, recibieron la oferta para tocar en Woodstock, pero fue rechazada porque Mick Jagger, en un paréntesis entre el concierto de Hyde Park y la grabación de "Let it Bleed", viajó a Australia para rodar la película "Ned Kelly" sobre el famoso ladrón de los bosques australianos. Fue un fracaso de 1970 que casi nadie recuerda y una de las razones por las que The Rolling Stones no apareció en Woodstock.

The Doors: una mala repetición del Monterrey Pop Festival

Si hubo un antecedente del Woodstock, ese fue el Monterrey Pop Festival de 1967. Allí tocaron The Who, Otis Redding, Janis Joplin, Jefferson Airplane, The Byrds, Simon & Garfunkel o Jimi Hendrix para crear un modelo de festival que después se repetiría a lo largo de las décadas. Allí no estuvieron The Doors, que tampoco aparecerían por Woodstock. En agosto de 1969, se encontraban en un momento convulso. Acababan de publicar The Soft Parade, seguramente su trabajo más flojo y, además, Jim Morrison estaba envuelto en plena polémica por su escandaloso concierto en Miami, por el que sería juzgado y que provocó la cancelación de muchos conciertos del grupo.

La explicación la dio el teclista Ray Manzarek en una charla en la web oficial del grupo: "Nunca tocamos en Woodstock porque fuimos estúpidos y lo rechazamos. Pensamos que sería una repetición de segunda clase del Monterrey Pop Festival". El guitarrista Robbie Krieger añadió algún detalle más: "Pensamos que en un lugar a 300 kilómetros de Nueva York no iría nadie a tocar. Nos equivocamos". Como curiosidad, hubo un miembro de The Doors que sí estuvo en Woodstock: John Densmore. En uno de los planos de la actuación de Joe Cocker se puede ver al batería de The Doors entre el público.

Jeff Beck Group y la infidelidad de un jardinero

Después de abandonar The Yardbirds, uno de los grupos más influyentes de Inglaterra en los años 60, el guitarrista Jeff Beck se unió al cantante Rod Stewart, al bajista Ron Wood, al batería Mickey Waller y al teclista Nicky Hopkins para formar Jeff Beck Group. En junio de 1969 acababan de sacar Beck-Ola, su segundo álbum, y fueron invitados a Woodstock. De hecho, aparecieron en el cartel para tocar el 17 de agosto, pero no lo hicieron.

Siempre se dijo que no acudieron a la cita porque la banda se había disuelto. Sin embargo, hay otra versión. La dio Rod Stewart en su autobiografía Rod: The autobiography: "Nos alojamos en un hotel en el aeropuerto JFK con el plan de saltar al evento y regresar a Londres la misma noche. Pero llegó una llamada. Jeff perdió la cabeza. Se había enterado de un rumor, que resultó ser falso: su mujer tenía una aventura con el jardinero. Decidió irse a casa y todo se acabó". Al final, un miembro del grupo sí estuvo en Woodstock: Nicky Hopkins, que tocó con Jefferson Airplane.

Jethro Tull y una visión de futuro

El grupo de Ian Anderson aún no había pegado el pelotazo. Antes del festival, había sacado su segundo trabajo, "Stand Up", y quedaban dos años para la salida del reconocido "Aqualung". Aún así, fueron invitados a tocar en Woodstock, pero Anderson prefirió mantenerse en la sombra para asentar musicalmente la formación británica.

En una entrevista con The Philadelphia Inquirer, explicó que la banda estaba buscando sus señas de identidad. Consideró que era "pronto" para tocar en un festival que sabía que se iba a convertir en algo inmenso. En su casa discográfica, Chrysalis Records, estaba Ten Years After, que sí tocó en Woodstock y obtuvo el impulso mundial que necesitaba.

Décadas después, Anderson se encontró con el grupo en un festival y preguntó al bajista Leo Lyons qué iban a tocar."Me respondió: 'Las mismas que en Woodstock'. Seguían haciendo lo mismo 40 años después. Para mí, habría sido ponerle límites a nuestra música ser conocidos solo por las canciones que hubiéramos tocado en el festival. Para ellos fue como una maldición porque nunca dejaron de estar asociados a Woodstock. Mi decisión de no tocar en el festival ha sido una de las mejores de mi carrera".

