sábado, 31 de mayo de 2025

RUTA POR LAS CIUDADES MUSICALES DE ESTADOS UNIDOS: DESDE LOS ORÍGENES DEL ROCK AND ROLL HASTA LA MECA DEL COUNTRY

Sara Andrade Abad

El País, 24/04/2025

Chicago, Nashville, Nueva Orleans... Te acercamos una oportunidad de lujo para recorrer la historia de la música en primera fila.



Elvis Presley, James Brown, Dolly Parton, Johnny Cash, Bob Dylan o Taylor Swift son solo una pequeña lista de artistas norteamericanos que nos llevan a entender cómo ha sido para el mundo la música de Estados Unidos. Su alcance mundial y los diversos géneros musicales nos llevan a un viaje único y diverso en el país, una oportunidad de recorrer algunas de sus principales ciudades para conocer los orígenes del blues, del soul, del jazz, del country o del rock and roll.

Este viaje te llevará a través de las ciudades más emblemáticas de la música, desde la exquisita Chicago hasta la histórica Nueva Orleans, y lo hace de la mano de un experto en la materia, el guía Álvaro Planchuelo, con el que un grupo de viajeros recorrerá el país y sus mejores localizaciones musicales del 1 al 14 de octubre. EL PAÍS Viajes es el encargado de organizar este viaje por Estados Unidos, que contará con un máximo de 20 personas. De momento, y antes de hacer maletas, te mostramos algunas de las paradas musicales más increíbles del viaje. ¡Sube el volumen!

Chicago y una rica escena musical

Chicago es una de las ciudades más importantes de la música de Estados Unidos. Prácticamente no hay estilo que se le resista: desde la música house, pasando por el gospel, el blues o el jazz, que es, seguramente, el estilo de música más arraigado. Se entiende cuando se revisa su historia: durante los primeros años del siglo XX, la Gran Migración hizo que muchos músicos afroestadounidenses de blues y jazz avanzaran por el río Mississippi hasta las ciudades del norte. Así fue como se empezaron a abrir los primeros clubes de música jazz. En la actualidad, la ciudad celebra muchos eventos relacionados con el jazz, aunque sobresalen dos: el Chicago Jazz Festival y el Hyde Park Jazz Festival.

Los años sesenta y setenta del pasado siglo fueron muy relevantes para la historia musical de la ciudad, ya que fue cuando se asentaron las bases de lo que estaba por llegar. Se cree que, por ejemplo, la música house se empezó a escuchar en el club nocturno de Chicago The Warehouse, y de ahí su nombre. Por supuesto, no podemos dejar de mencionar el rock and roll, que fue especialmente prolífico en estos años, cuando se crearon numerosas bandas. Los años ochenta serían, con total seguridad, el mejor momento para escuchar rock en la ciudad.

Hay muchos lugares para explorar Chicago en clave musical: algunos de los más famosos e históricos son el teatro Arcada, que abrió sus puertas en 1926; el Byline Bank Aragon Ballroom; el Teatro de Chicago, construido en 1924; el Empty Bottle (este de los años noventa), Jazz Showcase, uno de los clubes de jazz más antiguos de la ciudad; Thalia Hall, una sala pionera en la música acústica, el espectacular Jay Pritzker Music o la Ópera Cívica.

Para saber más sobre la historia del soul de Chicago y la historia de Chess Records, una de las principales compañías musicales de la ciudad, hay que visitar el Blues Heaven Museum, así como el restaurante y sala de conciertos Buddy Guy’s Legends, todo un emblema del soul americano.

Nashville, la capital de la música ‘country’

Bristol, Virginia y Tennessee son la cuna de la música country, y eso es un hecho. Sin embargo, viajamos hasta el Estado de Tennessee para conocer la capital de la música country popular, Nashville, también conocida como Music City USA. Una ciudad que ha visto crecer a antiguas leyendas del country, pero también a nuevas, como la cantante Taylor Swift. Para conocer su historia deberás dirigirte al templo de la música country donde han dado conciertos este icono milenial y otros más antiguos. En el Ryman Auditorium se ofrecen recorridos diarios y, con suerte, verás alguna actuación.

