lunes, 30 de septiembre de 2019

“LOVE WILL TEAR US APART”: CUANDO IAN CURTIS LE CANTÓ A SU DESGRACIA

Felipe Retamal N.
Culto, 14 Feb 2019 

Inspirado en su crisis matrimonial y personal, el vocalista escribió la letra de la canción, que paradójicamente resultó la más exitosa de Joy Division. En esta también se pueden oír las influencias de la música electrónica en la banda.



A diferencia de otras agrupaciones que dependen del talento de uno o dos músicos, en Joy Division se componía de forma colaborativa. Encerrados en su sala de ensayo, en el local de TJ Davidson, los de Manchester creaban su material a partir de improvisaciones o alguna idea base. Así sucedió con “Love will tears us apart”.

Según relata el guitarrista Bernard Sumner en su autobiografía New Order, Joy Division y yo (2015, Sexto piso), la canción partió con una frase tocada por Peter Hook en el bajo, a lo que sumó el resto. “Recuerdo claramente a Ian [Curtis] preparando el riff mientras nosotros estábamos improvisando, y fue sugerencia suya mantenerlo a lo largo de toda la canción”.

Era agosto de 1979 y Curtis no pasaba por un buen momento. Su matrimonio con Deborah se encontraba en crisis, a tal punto que él le pidió que no asistiera más a los conciertos de su grupo. En su libro Touching from a Distance (1995, Faber and Faber), ella narra los difíciles años de casados. “Nuestra existencia se había vuelto aburrida y el hecho de que ambos odiásemos nuestros trabajos no ayudó. Me deprimí mucho. Nos habíamos agobiado por error con una hipoteca y una estabilidad para la que no estábamos preparados”.

Lo cierto es que por esos días, él buscaba su felicidad en otras personas. Su interés sentimental estaba en Anne Honoré, una periodista belga que conoció durante una actuación. Al poco tiempo ella entrevistó a la banda para un fanzine. Desde ese día, comenzaron a verse y entablaron una relación que se mantuvo por un tiempo.

El vocalista también debía lidiar con sus crecientes crisis de epilepsia, las que le dificultaban las presentaciones en vivo con el cuarteto. En escena él imitaba los movimientos bruscos de la enfermedad, lo que causaba una impresión a la audiencia, que poco a poco comenzaba a demandar más de él.

Ese torbellino de emociones empujaron a Curtis a escribir la oscura y pesimista letra de “Love Will Tear Us Apart”.“Cuando la rutina muerde fuerte/Y las ambiciones son bajas/Y el resentimiento viaja alto/Pero las emociones no crecerán”, canta al inicio. En parte, también es una respuesta cínica a “Love Will Keep Us Together”, un exitoso tema de pop que Captain & Tennille había lanzado en 1975.

Como una cruel broma del destino, los días de oscuridad de Curtis coincidían con una creciente atención sobre Joy Division. En septiembre hicieron su famosa aparición televisiva en el programa “Something Else” de BBC, donde tocaron “Transmission” y “She’s Lost Control”, con un público que los miraba atónitos.


Días después comenzaron una gira por Gran Bretaña como teloneros de Buzzcocks. En esa fecha estrenaron en vivo “Love Will Tear Us Apart”, la que casi de inmediato se volvió una canción de culto para los seguidores de la agrupación. El 26 de noviembre grabaron una segunda sesión para el conocido programa del Dj John Peel oportunidad en que registraron una versión del tema.

En lo musical, la composición reunía ciertas referencias del grupo. “La entrada puede haber estado influenciada involuntariamente por ‘Anarchy in the UK’ de los Sex Pistols -ese tipo de fuerza que zumba, que golpea-, mientras que el riff parece la prima segunda de una canción nuestra anterior, tituada ‘Novelty’”, recuerda Sumner en su texto autobiográfico.

Un sonido muy característico del tema es el sintetizador Arp Omni II tocado por el guitarrista, el que luego usaría para temas como “Decades” y “Atmosphere” del disco Closer, el segundo y último del conjunto. Ello respondía al creciente interés de los músicos por la electrónica, influenciados por Kraftwerk.


