Carlos Pérez de Zirza
Mondo Sonoro, 08/01/2016
El que fuera una de las dos mitades de The Go-Betweens nos visita de nuevo en unos días, el 13 de enero en Madrid (El Sol) y el 14 en Barcelona (La [2] de Apolo). La excusa es la presentación del solvente “Songs To Play” (Tapete, 2015), el sexto álbum a su nombre, y uno de los más heterodoxos de su carrera, con el que se desmarca del cariz elegíaco que predominaba en “The Evangelist” (Yep Roc, 2007), su anterior entrega, ensombrecida por el fallecimiento de quien fuera su compañero, Grant McLennan.
El intercambio de preguntas y respuestas se celebra a través del correo electrónico, y seguramente por el cansancio, el desinterés que provoca la rutina promocional o las prisas (vayan ustedes a saber), el de Brisbane responde de forma casi telegráfica, incluso directamente obviando algunas preguntas, que se quedaron sin ninguna contestación. Seguramente sus canciones, y la forma de traducirlas al escenario, expliquen bastantes más cosas acerca de un músico que ya conversó con este medio hace unos meses, justo cuando su nueva colección de canciones vio la luz.
Han pasado siete años desde la edición de tu último álbum, “The Evangelist”. ¿Por qué te ha costado tanto tiempo entregar su continuación?
Quería dejar que el tiempo pasara. En principio iban a ser cinco años, pero han acabado siendo siete. Son cosas que ocurren en la vida, sobre todo cuando tienes más de cincuenta años.
Las canciones del disco son muy directas, como si estuvieran también pensadas para ser tocadas en directo, con poco más que una guitarra acústica. ¿Buscabas esa frescura cuando las compusiste?
Así es, exactamente. Muchas de las canciones de “The Evangelist” eran muy difíciles de tocar en directo, no podía llevarlas al escenario. Y estas las escribí con la idea de tocarlas en directo.
Suena también como un trabajo muy optimista, nada que ver con el tono sombrío de “The Evangelist”…
Sí, lo es. Soy una persona optimista. El anterior álbum, con la muerte de Grant (McLennan) sobrevolando, fue difícil y especial. Y estaba pensado exactamente para ese momento.
Hay canciones como “Love Is Where It Is”, que tienen aires de bossa nova, mientras que “Disaster Motion” remite a la rítmica seca y repetitiva de The Velvet Underground. ¿Dirías que es la colección de canciones más versátil de las seis que has editado a tu nombre?
Sí, lo es, y en cierto modo remite a la época en la que comenzamos The Go-Betweens, a finales de los 70. Había mucha variedad en las canciones que escribía entonces, y me encantaban The Velvet Underground. La rueda ha girado de nuevo a aquellos tiempos.
Has grabado el álbum con Scott Bromley y Luke McDonald, músicos mucho más jóvenes que tú, procedentes de The John Steel Singers, la banda de Brisbane a la que produjiste. ¿Qué es lo que te atrajo de ellos y qué crees que aportan a tu música?
Son la clase de multiinstrumentalistas con quienes nunca había trabajado antes, y lo que me gusta de ellos es que tienen mucho talento pero también aprecian mis canciones y mi estilo, así que todo cuadra.
Este es tu primer álbum con Tapete Records, el sello en el que militan Lloyd Cole, Hurricane #1 o The Lilac Time, todos ellos artistas veteranos y con crédito, como es tu caso, aunque gozaran de más popularidad en las décadas de los 80 o de los 90. ¿Cómo entraste en contacto con ellos? ¿Fue la primera opción que barajaste para editar el disco?
Tapete son una estupenda compañía de discos, y fueron ellos los que contactaron conmigo. Debo añadir, en todo caso, que nunca he sido más popular de lo que soy ahora.
¿Dirías que, a estas alturas de tu carrera, se te puede considerar un clásico, tal y como muchos de tus seguidores te consideran?
(Sin respuesta)
En cualquier caso, ¿cómo te sientes -asumiendo que has formado parte de una banda que podría calificarse de culto- sabiendo que el legado de The Go-Betweens ha sido tremendamente influyente sobre muchas bandas por todo el mundo? ¿Crees que eso compensa de alguna manera aquella ausencia de repercusión, que supone alguna clase de justicia poética?
(Sin respuesta)
Trabajaste en la selección de canciones de la caja de The Go-Betweens, “G Stands For Go-Betweens Volume One” (Domino, 2014). Mirando hacia atrás, y aún sabiendo que las simplificaciones no sirven para mostrar la realidad en toda su complejidad -sobre todo cuando hablamos de un binomio de compositores- ¿cómo te sientes ante la visión, muy común, de que tú eras la parte más literaria, compleja e incluso sesuda del grupo, mientras que Grant ofrecía la vertiente más pop y soleada?
(Sin respuesta)
Has estado también trabajando como crítico musical en la publicación The Monthly, en Australia. ¿Cómo te sientes estando al otro lado? ¿Te resultó fácil dar tu opinión sobre el trabajo de otros colegas de profesión, y tener que evaluarles?
Sí, creo que estoy en plenitud de mis capacidades y me alegra hacer otras cosas al margen de escribir canciones, como el periodismo, producir discos o escribir libros. Es importante para mi el intentar cosas nuevas. Esa es la forma de crecer como artista.