The Moody Blues: del cartel original a París

El nombre de la banda británica aparecía en el primer cartel original del festival, pero finalmente no tocaron en Woodstock. En 1969 tenían cinco álbumes en el mercado, incluidos los aclamados "Days of Future Passed" y "On the Threshold of a Dream".

La causa por la que no culminaron su presencia en el festival, la explicó en 2016 Justin Hayward, guitarrista de la banda, en una entrevista concedida a la publicación estadounidense OnMilwaukee. "A veces me pregunto si fue una buena decisión. Estábamos en la lista de algunos de los carteles. Finalmente, decidimos no tocar en Woodstock porque habíamos construido una base sólida de fans en Europa. Tocamos en París el fin de semana de Woodstock y luego en el festival de la Isla de Wight. Irónicamente, a Bob Dylan también le propusieron tocar en Woodstock, no fue y también apareció en la Isla de Wight".

Iron Butterfly y un helicóptero que no llegó

Otro de los grupos que aparecía en el cartel primigenio y que finalmente no tocó fue Iron Butterfly. Los miles de asistentes al festival se quedaron sin escuchar "In-A-Gadda-Da-Vida", tema icónico de la década de casi 18 minutos. La causa, un helicóptero que nunca llegó. Michael Lang, principal promotor del festival, escribió las razones de la ausencia de Iron Butterfly en el libro "The Road to Woodstock": "Fueron contratados para el domingo por la tarde, pero John Morris (coordinador de producción) me dijo que su agente había llamado en el último minuto demandando un helicóptero. Estábamos hasta las narices de problemas y le dije que se olvidara. Teníamos cosas más importantes con las que lidiar".

Luego, Morris, ante las exigencias de Iron Butterfly, contestó con un telegrama que contenía un mensaje oculto descifrable. Cada letra mayúscula del principio de cada frase reunía otra contundente: "For reasons I can't go into Until you are here Clarifying your situation Knowing you are having problems You will have to find Other transportation Unless you plan not to come" ("Por razones que no puedo decir hasta que estés aquí Aclarando tu situación Sabiendo que estás teniendo problemas Tendrás que encontrar Otro transporte A menos que planees no venir").

Bob Dylan, tan cerca y tan lejos

Después de un accidente de moto, Bob Dylan se refugió en su casa, que precisamente estaba muy cerca de donde se celebraría Woodstock. Desde julio de 1966 vivía recluido y apenas se dejó ver en público. En su sótano grabó con The Band y alumbró "John Wesley Harding" y "Nashville Skyline". Salvo una aparición en 1968 en un concierto en honor a Woody Guthrie en el Carnegie Hall de Nueva York, Dylan no sumó más en tres años. La organización no dudó en invitar a Dylan, que declinó la invitación.

Las causas aún no se saben con certeza. Hay dos teorías: la enfermedad de uno de sus hijos o que no soportó que su casa estuviera rodeada de hippies. Al final, reapareció el 31 de agosto en el Festival de la Isla de Wight, sólo dos semanas después de Woodstock. De todos los ausentes, fue el que más cerca estaba.

Led Zeppelin: la ambición de Peter Grant

Peter Grant, el manager de Led Zeppelin, recibió la invitación para tocar en Woodstock. En pleno despegue del grupo, con su primer álbum en el mercado, quería impulsar el nombre de sus representados y que no fueran eclipsados por nadie. Por tanto, decidió que Jimmy Page, Robert Plant, John Paul Jones y John Bonham tocaran en el Asbury Park de Nueva Jersey el 16 de agosto. En concreto, dieron dos pases, a las 19.30 y a las 22.00 horas.

Curiosamente, Joe Cocker compartió escenario con Led Zeppelin, que fue cabeza de cartel. Cuando terminó su concierto, se marchó directamente al Festival de Woodstock. Grant declinó la invitación y Joe Cocker triunfó con una actuación inolvidable.

The Beatles: John Lennon, Yoko Ono y un visado

En plena descomposición de la banda, The Beatles fueron invitados al festival. Woodstock llegó en un mal momento para los "Fab Four", que estaban inmersos en el que sería su canto del cisne, "Abbey Road", que saldría a la luz en septiembre de 1969 y cuya grabación culminó el 20 de agosto. Antes, en enero, ofrecieron el que sería su último concierto de la historia, la conocida aparición en la azotea de los Apple Corps en Londres. Nunca más tocarían juntos en público.

