Ignacio Pulio
El Barco de Cristal, 23/12/201
En junio de 1968, poco después de una actuación en el Fillmore East, a Alexander Lee «Skip» Spence –miembro fundador de Moby Grape– se le cruzaron los cables. Puesto de ácido hasta la médula, tomó un hacha de incendios del hotel Albert de Nueva York –donde se hospedaba con su banda- e intentó agredir sin éxito a sus compañeros, el guitarrista Jerry Miller y el batería Don Stevenson. Acto seguido, se trasladó a los estudios de la CBS con la intención de asaltar al productor David Rubinson. Tras ser reducido y detenido por la policía, fue conducido al infame complejo de detención de Manhattan -conocido popularmente como «The Tombs»- y, posteriormente, al centro hospitalario de Bellevue, donde estaría internado los siguientes seis meses.
El abuso del LSD, alcohol y otra suerte de sustancias habían pasado factura a «Skip» Spence, quien fue diagnosticado con esquizofrenia. El talentoso músico de la costa Oeste se había convertido en otra de las destacadas víctimas de la época dorada de la psicodelia. Su nombre permanece asociado desde entonces al de Syd Barrett (Pink Floyd) y al de Roky Erickson (The 13th Floor Elevators), quienes también pagaron un alto peaje como fruto de sus escarceos con los psicotrópicos.
A lo largo del medio año que duró su internamiento, «Skip» Spence escribió varias canciones que con posterioridad formarían parte de su minimalista y personal trabajo «Oar» (Columbia, 1969), álbum denostado en su época por la propia discográfica y cuya valoración se ha incrementado exponencialmente con el paso del tiempo.
Cuenta la leyenda urbana que, cuando «Skip» Spence recibió el alta hospitalaria, se subió a su moto y se dirigió directo a Nashville con el objeto de grabar el que sería su único disco en solitario. Lo cierto es que este episodio nunca sucedió. Cuando Spence pisó la calle de nuevo, su productor, David Rubinson, consideró oportuno grabar las composiciones en las que el músico había estado trabajando durante su tratamiento antipsicótico a base de torazina. A tales efectos, Rubinson propuso a Columbia la grabación de un LP en los que estudios que la compañía poseía en Nashville.
La decisión de grabar en Nashville había sido sopesada con antelación por Rubinson. Y es que en los estudios de Tennessee trabajaba por aquel entonces Mike Figlio, un ingeniero conocido por su desbordante paciencia. «Skip» Spence –que produciría su propio álbum- se mudó a Nashville con el objeto de volver a trabajar de inmediato. Confiaba en que el regreso a los estudios le ayudase a superar el bache.
Rubinson fue tajante en sus indicaciones. Señaló a Figlio que debería de grabar todo y cuanto aconteciese en el estudio. Del mismo modo, decidió evitar su presencia en Nashville con el objeto de no interferir en el proceso creativo del músico. La grabación de «Oar» fue llevada a cabo entre los días 3 y 12 de diciembre de 1968. «Skip» Spence, que se ocupó de todos los instrumentos, contó para ello con un grabador de tres pistas.
Una vez finalizado el trabajo, «Skip» Spence entregó a Rubinson las cintas convencido de que tan sólo serían utilizadas como simples demos. No obstante, las pretensiones de Rubinson fluían por otros cauces y «Oar» salió a la luz el 19 de mayo de 1969. Columbia se desvinculó por completo de la promoción del álbum y, a pesar de las plegarias de Rubinson, resultó ser un estrepitoso fracaso comercial. Fue retirado del catálogo de la discográfica apenas un año después.
La negligencia o la simple desidia de la discográfica condenaron a «Oar» al más absoluto de los ostracismos. El álbum había sido grabado en unas condiciones que distaban mucho de las impuestas por una gran compañía como Columbia, donde, por norma general, priman los intereses comerciales frente a las libres manifestaciones artísticas surgidas de lo más profundo del alma, como es este el caso. Haciendo gala de una reseñable estrechez de miras, Columbia prefirió esconder en lo más oscuro de sus armarios el que, sin lugar a dudas, es uno de los trabajos más sinceros del folk-rock de la segunda mitad de los sesenta y la cima de la carrera musical de «Skip» Spence.
«Oar» no sólo refleja estado mental de «Skip» Spence, se trata de un álbum donde se pone de manifiesto el genio creador del músico que también había sido artífice de alguna de las mejores composiciones de Moby Grape, como por ejemplo la magnífica «Omaha». «Oar» es delicado, de una fragilidad cristalina que versa entre el minimalismo, la vanguardia, el folk y el country.
Las luces y las sombras de su artífice se condensan en letras de evocador misticismo y de un dolor desgarrador, un llanto casi susurrado por momentos y acompañado por una música en ocasiones tan sólo interpretada por una batería y un bajo. La temática de sus cortes, que oscilan entre el amor -como es el caso de las baladas country «Broken heart», «Dixie peach promenade» o «Cripple Creek»- y la sátira de otros como «Lawrence of Euphoria» o «Margaret-tiger rug», supone un viaje a lo más profundo de la mente de «Skip» Spence salpicado por mensajes cuya auténtica interpretación –en muchos de los casos- sólo está al alcance del autor.
«Oar» contiene una serie de cortes que se precipitan a abismos repletos de matices atendiendo a las pulsiones más primigenias de la genialidad de Spence. Tal es el caso de canciones como «Little hands», «War in peace», «All come to meet her» «Grey/Afro» o «Book of Moses», tema acompañado por efectos sonoros y que recuerda a las viejas canciones de trabajo, antecesoras del blues. «Weighted down» o «Diana» dejan entrever al Spence más melancólico, un hombre de gran talento atrapado por sus propios fantasmas.
«Oar» ha sido re-editado en varias ocasiones. En 1991 fue re-mezclado por completo y publicado en CD por Sony Special Products. Esta edición incluye cinco cortes nuevos: «This time he has come», «It’s the best thing for you», «Keep everything under your hat», «Furry heroine» y «Doodle». Una posterior re-edición en 1999 a cargo de Sundazed utilizó de nuevo las cintas originales y añadió cinco cortes más a los ya incluidos en su momento por Sony: «Givin’up things», «If I’m Good», «You know», «Fountain» y «I think you and I».
Tras la insípida repercusión de «Oar», «Skip» Spence colaboró tímidamente en el quinto álbum de Moby Grape, «20 granite creek» (Reprise, 1971) y en el directo «Live Grape» (Reprise Records, 1978). El resto de sus días estuvieron marcados por la adicción a la heroína y a la cocaína, el alcoholismo y la indigencia que le llevó a vagar por San José y Santa Cruz, en California. El 16 de abril de 1999, falleció a falta de dos días para cumplir cincuenta y tres años de edad como consecuencia de un cáncer de pulmón.
A penas tres meses después de su fallecimiento, salió al mercado «More Oar: A tribute to the Skip Spence album» (Birdman, 1999), un disco de tributo en el que participan, entre otros, artistas de la talla de Robert Plant, Mudhoney, Beck o Tom Waits. El álbum incluye el tema inédito «Land of the sun», un descarte que debería haber sido incluido en el recopilatorio «Songs in the key of X» (Warner, 1996), dedicado a la serie televisiva «Expediente X».