También son importantes en Nashville el Country Music Hall of Fame y el Johnny Cash Museum, además de clubes tradicionales de country como Robert ‘s Western World y tiendas que venden ropa del Oeste como Boot Barn. La calle de Broadway siempre ha sido un punto de reunión del country de la ciudad, así que no te la puedes perder. Un lugar especial en la ciudad es Bluebird Café, un espacio con capacidad para 90 personas que ha acogido algunas de las actuaciones de los mejores compositores de los últimos años. Las fotografías que cubren sus paredes incluyen artistas de la talla de Willie Nelson, Faith Hill, James Taylor y Neil Young.



Memphis, cuna del ‘rock and roll’

Memphis, la ciudad más grande de Tennessee, es un destino imprescindible para los fanáticos de Elvis, la música, la historia y la barbacoa: no en vano cuenta con más de 100 restaurantes con esta especialidad. Y es que la ciudad de Memphis, aunque también sea importante por la presencia del blues, es sobre todo conocida por el rock. Quizá tenga mucho que ver que es el hogar de Elvis, el rey del rock and roll. Se puede visitar su antiguo hogar, Graceland, para recordar a esta figura legendaria; aquí vivió durante 20 años. Además, justo al lado de la casa se encuentra el edificio de premios, donde puedes maravillarte con la gran cantidad de discos de oro que Elvis ganó, como también sus famosos trajes.

Desde Graceland, puedes conducir hasta el Sun Studio, el lugar donde Elvis, Jerry Lee Lewis y Johnny Cash grabaron sus primeros discos en la década de 1950. Si quieres conocer la historia de este género musical, debes hacer una visita a Memphis Rock ‘n’ Soul Museum y al Stax Museum of American Soul Music.

Toma nota, porque el corazón de la escena musical de Memphis se encuentra en Beale Street, donde cualquier día de la semana puedes disfrutar casi cualquier tipo de entretenimiento en vivo que se te ocurra. Allí también encontrarás la Gibson Guitar Factory, donde hay visitas guiadas y es interesante conocer el proceso de creación de las guitarras eléctricas. Johnny Hallyday es uno de los músicos famosos cuya guitarra se fabricó aquí; también puedes ver muchos artículos de colección firmados por los nombres más importantes de la industria musical. Quédate en esta calle y disfruta del ambiente nocturno; siempre hay música callejera, buena cerveza y comida excelente.

Clarksdale, el corazón del ‘Delta Blues’

Es posible, a no ser que seas un experto, que no hayas escuchado hablar demasiado de la ciudad de Clarksdale. Se encuentra escondida en el corazón del Misisipi y rodeada de kilómetros de campos de algodón. Pero ¿por qué es conocida y por qué deberías hacerle una visita si te gusta la música? Pues porque aquí comenzó el blues. The Crossroads es la meca para los seguidores del este género, porque es aquí donde una de sus figuras más importantes, Robert Johnson, vendió su alma al Diablo para aprender a tocar blues.

Aquí la música en vivo suena por todas partes: dirígete a Red’s Lounge, donde la experiencia es realmente auténtica, para escuchar a nuevos talentos; o a Ground Zero Blues Club, que es copropiedad del actor Morgan Freeman. En el Hopson Plantation Commissary también se presentan excelentes espectáculos y cuenta con una antigua plantación convertida en motel, llamada Shack Up Inn. Asiste al Juke Joint Festival en abril, al Sunflower River Blues and Gospel Festival en agosto o al Deep Blues Festival en octubre.

El Rock & Blues Museum y el Delta Blues Museum son buenos lugares para adentrarse en la historia del Delta Blues y del blues.