Pero, la razón por la que no acudieron a Woodstock, siempre fue una incógnita y hay varias teorías al respecto. La primera, que John Lennon exigió tocar con Plastic Ono Band junto a Yoko Ono. La segunda, que John Lennon no podía entrar en Estados Unidos por problemas con el visado por sus críticas a Richard Nixon y por un arresto por tenencia de drogas en 1968. Al final, la causa más probable era, simplemente, que ya no se soportaban y sus días como The Beatles estaban contados.

The Byrds y el miedo a no cobrar

Hacía tiempo que The Byrds había dado una vuelta a su formación. Primero, abandonaron David Crosby, Michael Clarke y Gene Clarke. En medio, con Chris Hilmann y Gram Parsons, dieron un giro a su estilo y cambiaron el pop psicodélico por el country-rock que alcanzaría su cenit "Sweetheart of the Rodeo". Antes de Woodstock, Hillman y Parsons ya habían dejado el grupo, y, en agosto de 1969, lo formaban el mismo McGuinn, Clarence White, Gene Parsons y John York.

En plena gira por Estados Unidos, durante un vuelo, Roger Mcguinn fue informado por su manager de la posibilidad de tocar en un festival que se estaba montando en Nueva York. Sin embargo, corría el rumor de que no estaban pagando a todas las bandas y finalmente decidieron que no acudirían. "Nos perdimos el mejor festival", diría años después York. The Byrds tocaron el 11 de agosto en Boston y no volvieron a hacerlo hasta el día 31 en Nueva Orleans. Entre medias, se perdieron Woodstock.

miércoles, 10 de abril de 2024

WARREN ZEVON, MR. BAD EXAMPLE

Miquel Botella Armengou

Ciudad Criolla,  07/09/2020


Fue el autor de éxitos como Werewolves Of London y estaba considerado uno de los cantautores más originales, satíricos e ingeniosos surgidos en Los Ángeles en la década de los setenta. Hoy hace diecisiete años desde que nos dejó mientras dormía, víctima de un cáncer de pulmón que le habían diagnosticado pocos meses antes.

Parece como si Warren Zevon hubiera esperado a la publicación de The Wind para irse al otro barrio a los 56 años. Fumador empedernido hasta que lo dejó tiempo antes de morir, Zevon anunció en septiembre de 2002 que le habían diagnosticado un cáncer terminal de pulmón y que solo le quedaban unos pocos meses de vida. El cantante los aprovechó para estar junto a sus hijos y para trabajar en ese último álbum, publicado el 26 de agosto de 2003; la muerte le llegó el 7 de septiembre.

A pesar de la gravedad de su salud, Warren afrontó la situación con el mismo sentido del humor presente en su música, en canciones como I’ll Sleep When I’m Dead o Life’ll Kill Ya. En una ocasión declaró que “escogí un determinado camino y viví como Jim Morrison, y he durado treinta años más que él. En la vida tomas decisiones y has de apechugar con las consecuencias”.

Nacido en Chicago en 1947 y de progenitores inmigrantes rusos (como Barry Gifford, su padre era una especie de gánster), durante los sesenta se trasladó a Los Ángeles, donde se ganaba la vida grabando cancioncillas para anuncios de la televisión.

También compuso el tema She Quit Me para la película Cowboy de medianoche (John Schlesinger, 1969), regrabada por Leslie Miller como He Quit Me. Acababa de salir de la adolescencia cuando empezó a trabajar con The Everly Brothers, primero como pianista y después como el líder de su banda de acompañamiento.

Su debut fue Wanted Dead Or Alive (1969), sin mucha repercusión, pero en la década de los setenta logró llamar la atención al escribir un puñado de canciones que popularizó Linda Ronstadt, entre ellas Carmelita, Hasten Down The Wind y Poor Poor Pitiful Me.

Después de un año sabático en Sitges, sus dos álbumes siguientes, Warren Zevon (1976) y Excitable Boy (1978), reincidieron en los cuentos de humor negro sobre violadores, soldados de fortuna y hombres lobo que bebían piña colada en bares de solteros.

Víctima del alcohol, sus dos trabajos posteriores estuvieron marcados por sus demonios personales: Bad Luck Streak In Dancing School (1980) y el directo Stand In The Fire (1980), mientras que con The Envoy (1982) recuperó las esperanzas de sus inicios. Pero el álbum fracasó en las listas y Zevon recayó.

