lunes, 28 de septiembre de 2020

"GOLDEN BROWN" DE THE STRANGLERS: MUCHO MÁS ALLÁ DE LA HEROÍNA, DEL AMOR Y DEL CAOS

Javier Hualde

Rock FM, 05/05/2020

[Sirva este artículo como recordatorio que el gran teclista Dave Greefield de The Stranglers nos dejaba el pasado mes de mayo por culpa de la maldita pandemia de COVID-19.]

Repasamos la historia del mayor hit de The Stranglers, "Golden Brown"



En 1981, The Stanglers publicaban su álbum 'La Folie'. Dentro de este redondo se encontraba un tema que, en un principio, todo el mundo pensaba que pasaría desapercibido, se trataba de "Golden Brown". La canción no salió como single hasta que los encargados de las radios del momento, al escucharla, se dieron cuenta de que el tema era una verdadera joya, pese a su atrevida letra en la que, a todas luces, se hablaba sobre el uso y la venta de heroína. 

Lo cierto es que The Stranglers nunca habían tenido miedo de demostrar su estilo de vida o su nihilismo ni en su música ni en su vida pública. Los miembros del conjunto consumían drogas sin ningún reparo y, si tenían que hacerlo, no dudaban en generar altercados. En 1980, la banda fue detenida en París, tras inicar una revuelta cuando se canceló uno de sus conciertos. Pocos meses antes, la banda decidió atar, literalmente, al sol, a una periodista de NME que había hecho una crítica negativa de su trabajo. Al poco tiempo, le hicieron lo mismo a un reportero francés en la Torre Eiffel. A los miembros de The Stanglers les daba todo igual y si tenían que agredir a la gente, no tendrían problemas en hacerlo. 

Hugh Cornwell, cantante del conjunto, también fue arrestado y encarcelado durante dos meses por, precisamente, andar trapicheando con drogas. Su música tampoco se quedaba corta, el segundo single de su historia "Peaches", se convirtió en la primera canción en ser censurada en la historia de la BBC. The Stranglers habían venido para causar todo el caos posible y no iban a quedarse quietos. Su sonido, sin embargo, triunfaba, sobre todo gracias a los teclados de Dave Greenfield, que le dio a la banda ese extra que necesitaban para diferenciarse del resto de bandas. 

En este contexto, queda claro que "Golden Brown" hablaba, sin tapujos de ningún tipo, de drogas y, mas concretamente, de heroína. Sin embargo, en 2001, el cantante de la banda reveló que el tema, en realidad, tenía varias lecturas. "Habla de heroína y también de una chica", explicó. Se trataba, de hecho, de la novia de Cornwell en aquel momento, una chica europea, del Mediterráneo, que tenía la piel tostada, de un color entre marón y dorado. En este caso, The Stanglers dejaron claro que, aunque no tenían miedo de tocar tabúes, no querían que la interpretación de su obra se redujera solo a eso. 

A nivel musical, la canción nació cuando Dave Greenfield, el hombre que aportó el "extra" necesario para que la banda destacara diferenciando su sonido de otras del panorama del momento, comenzó a expermientar con las texturas y el sonido de su teclado, dando vida a una canción. Rápidamente, Hugh Cornwell se puso manos a la obra y escribió 10 minutos de letra que, finalmente, quedarían reducidos a cinco para que encajaran con la música. 




"Estábamos en un punto muerto en aquel entonces", recordaba el bajista de la banda Jean Jacques Burnel en una entrevista con Reminiscin'. "Una nueva compañía discográfica había absorbido a la que nos habían fichado originalmente. Nos dijeron que el punk ya no estaba de moda y que estábamos acabados, nuestra respuesta fue forzarles a sacar el disco. Ellos afirmaron que no sonaba a The Stranglers y que no se podía bailar con sus canciones, pero al final accedieron. Lo sacaron antes de Navidad pensando que se estrellaría, pero se equivocaron. El disco triunfó y, como resultado, aquel año ganamos un premio Ivor Novello". 

Al final, más allá del amor y las drogas, The Stanglers, con "Golden Brown", demostraron que eran mucho más que una banda capaz de sembrar el caos allá por donde pasaban. El conjunto le dio en las narices con su éxito a todos aquellos que pensaban que no sabían hacer buenas canciones y que el punk había muerto. A fin de cuentas, ningún directivo de una compañía musical podría determinar el destino de una de las bandas más salvajes de todos los tiempos.