Nueva Orleans, la casa del jazz

Terminamos esta breve ruta por las ciudades musicales de Estados Unidos en Nueva Orleans, el paraíso para los amantes de la música y la cuna de los géneros de jazz, zydeco, R&B y soul, y que ha aportado a gigantes de la música como Louis Armstrong, y artistas contemporáneos como Trombone Shorty, Jon Batiste, Branford Marsalis y Harry Connick Jr.

Para descubrir todo este legado musical, hay lugares muy interesantes, como Frenchmen Street en Faubourg Marigny, un vecindario criollo original que es una meca de clubes nocturnos, bares y restaurantes, y la calle de Bourbon. Podrás encontrar música en vivo todos los días y noches del año. Otro lugar imperdible es el Preservation Hall, dedicado a conservar la tradición de jazz de Nueva Orleans. También podrás encontrar lugares más íntimos, como Spotted Cat Music Club y Tipitina’s, ambos con artistas locales de soul y funk de la ciudad. Por supuesto, el New Orleans Jazz Museum es una obligada visita para conocer todos los detalles de este género musical, ubicado en un edificio histórico del siglo XIX, la Antigua Casa de la Moneda de Estados Unidos.


PULP, EL GRUPO QUE CANTÓ LOS ROMANCES DE LA CLASE OBRERA, CULMINA CON SU REGRESO EL RETORNO DEL BRITPOP

Francisco Gámiz

elDiario.es, 19/05/2025

La banda, que se alejó de la escena musical en 2002, vuelve esta primavera con 'More', su primer álbum en 24 años


Cuando el verano del año pasado Oasis anunció su vuelta al escenario, una mecha se encendió en el mundo de la música: el britpop estaba de vuelta. El grupo, compuesto por los hermanos Liam y Noel Gallagher, ha sido uno de los máximos representantes del género durante su surgimiento unas décadas atrás, lo que era una inesperada y también ilusionante noticia para sus seguidores. Pero no ha sido la única banda que ha vuelto a tomar las riendas de los conciertos tras la pandemia, pues Blur y Suede ya daban señales de que el britpop se planteaba vivir para siempre. Si podía quedar alguna duda, el regreso musical de Pulp supone toda una confirmación, con concierto en España en el Bilbao BBK Live el próximo 10 de julio.

“Este es el primer álbum de Pulp desde We Love Life en 2001. Sí, el primer álbum de Pulp en 24 años”, declara con orgullo su líder Jarvis Cocker en un comunicado de prensa, que hace oficial lo que supondrá uno de los lanzamientos más esperados de este año: More, el octavo trabajo discográfico de Pulp, llega a las tiendas el próximo 6 de junio. La banda, que ha vendido a lo largo de su carrera más de 10 millones de álbumes, está preparada para volver a la escena musical y al ojo público. Su single principal, Spike Island, ya está disponible. Dicho tema supone el regreso de un grupo que revolucionó la escena pop alternativa durante los 90, enamorando con su sonido hasta que, en 2002, tomó la decisión de parar para un largo descanso.

Si entendemos la música como el maravilloso arte de hacer magia, podría decirse que Pulp dio con la receta del hechizo en Sheffield (Inglaterra). Allí, en 1978, Jarvis Cocker (15 años) y su compañero de clase Peter Dalton (14 años) fundaron la banda en The City School, adoptando inicialmente el nombre de Arabicus Pulp, inspirado por el grano de café Arábica, que aparecía en el índice de materias primas del Financial Times. Poco a poco, Cocker fue dando forma al grupo que hoy asociamos con Pulp: en 1983 se unió Russell Senior, aportando guitarras y violín; en 1984 llegó Candida Doyle para ocuparse de los teclados, consolidando el sonido atmosférico del grupo; unos años después se sumarían Nick Banks y Steve Mackey —que falleció en 2023 tras unos meses hospitalizado—, a cargo de la batería y el bajo respectivamente, y en 1998 se incorporó Richard Hawley como guitarrista.