Finalmente registraron el tema en marzo de 1980, como parte de las sesiones de Closer. Poco tiempo después, a un día de partir a su primera gira a Estados Unidos, Curtis no soportó más los problemas y se suicidó en su hogar. El sencillo se lanzó en junio de ese año y alcanzó el lugar 13 de UK Singles Charts, la mejor posición que alguna consiguieron.

“Esa canción lo tiene todo. Una gran línea de bajos, maravillosos sintetizadores, un gran escaparate de la batería de Steve, la guitarra simple pero efectiva que se convirtió en una de nuestras marcas registradas”, detalló el bajista Peter Hook a Songfacts en 2014.

“Es una de las canciones de amor más hermosas que se hayan hecho nunca. No es una canción de amor al uso, no es un himno triunfal vacío que pretenda romper el corazón o algo así; es auténtica, es real, se balancea de un lado a otro entre la fuerza absoluta y la introspección reflexiva, porque eso era exactamente lo que le estaba sucediendo a la persona que escribió la letra”, concluye Sumner.

sábado, 28 de septiembre de 2019

MUERE ROBERT HUNTER, LETRISTA DE GRATEFUL DEAD: "LA BANDA SONORA DE NUESTRAS VIDAS"

El Confidencial25/09/2019 12:26

[Lo dicho: qué mala temporada...]

El grupo ha anunciado la muerte de su letrista asegurando que estuvo "rodeado de amor" y pide a los fans que lo recuerden como él hubiera querido: escuchando música




El escritor estadounidense Robert Hunter, que fue letrista y miembro de Grateful Dead, ha muerto a los 78 años, según ha confirmado este miércoles la página web oficial de este emblemático grupo de rock. Hunter comenzó a trabajar junto al grupo estadounidense desde 1967.

"Que te vaya bien, señor Hunter. Te queremos más de lo que las palabras pueden decir... Para un hombre que nos aportó tantas palabras significativas, la banda sonora de nuestras vidas, nos ha dejado un poco sin palabras con su fallecimiento", dijo el mensaje en la web que confirmó la muerte de Hunter.

La familia de Hunter había anunciado este miércoles previamente su muerte en un comunicado remitido a medios estadounidenses. "Murió de forma tranquila en casa y en su cama, rodeado de amor. Su esposa Maureen estaba a su lado dándole la mano (...). En este momento de pena, por favor, celebradle de la manera que todos sabéis: estando juntos y escuchando su música", dijeron sus familiares en esa nota.

Hunter fue una figura clave en la carrera de Grateful Dead, uno de los grupos más influyentes de la contracultura de los años 60 en Estados Unidos.




Mientras la banda liderada por Jerry Garcia se adentraba en misteriosos, sugestivos y excitantes caminos entre el rock y la psicodelia, Hunter, pese a no ser un músico de Grateful Dead, se encargaba de escribir las letras. El recién fallecido es el autor de temas como 'Box of Rain, 'Dark Star' o 'St. Stephen', entre muchas otras.

El cantante ha publicado varios mensajes en Twitter en homenaje al fallecido, entre ellos, una de sus letras. "Ha llenado nuestras vidas con las palabras que compartimos en las canciones, en la amistad, en el amor y ahora en el dolor", escribe en uno de ellos.

La importancia de Hunter en Grateful Dead quedó reflejada en que, cuando la banda fue incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1994, su letrista también fue reconocido con esa distinción pese a no ser un músico del grupo.

Al margen de su obra para el grupo, Hunter también colaboró para otros artistas de mucho prestigio como Bob Dylan, con quien, por ejemplo, escribió todas las canciones excepto una del disco 'Together Through Life' (2009)

lunes, 16 de septiembre de 2019

MUERE A LOS 75 AÑOS RIC OCASEK, LÍDER DE THE CARS

Darío Prieto
El Mundo, 16/09/2019

[Vaya mala racha que llevamos...]