Tras un largo período de terapia, volvió sobrio y recuperado con Sentimental Hygiene (1987), con la ayuda de Peter Buck, Bill Berry y Mike Mills, componentes de R.E.M. En 1990, vio la luz material inédito grabado durante aquellas sesiones bajo el seudónimo de Hindu Love Gods en un LP homónimo sorprendente, una colección de versiones de Robert Johnson, Muddy Waters, Willie Dixon, Woody Guthrie y Prince, entre otros.

Warren continuó su retorno con Transverse City (1989), un álbum conceptual inspirado por el movimiento ciberpunk, y Mr. Bad Example (1991). En 1993 lanzó su segundo disco en directo, Learning To Flinch, seguido en 1995 por Mutineer. Hasta el 2000 no editaría su siguiente trabajo, Life’ll Kill Ya. Su éxito fue modesto, pero suficiente para animarlo a volver al estudio. El resultado fue My Ride’s Here (2002).

Su estilo reflejaba muchos géneros, del hard rock al folk, así como la música clásica, la polka y otras influencias. Con sus canciones de humor negro, Zevon cimentó su reputación como uno de los letristas de rock más políticamente incorrectos, y se convirtió en una figura de culto, admirado por el periodista y escritor Hunter S. Thompson, por el presentador David Letterman y por compañeros de profesión como Bob Dylan y Bruce Springsteen.

Zevon se despidió a lo grande con The Wind, donde contó con la colaboración de compañeros como Ry Cooder, Dwight Yoakam, T Bone Burnett, Emmylou Harris, Billy Bob Thornton, Jim Keltner, Don Henley, Bruce Springsteen, Jackson Browne y Tom Petty, entre otros. Con él ganó dos Grammy: al mejor álbum de folk contemporáneo y a la mejor interpretación vocal de un dúo rock por la canción Disorder In The House, con Springsteen.

La publicación de The Wind coincidió con la emisión de un documental del canal VH1 para el programa (Inside) Out sobre la grabación de este álbum. En la entrevista incluida, Warren aseguraba que la forma de afrontar su enfermedad fue “comenzar a grabar casi inmediatamente”.

Más adelante, afirmaba que “una de las razones por las que no me puedo quejar sobre mis presentes circunstancias es que siempre he escrito sobre la muerte. Hemingway decía que todas las buenas historias acaban con muerte. Vivimos en una cultura donde la violencia nos rodea y me he encontrado escribiendo más canciones sobre ella que sobre temas románticos”.

En la misma entrevista, cuando se le preguntaba si tenía un mensaje final para sus seguidores, confesó: “No tengo nada que decirles que no les haya dicho ya. Escribir canciones es un acto de amor. Lo haces porque te gusta el tema y quieres transmitir este sentimiento … Así que no tengo un gran discurso de despedida”.

sábado, 30 de marzo de 2024

BILL KIRCHEN, EL TITÁN DE LA TELECASTER

Ciudad  Criolla, 29/06/2021

Que no os engañe su aspecto: tras esa cara de atribulado profesor universitario, se esconde uno de los guitarristas más incendiarios del country, el rockabilly y el blues. Con motivo de su cumpleaños, recordamos uno de sus discos más representativos y al grupo que lo encumbró.

Bill Kirchen –nacido el 29 de junio de 1948 en Bridgeport (Connecticut)– fue uno de los artífices del sonido de Commander Cody And His Lost Planet Airmen, como guitarrista líder y coautor de temas del calibre de Too Much Fun y el himno camionero Semi-Truck.

Después de la disolución de Commander Cody, aportó la elegancia twang de su Fender Telecaster a discos de Link Wray, Tom Russell, Nick Lowe y Elvis Costello, entre otros.

Su sonido característico, conocido como dieselbilly, era un cúmulo de influencias del country, el blues, el rockabilly, el western swing, el boogie woogie y la música de camioneros.

Asimismo, se le considera uno de los artistas pioneros de la americana en los ochenta, y fundador del twangcore junto con Dave Alvin y Big Sandy & His Fly-Rite Boys.

En 1993, con su debut Tombstone Every Mile, se ganó los elogios de revistas como Rolling Stone y Guitar Player, acrecentados por su colaboración con Nick Lowe –con quien había empezado a trabajar años antes– en el disco The Impossible Bird (1994) y en su correspondiente gira.