Ya en plena euforia del britpop, en 1995, se incorporó a la banda Mark Webber como segundo guitarrista, dando lugar al sexteto que grabó sus discos más emblemáticos. Esta época estuvo marcada por la intensa cobertura de la prensa musical, que convirtió en acontecimiento la rivalidad entre bandas como Blur, Oasis, Suede, Elastica o incluso Pulp, que nacen como respuesta a la decadente escena del rock alternativo inglés en una industria que se había quedado sin referentes en el rock. Estas causas fundamentales, que Ángel García Piñán recoge en su investigación La contracultura musical como referente social en la segunda mitad del siglo XX para la Universidad de Valladolid en 2021, dieron motivo a la creación del género, al que finalmente se le acuñó el término de britpop.

Un grupo con conciencia de clase

Fue durante la cúspide del britpop cuando Pulp publicó su quinto álbum de estudio, Different Class (1995), considerado el más importante de su discografía y atravesado por la desigualdad social. De hecho, canciones como Common People o I Spy diseccionan con ironía la brecha entre ricos y pobres, así como la mercantilización de la cultura, apuntando a las tensiones socioeconómicas de la Gran Bretaña de los 90. Lucía Lijtmaer, periodista y traductora de Jarvis Cocker al español, destaca que sus letras tienen un “tono muy irónico”, jugando con la “imagen del perdedor” y el “orgullo de clase”. Además de tener temas personales sobre el amor, la envidia, los celos o el deseo, Pulp también abordaba la “conciencia de formar parte de un grupo social” y radiografiaba “momentos colectivos puntuales”.

La banda siempre ha acostumbrado a elevar lo cotidiano hasta convertirlo en algo épico: Disco 2000 (1995) rescata la nostalgia juvenil fantaseando con el amor de una persona cuya “casa es muy pequeña”, mientras que Mis-Shapes (1995) es un canto a los “inadaptados”, describiendo el conformismo que se ha apoderado de la sociedad actual: “Nos gustaría ir a la ciudad, pero no podemos arriesgarnos porque solo quieren mantenernos fuera, podrías acabar con una bofetada en la boca solo por destacar”. Cocker también se reía del despertar sexual en la adolescencia, e incluso en Babies (1992) lo lleva a esconderse en el armario de su hermana mayor para observarla. Su composición triunfaba por retratar vidas tragicómicas y aspiraciones frustradas con una mezcla de humor y hasta melancolía.

Para Eduardo Rabasa, traductor de las memorias de Jarvis Cocker tituladas Buen Pop, Mal Pop (2023), el grupo se diferenciaba de las “bandas más icónicas del britpop” por su “transfondo” de “lucha de clases”, lo que lo hacía “un poquito menos mainstream” aun cuando conquistaba a un “gran sector de gente marginada”. El escritor mexicano cuenta a este periódico que, cuando conoció al vocalista con motivo de la obra, le sorprendió que fuera “particularmente consciente de ser amable” en lugar de tener aires de “superestrella”. “Son detalles que no esperas de un músico de tan alto perfil”, declara Rabasa, contrastando con la imagen que se ha labrado Cocker a lo largo de su trayectoria, sobre todo después de uno de los momentos más controvertidos de la cultura pop de los 90.

En los premios Brit de 1996, en los que Michael Jackson se presentó para cantar Earth Song, Jarvis Cocker irrumpió en el escenario, se puso de espaldas al público y se bajó los pantalones. Michael Jackson declararía después que se sentía “repugnado” y “apenado”, pero “orgulloso de que los extras mantuvieran su profesionalidad y el show continuara”. Cocker, por su parte, alegó en el programa TFI Friday que, mientras veía la actuación, se sintió “un poco mal porque [Jackson] estaba ahí, haciendo como si fuera Jesucristo, y tal vez había otra mucha gente que también lo encontraba desagradable”: “Entonces pensé: ‘El escenario está ahí, yo estoy aquí, y si quiero puedo hacer algo y decir que esto es un montón de basura’”.