Figura emblemática de la 'new wave' neoyorkina, fue también productor de numerosos grupos, de Suicide a Weezer.



Ric Ocasek, líder y cantante de la banda de The Cars, ha sido encontrado muerto este domingo, según informó la Policía de Nueva York. En un comunicado recogido por AFP, la Policía explica que recibió una llamada, "por un hombre inconsciente en la calle 19 Este. Se declaró su muerte en el propio lugar". El cuerpo de Ocasek, de 75 años, no presentaba signos de violencia.

The Cars fueron el reflejo estadounidense de lo que al otro lado del Atlántico se conoció como 'new wave'. En su caso, su respuesta al punk consistió en darle un barniz más pop y electrónico, con canciones como 'Shake it up', 'Drive', 'You might think' y 'Tonight she comes', que llegaron al 'top 10' de las listas de éxitos en la década de los 80.


The Cars publicaron seis discos entre 1978 y 1987. Tras la disolución del grupo, Ocasek se centró en sus proyectos en solitario (publicó siete discos con su nombre) y, sobre todo en la producción, labor que ya había desarrollado de forma paralela a la banda. Así, llevan su firma los trabajos en el estudio de Suicide, Lloyd Cole, Bad Brains, Weezer, Bad Religion, Nada Surf, No Doubt, Guided by voices, Le Tigre...





En el año 2011 The Cars se volvieron a reunir con la publicación de 'Move like this', su primer álbum desde 'Door to door' (1987). Con ese nuevo álbum, regresaron al 'top 10' de las listas estadounidenses, que dio pie a una brevísima gira de 10 conciertos por Norteamérica, aunque no tuvo una continuación y el grupo volvió a disolverse poco tiempo después.

El grupo no volvió a aparecer reunido hasta el año pasado, cuando pasaron a formar parte del Rock and Roll Hall of Fame junto a Bon Jovi, Moody Blues, Dire Straits, Nina Simone y Sister Rosetta Tharpe. En la gala, y acompañados por Scorr Shriner, bajista de Weezer (en sustitución de Benjamin Orr) The Cars interpretaron cuatro temas de su discografía: 'You Might Think', 'My Best Friend's Girl', 'Moving in Stereo' y 'Just What I Needed'.

Ric Ocasek, que estuvo casado en tres ocasiones, deja seis hijos.




sábado, 14 de septiembre de 2019

MUERE DANIEL JOHNSTON, CANTAUTOR DE CULTO DEL ROCK INDEPENDIENTE

David Marcial Pérez
El País, 13/09/2019

El músico y dibujante estadounidense, muy influyente en la escena 'underground' desde los años 80, ha fallecido a los 58 años de un ataque al corazón



Daniel Johnston estaba obsesionado con el amor y tenía mucho miedo del demonio. Podría hacerse un recorrido por su discografía solamente saltando del amor –Silly love, Crazy love, I live for love– al miedo –Evil magic, devil town, Don’t play cards with Satan– y entre medias de esa tensión encontrar toda la ternura, honestidad y humor que lo convirtieron en un artista de culto de la música popular estadounidense. Johnston (California, 1961) sufría desde muy joven un trastorno bipolar severo y brotes psicóticos. Este martes murió de un ataque al corazón en casa de sus padres, en Texas, tras haber sido hospitalizado días antes por problemas hepáticos causados por décadas de medicación psiquiátrica.

Su tercera obsesión fue la fama.“Hola, soy Daniel Johnston y voy a ser famoso”, solía decir a cualquier desconocido con el que se cruzara por las calles de Austin, donde se mudó finales de los setenta con sus cuatro hermanos y sus padres, una familia de fundamentalistas pentecosteses. Y la fama para él eran los Beatles. Todo el mundo quiere ser como The Beatles, / Yo también”, cantaba ya en 1983.

