Arody Rangel
A nadie le sorprendería que de las gélidas tierras que vieron deambular las atormentadas vidas de genios como Pushkin, Tolstói o Dostoievski -padre del hombre del subsuelo, predecesor de absurdistas y existencialistas-; de esa patria de la que se expatrió el anarquismo de Bakunin, que logró domeñar el ansía imperialista e implacable de un Bonaparte o que se erigió como el único lugar del mundo que representó una oposición y amenaza al capitalismo voraz; en fin, que de ese espacio cuyos episodios históricos y culturales bien podrían etiquetarse anacrónicamente como punks, haya surgido una serie de bandas que, cuales hijos predilectos de Joy Division, continúan las líneas artísticas de aquel estilo que dentro de la escena del rock de los años ochenta se denominó post punk.
Con letras que tienden a lo poético y un sonido peculiarmente oscuro con ritmo de sintetizadores, el post punk suele caracterizarse como un debilitamiento del movimiento punk en la música y el eslabón que permite entender la emergencia del new wave. Entre las bandas que formaron parte de esa encrucijada musical se encuentran Siouxsie And The Banshees, Talking Heads, Public Image Ltd., Bauhaus, The Cure, Echo & The Bunnymen y Joy Division. La influencia de estas agrupaciones es fácilmente identificable en muchas de las tendencias indies de la actualidad y entre ellas, una de las que han saltado a la fama en los últimos tiempos debido a la apabullante viralización de videos y memes en los que domina una atmósfera musical tan familiarmente dark y ochentera, es el denominado post punk ruso.
¿Post punk ruso? Los puristas de la música pronto nos alertarán sobre el exceso y lo inapropiado de la etiqueta, pero recordemos que en estos tiempos marketeros los nombres son más aspiracionales que referenciales y, en el caso del post punk ruso, la caracterización sirve para identificar a una serie de bandas que han emergido durante la última década, más o menos, en las latitudes de Europa del Este y que se nos presentan como reminiscencias de esa melancolía bailarina que marcó una década. En este Pantalla sonora fuimos tras la pista de algunas de las agrupaciones clave para entrarle a esta tendencia musical, compleja y contradictoria como todo en estos tiempos globalizados en los que el imperialismo cultural empuja a las culturas no hegemónicas a adoptar el estilo e idioma “oficiales” -como es el caso de algunas de estas bandas que cantan en inglés- o discrimina los avances científicos y tecnológicos que surgen en los márgenes -como sucede hoy con la controversial vacuna rusa-.
КИНО (Kinó)
Si bien suele señalarse que el referente obligado del post punk ruso es Joy Division, algunos de los líderes de estas agrupaciones señalan la influencia mucho más directa de Kinó. Esta agrupación surgió en Leningrado, hoy San Petersburgo, en la década de los 80, mientras en el mundo occidental se vivía el apogeo de la cultura de masas, en la entonces Unión Soviética se pasaba por un momento de crisis: el estancamiento económico y la presión internacional liderada por Estados Unidos que desencadenaron en la disolución del bloque soviético en 1991. Bajo estas peculiares circunstancias de transición, la banda liderada por el poeta Víktor Tsoi hacía rock en aquellas latitudes, esto es, música independiente con una marcada orientación antisistema. La agrupación tuvo gran éxito en la URSS, lanzó siete álbumes, dio conciertos -primero en la escena underground y después también en giras a lo largo del territorio soviético- y terminó por erigirse como un mito tras la fatídica muerte Víktor en un accidente de auto en 1990. Su canción más famosa, Gruppa Krovi (Grupo Sanguíneo), se desprende del disco homónimo lanzado en 1989 cuando se hallaban en la cima de su carrera.
Молчат Дома (Molchat Doma)
El sonido detrás del meme. Casas en silencio, como se traduce al español el nombre de esta agrupación de músicos bielorrusos, es un proyecto bastante reciente, de 2017, y es preciso enfatizar que Bielorrusia, desde 1991, conforma un territorio independiente de Rusia y de las otras repúblicas que otrora conformaran la URSS; por esta razón resulta paradójico que la banda que se asocia de inmediato con el llamado post punk ruso no sea rusa. En fin, la canción que se ha vuelto viral gracias a estos tiempos de TikTok se llama Судно (Sudno) y su letra está inspirada en unos versos escritos por el geólogo ruso Boris Ryzhy, quien se suicidó en el 2001; con la desazón de aquellas líneas –“La vida es difícil y no confortable, pero es confortable morir”- y el marcado contraste del synth-pop, los Molchat Doma han logrado colarse en el imaginario en forma de memes y también de nostálgicos suspiros por esos parajes distópicos que se aprecian en sus videos musicales.
Motorama
Con un sonido mucho más cercano al indie, esta agrupación ha adoptado la lengua del imperio en las letras de sus canciones y los nombres de sus álbumes. Su conformación data del 2005 en la ciudad rusa Rostov del Don y en tierras latinas tienen una gran cantidad de fanáticos: en 2019, esta fría pero elegante agrupación estuvo de gira en nuestro país para promocionar su quinto álbum, Many Nights. Una de las canciones favoritas del repertorio de Motorama, Alps, que se desprende de su álbum de 2010, que lleva el mismo nombre, se emparenta bastante con el sonido de los neoyorkinos Interpol y apela a la belleza de lo espectral que nos entrega a los brazos de la muerte.
Human Tetris
Desde Rusia con amor, y no, no nos referimos al regreso del agente 007, sino a uno de los videojuegos más populares y desafiantes de todos los tiempos: el Tetris. En alusión a este rompecabezas, ideado por el ingeniero informático ruso Alekséi Pázhitnov en la década de los ochenta, la agrupación Human Tetris busca denotar con su nombre la complejidad de los vínculos humanos. Fundada en 2008 en la ciudad de Moscú, esta banda también goza con montones de adeptos en Latinoamérica y representa una de las apuestas más interesantes de esa llamada tendencia post punk rusa, a pesar de su inestabilidad: en 2012 tras la publicación de su álbum Happy Way In The Maze Of Rebirth, sus integrantes se separaron y no fue hasta 2018 que decidieron lanzar un nuevo álbum: Memorabilia. Al igual que los mencionados Motorama, Human Tetris se comunica en inglés, lo cual pone el acento en lo paradojal que es hablar de la identidad rusa de estos grupos. Entre sus composiciones destaca el single Things I Don’t Need.
Буерак (Buerak)
Entre los muchos proyectos que forman parte de la escena musical rusa, en ruso, se encuentra el dueto que conforman Artyom Cherepanov y Alexandr Makeyev desde 2014: Buerak. Una de sus canciones, Страсть к Курению, infaltable en las compilaciones que existen en plataformas como Spotify o YouTube sobre post punk ruso, es un sencillo homenaje a uno de los placeres más sencillos, vicio terrible como lo son todos: fumar un cigarrillo -ese consumirse a sí mismo, la vida propia, con cada bocanada-.