domingo, 16 de diciembre de 2018

JOHN MARTYN. "BLESS THE WEATHER" (1971). Folk cósmico.



Conocí a John Martyn por la banda sonora una película llamada Titanic Town de 1998, ambientada en el convulso Ulster de los 70. Busqué datos sobre la banda sonora creyendo que sonaban temas de Nick Drake que yo no conocía. Sin embargo, no era Drake sino otro gran folkie de la época, John Martyn, que de hecho era buen amigo de Nick. Y fue así cómo, indagando sobre su extensa discografía, di con este maravilloso álbum, Bless the Weather, de 1971.


Junto con Solid Air, Bless the Weather, refleja el impacto del free jazz y la experimentación sobre la obra de este gran  guitarrista y folk singer británico. El primer tema, "Go Easy", que fue versionado en su momento por Beck, es uno de los mejores temas del disco y uno de los cortes con más influencia de la psicodelia. Suena al Barrett más acústico y sobre todo, claro está, al Nick Drake más soñador. El toque de distinción jazzística se lo da el maravilloso contrabajo que va a sonar en varios cortes del disco. Y es que en este álbum Martyn se rodeó de excepcionales músicos como Richard Thompson (de Fairport Convention) a la guitarra y Danny Thompson (también de Fairport Convention) y Tonny Reeves al bajo y al contrabajo. El contrabajo resalta aún más en el siguiente corte del disco algo más jazzy y experimental, el que da título al disco. En este corte Martyn se luce como guitarrista con ese estilo tan percutivo que le caracterizaba. Algo más tradicional es el siguiente tema "Sugar Lump" con clara influencia del blues más folkie y acústico y que es cantado magistralmente en "falsetto" por Martyn.



Pero con el cuarto corte vuelve la experimentación con una extraña pieza de pop, "Walk to the Water", con un melodía de piano que va por libre y una exótica percusión a base de bongos y todo ello envuelto en la elegancia jazzy del sonido del contrabajo. Le sigue un tema, "Just Now", luminoso y melódico que nos recuerda de nuevo al tipo de folk que hacía su colega Nick Drake y para mí otra indiscutible cima del álbum. Tan solo acústica, voz, y ligeros toques de piano para hacer un tema absolutamente sublime. Más jazzy e incluso con cierta influencia del funk en boga en la época es "Head and Heart", donde vuelven a aparecer los bongos y el contrabajo y el estilo percutivo a la guitarra acústica (casi haciendo "slap"). Bailable y sabroso, es otro temazo de este álbum.



Con el siguiente corte, "Let the Good Things Come", la música de Martyn discurre por los enigmáticos terrenos de la psicodelia. Efectos de sonido, voces etéreas, y cadencias hipnóticas. Aquí las referencias nos podrían llevar a los álbumes más experimentales de Tim Buckley. Otro bello ejercicio de folk evocativo a lo Nick Drake lo constituye el siguiente tema, "Back Down the River", otro tema hermoso y tierno donde los haya. Y es entonces cuando nos topamos con el corte más arriesgado del álbum "Glistening Glyndebourne". Se trata de una larga pieza instrumental (más de 6 minutos) en la que Martyn se adentra en el terreno del folk y del rock progresivos en el que se mezcla el jazz, la música avant-garde e incluso el flamenco. El resultado es grandioso. Como curiosidad se suele mencionar que en este tema Martyn se quedó a gusto  experimentando con el echoplex, un sistema para crear efectos de retardo que era muy innovador para la época (en la nuestra ya no tanto). Finalmente, el disco se cierra con una curiosa versión del célebre escrito por Nacio Herb Brown y popularizado por Gene Kelly, "Singing in the Rain"; y aquí tengo que decir que no soy muy aficionado a los musicales pero la versión que hace John Martyn me encanta porque transforma totalmente el tema.


Y como siempre quiero recomendar este maravilloso disco, especialmente a aquéllos que podrían confundir el folk con el conservadurismo musical, cosa que la figura de John Martyn desmiente categóricamente.