miércoles, 3 de junio de 2015

ELLIOTT SMITH. "ELLIOTT SMITH" (1995). La vertiente más acústica del grunge.


Pocos músicos se merecen el adjetivo de "malditos" como Elliott Smith. Nacido en Omaha (Nebraska) en 1969, tras una infeliz infancia se mudó a Oregon, donde acabó montando su propia banda, Heatmiser, en 1991. Con Heatmiser Elliott animó la explosiva escena musical del noroeste americano de los 90 caracterizada por la eclosión del grunge. Pero pronto abandonó la banda para grabar una serie de álbumes en solitario que ayudaron a consolidar a Smith como una figura de culto. A ello contribuyó su desgraciada vida, marcada por el abuso del alcohol y las drogas y por su carácter depresivo y, cómo no, su extraña muerte por una puñalada en el pecho aparentemente autoinfligida.


De sus excelentes discos en solitario si hay uno que mezcla de manera más equilibrada el sonido Seattle con la herencia folk americana a la que Elliott tanto debía (era un destacado guitarrista acústico además de batería, bajista, pianista y armonicista) ése es el segundo LP autotitulado de 1995. El LP no se puede abrir con una canción más emblemática de su repertorio, "Needle In The Hay", un tema que suena como la prolongación del Unplugged de Nirvana y que es todo un himno de la vertiente más acústica del grunge. Su letra, que gira entorno a la adicción a la heroína (esa "aguja en el pajar" del título no deja mucho lugar a dudas) es una paradigmática muestra del humor negro de Smith. Aún siendo este tema uno de los más memorables de Smith, es en el siguiente corte, "Christian Brothers", donde la mezcla de oscuridad grunge y claridad folk llega a su punto más alto. Me atrevería a decir que es la mejor canción del disco, aunque hay unos cuantos temas que se lo ponen difícil. Es de todas formas la más oscura y hermética y una de la que más debe al sonido Seattle y, de hecho, ya la había grabado con anterioridad con Heatmiser. Algo más de luminosidad folk demuestra "Clementine", tema en el que empieza a hacerse patente en el disco la influencia de Nick Drake. Más original es el siguiente corte, "Southern Belle" en el que Smith se deja llevar por el exotismo del flamenco (el artículo de Wikipedia sobre Elliott acierta al hablar del flamenco como una de sus influencias musicales) y adorna el conjunto con unos interesantes trémolos.



Pero con "Single File" vuelve la asfixiante melancolía acentuada por el ululante arreglo de guitarra eléctrica hecho con un efecto de trémolo, pero esta vez electrónico. Le sigue otro de los temas más conseguidos del LP, "Coming Up Roses". Con una letra cargada de poesía Elliott le hace guiños al Syd Barrett acústico más inspirado. También está impregnada de psicodelia y ensoñación "Satellite", que recuerda poderosamente a alguno de los cortes del Madcap Laughs de Barrett. Por su parte Dylan asoma la cabeza en "Alphabet Town" por el toque bluesy y sobre todo por esa armónica que repta como una serpiente por medio de la canción. Otro tema impagable de este excelente LP.



También constituye otro punto culminante del disco "St. Ides Heaven", un tema que consigue una exquisita mezcla de pop a lo Big Star con grunge y que está acerca de lo que hacían los Posies. En cuanto a la letra, Elliott nos da pelos y señales de su desquiciada de adicciones. De los tres últimos temas, todos ellos de inspiración folk, quizá "The White Lady" sea el que más destaque por el uso de trémolos y de fingerpinking y su luminosa y delicada psicodelia.


Más acústico y desnudo que el su sucesor, el celebrado Either/Or, este Elliott Smith se encuentra en un interesante punto medio entre el experimentalismo de su debut y el sonido más asequible y algo más parecido al de una banda del tercero. Y eso, creo, es lo que lo hace tan especial.