Este momento en los premios Brit, junto a la batalla de Oasis y Blur en las listas de éxitos, es uno de los recuerdos del britpop que persisten en las redes sociales. Sin embargo, dado que internet “carecía de contenido de britpop más allá de las cosas obvias”, el aficionado James Tanner creó en 2016 la cuenta @britpopmemories en Twitter. Este se hizo amante del britpop porque fue la escena musical que experimentó durante su adolescencia: “Tenía 14 años en marzo de 1994 cuando Oasis debutó en televisión y, tras años escuchando la colección de música de mis padres, había encontrado mis propios grupos favoritos”. Tanner comenzó la cuenta en Twitter compartiendo “artículos aleatorios de revistas antiguas de música”, pero luego decidió que “tenía más sentido” dedicar más tiempo a “grupos y eventos pequeños a veces olvidados”.

James Tanner resalta la vinculación de Pulp con Sheffield, una ciudad que “tiene una gran historia como centro industrial —sobre todo, siderúrgico— de Inglaterra”: “A medida que la industria siderúrgica disminuía, la ciudad empezó a sufrir un declive en los años sesenta y setenta. Los miembros de Pulp crecieron en esos tiempos difíciles, y puede decirse que la ciudad los moldeó de la misma manera que Liverpool moldeó a los Beatles”. Pronto, la ciudad empezaría a sonar a ellos y no tanto al revés. Eduardo Rabasa señala que supieron combinar “letras muy inteligentes, mordaces y agudas” con un “pop muy melódico y pegajoso”, algo con lo que concuerda Lucía Lijtmaer, que describe sus canciones como “himnos pop” cuyos ritmos son “superpegadizos”.

Como muchas bandas de britpop, James Tanner explica que Pulp “sufrió un desgaste provocado por las altas expectativas de la industria y el estilo de vida de celebridad del que Jarvis formaba parte”. Tanto fue así que el álbum que publicaron a finales de los 90, This Is Hardcore (1998), supuso “una advertencia de que la banda se encontraba en una situación más oscura que antes”, resultando ser “el principio del fin”. Muchos años después de la retirada de Pulp en 2002, un anuncio conmocionó a los seguidores del grupo, que se dieron cuenta de que no conocían a sus componentes tanto como creían: la teclista Candida Doyle había sido diagnoticada con artritis reumatoide en la adolescencia. Habló de ello públicamente en un documental sobre la banda que se estrenó en 2014, dirigido por Florian Habicht y disponible en Filmin, en el que reconoció que le daba vergüenza abordar el tema.

Más allá de su enfermedad, la presencia de Candida Doyle ha sido importantísima en Pulp, y Lucía Lijtmaer indica que “es muy bonito y demuestra mucho el espíritu del grupo que hayan respetado su proceso”. La periodista reconoce el valor de su figura, pues Doyle es “una de las pocas mujeres que hay en el britpop”, así como lo fue Elastica durante su auge. “En un ámbito que se volvió muy machirulo, su presencia siempre era muy tranquilizadora para las chicas a las que nos gustaba la música pop”, dice Lijtmaer. James Tanner subraya que, mientras que “el britpop tuvo mala reputación en Reino Unido” al ser tildado de “sexista y retrógrado”, “en los últimos cinco años, esta narrativa ha ido cambiando poco a poco y el britpop se aprecia más justamente por la gran música que generó y el ambiente optimista y divertido que lo rodeaba”.

Aunque Pulp siempre se ha distanciado del término de britpop, Tanner considera que “eso cambiará esta vez”: “Su regreso probablemente no redefinirá el britpop, pero, junto con la reciente reunión de Blur y la muy esperada gira mundial de Oasis este verano, ayudará a llevar el britpop a una nueva audiencia más joven y le dará a su renacimiento un gran impulso de energía y exposición”. Jarvis Cocker confesó en el Jonathan Ross Show que la idea de hacer un nuevo disco surgió cuando decidieron “ver cuántas canciones” podían “escribir”. “Os merecéis más, y nosotros tenemos más. De hecho, tenemos Más”, bromeó el vocalista en el comunicado de prensa de la gira, meses antes de anunciar que, efectivamente, había un nuevo álbum en camino y Más sería su nombre. Así, el próximo 6 de junio habrá más canciones, más britpop y más Pulp.

lunes, 12 de mayo de 2025

MUERE IÑAKI FERNÁNDEZ, CANTANTE ÁCIDO DEL GRUPO GLUTAMATO YE-YÉ E ICONO DE LA MOVIDA MADRILEÑA

Diego A. Manrique

El País, 11/05/2025

[Que la tierra te sea leve, Iñaki.]

