martes, 29 de octubre de 2013

LOU REED Y LOS "ELECTROSHOCKS"

msn, 28/10/2013


El recién fallecido cantante sufrió en su adolescencia la intolerancia de la época, que llevó a sus padres a tratar de "curar" su comportamiento homosexual en centros psiquiátricos de Nueva York.

El músico recientemente fallecido Lou Reed fue víctima en su juventud de una idea que todavía hoy perdura: que ciertos comportamientos, cuando no se ajustan a la norma, son producto de enfermedades. Lo pagó caro, pero el sufrimiento que le provocaron le inspiró para algunas de sus canciones.

Corría el año 1956 y los padres de Lou Reed detectaron que su hijo tenía tendencias homosexuales. Por aquel entonces, la homosexualidad estaba considerada como una enfermedad y un peligro social por gran parte de la opinión pública. De hecho, la OMS no la excluyó de su catálogo de enfermedades y problemas de la salud hasta 1990. En España, todavía tenían vigencia las teorías del psicólogo Antonio Vallejo-Nágera, que identificaban a los comunistas con una genética defectuosa. Otro tanto con mujeres y homosexuales.

En este ambiente, la familia de Reed lo llevó a un centro psiquiátrico de Nueva York donde (algo habitual en la época) se utilizaba el tratamiento de electroshocks para reconducir las conductas "desviadas". Ciertamente, aquello servía, puesto que las descargas eléctricas desdibujaban hasta la mínima expresión la personalidad del "paciente".

En el libro sobre la historia de la música moderna Por favor, mátame, Lou Reed explica la sensación que le dejaban aquellas prácticas: "El efecto es que pierdes tu memoria y te conviertes en un vegetal, no puedes leer un libro porque llegas a la página 17 y tienes que volver a la página 1 de nuevo". Y tal cual lo contó años después, en una canción de letra devastadora, "Kill Your Sons" ("matar a tus hijos"), en la que el cantante relata su experiencia en los centros psiquiátricos a los que llevaron sus padres.

El documentalista Adam Curtis relata en su película It Felt Like a Kiss que el artista se sentía vacío y deprimido durante esta terapia y que, tiempo más tarde, quiso retratar sus sentimientos en su música. Canciones como "I'll Be Your Mirror", cantada por Nico,reflejan el duro trance, las duras huellas que le dejaron la experiencia y la necesidad de ser sacado de ese pozo de angustia: “Cuando pienses (...) que eres retorcido y desagradable, permíteme mostrarte lo ciego que estás” .

Una historia no tan lejana

La historia de adolescencia de Lou Reed puede ser una curiosa anécdota musical, pero de hecho es solo una muestra de hasta dónde puede llegar el convencimiento de que la diversidad humana (sexual, en este caso) es un comportamiento asocial que debe ser tratado psiquiátricamente. En el caso de la homosexualidad, las cosas han cambiado, pero todavía siguen publicándose numerosos libros, con teorías de autores con doctorados, que proponen curas para la homosexualidad.

El pasado marzo, salió a la luz un ejemplo extremadamente sádico de estas prácticas, que tuvo lugar en Sudáfrica. El joven Raymond Buys (de 15 años de edad), que había participado en un campamento de carácter militar para “masculinizar” adolescentes, moría tras haber sufrido desnutrición, palizas y vejaciones de todo tipo.

El año pasado, tras 37 años de actividad, la organización cristiana Exodus cerró sus puertas y pidió perdón a los miles de afectados que habían pasado por sus campamentos para sanar sus tendencias homosexuales. Esta decisión tuvo lugar después de que California se convirtiera en una administración pionera, al prohibir las “terapias” que tuvieran como objeto convertir a gays en heterosexuales.

Tan solo es una pequeña aunque trágica muestra de que, pese a los avances, parte de la sociedad trata de encajar la homosexualidad en su mundo, pero a palos, como al pobre Lou Reed adolescente, que en paz descanse.