En su segundo álbum, Have Love, Will Travel (1996), un título que parece un homenaje a la serie del oeste Have Gun–Will Travel, Kirchen volvió a demostrar su versatilidad como guitarrista y compositor y, seamos francos, su pasable condición de cantante, junto a su grupo Too Much Fun.

Como en los discos de Commander Cody, aquí encontrábamos muestras de las diferentes raíces norteamericanas: himnos camioneros, exponentes del género rig rock, como Womb To The Tomb, el Nitro Express de Red Simpson y I Heard The Highway, y honky tonk rompecorazones como Which Came First («qué vino antes, el dolor o la canción triste»).

También western swing ortodoxo (Swing Fever) o filtrado por el soul a lo Jackie Wilson (Swingin’ Teardrops); vals cajun de lo más lírico (Red Cajun Girl); lamentos tabernarios (I Don’t Like To Work, con el protagonismo del piano), e incursiones en los pantanos (High Snakes In Deep Water).

No faltaba electrizante rock’n’roll (Don’t Be True, What’s The Matter With The Mill); evocaciones doo wop (Have Love, Will Travel, con malabarismos vocales), y experimentos que iban de los toques de calipso de The Heart Is A Muscle al exposivo Who’s That Who, o cómo sonaría Cab Calloway de haberse dedicado al western swing.

Y lo mejor de todo, Kirchen conseguía salir airoso en todas las circunstancias, desde la brutalidad rockabilly hasta la elegancia jazzística. Una mina, vamos.

Hasta el momento, sus últimos álbumes son Seeds And Stems (2013) y Transatlanticana (2016), grabado junto con Austin De Lone. En 2019 se reeditó su debut y en 2020 aparecieron dos recopilatorios, el doble The Proper Years y Waxworks. The Best Of The Proper Years. En tiempos recientes, ha actuado con Jimmie Dale Gilmore y Redd Volkaert.

El comandante hippy y sus locos aviadores

A mediados de los setenta, un grupo de hippies sorprendió al mundo al demostrar que podía tocar country y darle un giro de 180 grados. Su nombre: Commander Cody And His Lost Planet Airmen. Su objetivo: «Nos gustaría hacer con el country lo que Paul Butterfield hizo con el blues».

Surgido en la zona de Detroit, más conocida por haber originado bandas de rock como MC5, Commander Cody fue una creación del pianista George Frayne. En su época de estudiante en la Universidad de Michigan en 1967, formó un grupo con John Tichy, Billy C. Farlow, Bill Kirchen, Andy Stein, Bruce Barlow, Lance Dickerson y Steve Davis.

Esta primera aventura se concibió como un happenning más que otra cosa, con una nómina de estrafalarios personajes como el propio Commander Cody (Frayne), basado en Commando Cody, uno de los protagonistas del filme de serie B Lost Planet Airmen (1951).

En 1968, el grupo se trasladó a California. El debut de Commander Cody, Lost In The Ozone (1971), ya perfiló lo que sería su sello característico: una mezcla divertida y explosiva de western swing, rockabilly, country, boogie, tex-mex, zydeco y rhythm’n’blues.

A pesar del éxito del single Hot Rod Lincoln (1972) –en directo se convierte en un repaso a la historia del country, el blues, el rock’n’roll, el pop y mucho más–, la estrella del combo empezó a decaer al ser incapaces de reproducir en disco sus fabulosos conciertos.

Ni la publicación de álbumes en directo como Live From Deep In The Heart Of Texas (1974) evitó el desmembramiento de la banda en 1976. Un año después, Cody editó su primer trabajo en solitario, Rock ‘n Roll Again, esta vez como Commander Cody Band.

En la década de los noventa, junto a Dickerson y Farlow, reformó The Lost Planet Airmen, que reaparecieron en 1990 con Aces High, al que seguiría Worst Case Scenario (1994). Después han publicado sobre todo álbumes grabados en directo en diferentes épocas.

Commander Cody And His Lost Planet Airmen fue uno de los grupos más eclécticos y virtuosos de los setenta, y consiguió un gran éxito en Texas.

El mérito de esta banda de country renegado, aparte de contar con reputados multinstrumentistas entre sus filas, consistió en dar a conocer a una generación entera de fans del rock los placeres de los distintos estilos con raíces de la música norteamericana.

Así, pasaron por su tamiz lúdico todo tipo de canciones, desde las locuras de Cab Calloway hasta los himnos honky tonk de Billy Joe Shaver.