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jueves, 21 de agosto de 2014

BEACHWOOD SPARKS. "DESERT SKIES" (2013). El álbum perdido de los Sparks


Parece que la vuelta de los Beachwood Sparks iba en serio. Tras el estupendo The Tarnished Gold del 2012 a finales del año pasado vio la luz este Desert Skies, que aunque es material antiguo nos da a entender que el grupo sigue vivo después de ese largo hiato de 6 años sin tocar juntos y 10 sin sacar LP. Desert Skies es el álbum perdido de los Sparks que tenían casi ultimado cuando Subpop les fichó y les cambió los esquemas en ese LP autotitulado de 2000 que al final se convertiría en el álbum debut. 

Parte de las canciones pasaron al disco de Subpop, otras no. Entre las que pasaron la criba del disco de Subpop está un "Desert Skies" más eléctrico y enérgico que el del disco de debut y con bastantte más deuda con los míticos Rain Parade. De este tema se ofrecen dos versiones, la segunda de ellas con un sonido algo más refinado. También suena más rockera "Canyon Ride", una de las canciones más lánguidas del LP autotitulado. Por último tenemos una versión primigenia de "This Is What It Feels Like", cuyo principal interés es que acaba en una orgía ruidista, en contrate con la pulcritud de la versión del LP de debut.

Pero la mayoría de temas no fueron incluidos en el LP de Subpop. Así tenemos el surfero "Make It Together", tema  que ya conocíamos porque fue la cara B del single "Desert Skies" publicado por Bomp Records previo al primer LP, del que aquí se incluyen dos versiones, una de ellas subtitulada "Warm Summer Vibe Version", llena de interesantes trucos de sonido psicodélicos. Lo mismo pasa con "Midsummer Daydream", un tema de raíz garajera que apareció como single en 1999.


Pero lo más interesante son una serie de temas que nunca vieron la luz y han permanecido inéditos durante más de una década. Uno de estos temas es otro arranque garajero con el sugerente título de "Watery Moonlight" con un toque de órgano vintage (que en un momento dado hace claros guiños a los Beach Boys) que acerca a los Sparks a bandas del Paisley Underground de Los Ángeles como The Unclaimed o The Droogs. Con todo, más interesantes aún son otros dos temas inéditos. Uno de ellos se titula "Time" y del cual se nos ofrecen dos versiones. La primera versión es especialmente brillante, de una dolorosa belleza, y suena como Buffalo Springfield puestos de ayaguasca hasta las cejas. La otra es "Sweet Julie Ann", otro temazo en el que los Sparks no pueden disimular sus  influencias del indie de los 90, especialmente, de Sonic Youth, algo que pasa desapercibido en sus grabaciones posteriores entre tanto arreglo country.


Resumiendo: nos encontramos mayormente ante un álbum de refritos más bien orientado a fans de la banda en busca de rarezas. No obstante, aunque solo sea por escuchar temas como "Time" o "Sweet Julie Ann" merece la pena hacerse con esta grabación. Además es prueba de que los Sparks, afortunadamente, siguen en el ajo.

sábado, 8 de diciembre de 2012

BEACHWOOD SPARKS - "THE TARNISHED GOLD" (2012). El retorno de los cowboys lisérgicos.


Voy a aprovechar mi primera reseña discográfica para hablar del que ha sido el disco de "mi" pasado verano: The Tarnished Gold, la vuelta de mis adorados Beachwood Sparks. Después de un largo silencio de 10 años tras aquel E.P. titulado Make the Cowboy Robots Cry (en el que se incluía aquel colosal "Ponce de León Blues") los Sparks han vuelto a cabalgar juntos este año. Ya en primavera adelantaron una canción del disco, "Forget the Song", que prometía, aunque, en mi opinión, no emocionaba tanto como los mejores momentos de su obra cumbre, Once We Were Trees (2001). 



Vídeo oficial de "Forget the Song"


Por suerte una vez escuchado el disco al completo uno se da cuenta que "Forget the Song" no es ni mucho menos el mejor corte del LP aunque sí es posible que sea el más asequible y directo. Tras ella se van sucediendo una serie de temas, a cual mejor, en los que se van mezclando de manera sutil los ingredientes característicos del sonido de los Sparks: el country, la psicodelia, el folk, el sunshine pop y ciertas reminiscencias del mejor indie de los 90. Ahí está la densa psicodelia de "Sparks Fly Again", con esos redobles de tambor que recuerda a la época lisérgica de los Yardbirds o de los Pretty Things, tema donde canta Farmer Dave Scher a la vez que le da a esa prodigiosa pedal steel. O el country cósmico de "Mollusk", con ese ritmo vaquero que remite a la deliciosa "Silver Morning After" de su primer LP.  O el delicado sunshine pop de "Leave the Light on". O el luminoso bluegrass de "Talk About Lonesome" o "The Orange Grass Special". O el pop con reminiscencias setenteras a lo Big Star de "Earl Jean". O el divertido tex-mex de "No queremos oro". O el folk ensimismado de "Nature's Light", que recuerda a Mystic Chords of Memory (el experimento musical en solitario del vocalista y guitarra de los Sparks, Chris Gunst). Por no hablar de esa monumental pieza de country-rock que da título al álbum, que invoca al fantasma de Gram Parsons con letras con inquietantes preocupaciones existenciales ("so I laid my body down on a funeral pyre/ burned it up and let them flames grew high" ["así que deposité mi cuerpo en una pira funeraria / le prendí fuego y dejé que las llamas crecieran"] ) y que encierra el enigma del "oro viejo" (lo que trasciende a la muerte... ¿el arte? ¿el alma?) que orbita alrededor todo este tercer trabajo.

Definitivamente, este "Oro viejo" si no está a la altura de los otros dos LPs de los Sparks no está tampoco muy por debajo. A pesar de la pátina del tiempo, la veta aurífera de los Beachwood Sparks sigue brillando. Y de qué manera.



Los Sparks presentando su último LP en la emisora KCRW de Los Ángeles