El vocalista de 63 años era un iconoclasta que colaboró en mil grupos y compuso inteligentes himnos

Iñaki Fernández, universalmente conocido como Iñaki Glutamato, falleció este sábado de madrugada en un hospital de Madrid, víctima de un cáncer, con 63 años. Uno de los personajes más característicos de la Movida, en su vertiente underground, encabezó numerosos grupos, aunque siempre se le identificaba con Glutamato Ye Yé, grupo participado por otros ilustres réprobos como los hermanos Recio o Eugenio Haro y fundado en 1979.

Nacido en Bilbao en 1961, hijo de asturiano y vizcaína, Iñaki pronto se demostró un culo de mal asiento. Era técnicamente menor de edad cuando se escapó hacia los paraísos contraculturales de Ibiza y Formentera. De vuelta en Madrid, con su íntimo colega Luis Vida El Bomba, enseguida descubrieron que su aspecto no se adecuaba a una ciudad que comenzaba a sentir la fiebre de la nueva ola. Encajaba en la tropa hippy de El Retiro pero decidió cortarse la melena y adoptar como signo de identidad un bigotillo, que creaba confusión: “¿va de Hitler o de Chaplin?”.

Su repertorio tampoco se podía encasillar fácilmente: una gema pop como Corazón loco convivía con el surrealismo cotidiano de Hay un hombre en mi nevera. Competía con Siniestro Total en Holocausto caníbal y se burlaba del impulso benéfico de las megaestrellas con Todos los negritos tienen hambre y frío. Provocaba sonrisas y cantos de estadio con Soy del Atleti (que partía del himno de la Legión). Se encuadró a Glutamato en Las Hornadas Irritantes, subgrupo que se enfrentaban a los que denominaban Los Babosos (Iñaki insistía que ese calificativo no era aplicable a Nacha Pop o Mamá, como se solía creer, sino a la tendencia a la ñoñería). Carecía de una voz convencional, algo que compensaba con su carisma y su inagotable humor. No sabíamos muy bien si había voluntad paródica en su versión del éxito posconciliar de Voces Amigas: “canto al amor sincero, canto al fuego del hogar/ canto a la verdadera libertad.”

En un ambiente marcado por la frivolidad, Iñaki destacaba como genuino buscador de experiencias psicodélicas e investigador de la pulsión religiosa: había sido hare krishna y había algo más que provocación cuando salía en una portada como Cristo con corona de espinas. No fue ninguna casualidad que tuviera grupos como Los Beatos o Los Pecadores. Muchos años después, lamentaba no haber coincidido con Abogados Cristianos, “que son lo menos cristiano del país.”

Tenía una idea épica de la existencia y participaba de la utopía de cambiar el mundo; había militado en el Partido Comunista en tiempos estudiantiles. Era inevitable que su breve estancia en una discográfica multinacional no fuera feliz: “me reían las gracias pero no entendían lo que yo planteaba.” Sabía buscarse la vida: llegó a montar en Malasaña una tienda de artesanía magrebí, Tan-Tan. Pero le tiraba la música: en complicidad con su fiel guitarrista Manuel Patacho Recio, animó los grupos ante mencionados además de a Buenas Vibraciones o Coctelera Sónica. En sus últimos años, trabajó en la protección forestal y llevaba mal que algunos de sus compañeros no estuvieran orgullosos de “luchar en primera línea por la ecología.”