Cada centavo que ganaba en aquella época sirviendo hamburguesas en un McDonalds lo gastaba en comprar casetes donde grababa sus canciones caseras, las coloreaba a mano con sus dibujos y las regalaba por la calle a quién pareciera interesado. Como a Laurie, una chica que trabajaba en una tienda de discos y que un día le lanzó un beso. Desde entonces se convirtió en su musa, su amor platónico. Laurie también tiene una canción: Ella siempre me hizo sentir como en casa / con ella nunca me sentí fuera de lugar. Aunque, en la ficción del músico, se casara con un enterrador, tuviera un hijo y quedara para siempre no como una persona, sino como una memoria.

Arrancaban los noventa, los tiempos de la explosión del rock alternativo en EE UU y la caza de las multinacionales en busca del último tesoro indie. Apadrinado por grandes nombres como Sonic Youth, Yo la Tengo, Teenage Fun Club o Built To Spill, llegó a grabar en una major. El disco de 1994, Fun, para Atlantic, fue un desastre comercial, y a la vez una de sus cimas compositivas. Con un sonido más pulido que su inicial y característico lo-fi descacharrado, Johnston suena lleno de confianza. Tanta como para recuperar el teclado en temas redondos como Delusion & Confusion o My Little Girl.

El prestigio acumulado por el californiano durante estas décadas se puede medir por los miembros de su banda durante la gira de 2017: integrantes de Wilco, Built to Spill y Fugazi le acompañaron hace dos años en la que ya se promocionó como su despedida de la carretera por el empeoramiento de su salud. Sus últimos conciertos apenas superaban la media hora, con un Johnston cada vez más ensimismado, agarrado al micro con las manos temblando, lanzando canciones sin apenas pausas.


Kurt Cobain también fue uno de sus admiradores. Mencionó uno de sus discos entre los más influyentes de su vida y son un icono de los noventa las fotografías del líder de Nirvana con la camiseta de la rana alienígena Jeremiah, uno de sus dibujos clásicos y portada de su álbum Hi, how are you.

La cuarta obsesión de Johnston fueron los cómics. En sus visitas a las tiendas de tebeos solía intercambiar sus dibujos a rotulador por algún número de Marvel. El Capitán América, el fantasma Casper, criaturas con el cráneo hueco, tentáculos, ojos saltones, su dulcinea Laurie y, por supuesto, el demonio fueron completando un imaginario que podría enmarcarse en la copiosa y enigmática corriente del outsider art, o arte surgido de la enfermedad mental, y que ha sido comparado por la crítica con los mundos del ilustrador Raymond Pettibon o el viñetista gonzo Robert Crumb.

En la década de los 2000 su trabajo trascendió los rincones de culto, alcanzando reputadas galerías y museos como el Whitney de Nueva York o La Casa Encendida de Madrid, que expuso en 2012 los dibujos de su colección personal, atesorada por su exmánager Jeff Tartakov. En un libro monográfico sobre su obra visual, editado en español por Sexto Piso en 2014, el gran guionista estadounidense de cómic alternativo Harvey Pekar subrayó la importancia de escapar a cualquier glamurización de la locura: “Daniel Johnston no es grande porque tiene trastorno bipolar, sino a pesar de ello”. No siempre fue posible: hasta el mundo de la moda hizo caja gracias a sus monigotes.

En 1985, un Johnston veinteañero con flequillo y mejillas rosadas –lejos aún de la imagen desaliñada, ojeras, pómulos hundidos y boca balbuceante por décadas de medicación–, ganó un concurso en la MTV. Tres años después fue internado en un psiquiátrico tras atacar a Steve Shelley, el batería de Sonic Youth. Al salir, lo primero que hizo fue dar un concierto en el totémico club neoyorquino CBGB. Dos años después estaba tocando para miles de personas en el festival de Austin. Durante el viaje de vuelta a Houston en la avioneta privada de su padre sufrió un brote psicótico. Arrancó las llaves del aparato en pleno vuelo y las tiró por la ventana. Padre e hijo salieron ilesos. El documental The devil and Daniel Jonhston, premiado en Sundance en 2006, retrató las peripecias del hombre obsesionado con el amor, el diablo, los cómics y los Beatles.