miércoles, 22 de julio de 2015

LA HISTORIA EN DETALLE DEL CBGB

Por Hilly Kristal

En 1998, Hilly Kristal, fundador del CBGB, escribió una historia del club. Aquí está sin cambiar una coma:

La pregunta que más me hacen es "¿Qué significan las siglas CBGB?". Y yo contesto, "Significan el tipo de música para el que estaba pensado el club pero no el tipo de música por el que se hizo famoso: COUNTRY BLUEGRASS BLUES.La siguiente pregunta es: ¿pero qué significan las siglas OMFUG?" y yo digo "Eso tiene que ver con lo que hacemos, significa MUSIC FOR UPLIFTING GOURMANDIZERS [música para selectos tragaldabas]" Y ¿qué es un tragaldabas? Es un comedor voraz de, en este caso, MÚSICA.


No puedo empezar a contar cuántas veces me han hecho esas preguntas.

Mucha gente cree que OMFUG son siglas de algo obsceno, pero la verdad es que tuve la impresión de que CBGB sonaba tan trillado que quise acompañarlo con algo que sonara un poco zafio, o grosero.

A menudo la siguiente pregunta obvia es "¿es esta tu clase de música favorita?"

¡¡No!! Siempre me ha gustado de todo tipo pero la mitad de las emisoras de radio de todos los EE.UU. ponían música country, las mejores rocolas estaban poniendo blues y bluegrass y también folk y country. Además, muchos de mis amigos artistas y escritores se pasaban siempre por alguna convención de violinistas (concierto de bluegrass) o festivales de folk y blues. Así que pensé que sería divertido que se tocara este tipo de música en mi local. Desafortunadamente -o quizá AFORTUNADAMENTE- las cosas no resultaron exactamente como yo esperaba. 

Ese primer año fue un ejercicio de persistencia y una prueba de paciencia. Mi empeño en invitar solo a músicos que tocaban su propia música en vez copiar a otros era irrefrenable. LA ORIGINALIDAD (para mí) ERA LO PRIMORDIAL, LA TÉCNICA ESTABA EN SEGUNDO LUGAR.


El punto culminante de la era disco trajo una intensa insatisfacción entre los músicos de rock y sus fans. La música disco presidida por la comercialidad y los solos excesivamente largos y otras complejidades en mucho del rock de finales de los 60 y primeros setenta llevaron a muchos decepcionados entusiastas del rock a renovar los ritmos y sonidos del simple (VUELTA A LO BÁSICO) rock and roll de alto voltaje, que pareció tomar forma justo aquí en el CBGB. Llamábamos a esta música "rock callejero" y después "PUNK" - rock and roll de "sé tú mismo y haz lo que sabes hacer".

Puesto que casi todo el mundo que tocaba era relativamente desconocido, no les dimos ninguna garantía, pero dimos lo más que pudimos de los dineros que recaudábamos en la puerta para cubrir sus gastos. El CBGB se quedaba con lo de la barra. Con suerte verían el valor de construir una base de fans. Cuanta más gente venía y pagaba por verlos más fans conseguían. No fue hasta algún momento de 1976 que el club empezó a pagar por sí mismo. 

Tener un club de rock en el Bowery, bajo un albergue para indigentes (os lo creáis o no) sí que tiene algunas ventajas. (1) El alquiler es (era) razonable (2) La mayoría de los vecinos vestían peor o más raro que nuestros rockeros y (3) Los edificios colindantes eran mayormente industriales y a la gente que vivía cerca no parecía molestarles que un poco de sonido de rock and roll se filtrase en sus vidas. Las desventajas: en un radio de dos bloques había seis albergues en los que vivían dos mil personas, mayormente desahuciados. Yo diría que la mayor parte de ellos o eran alcohólicos, drogadictos deteriorados físicamente o bien gente mentalmente inestable. Algunos de ellos eran veteranos de la guerra de Vietnam que vivían de pensiones de invalidez y otros estaban simplemente perdidos en la vida o no habían tenido suerte. La calle estaba regada de cuerpos de alcohólicos desahuciados durmiéndola tras dos o tres tragos de vino adulterado y con más azúcar de lo normal. Había un montón de atracadores merodeando por el Bowery cebándose en los ancianos o en los minusválidos. Cuando alguien era soltado de la cárcel o del psiquiátrico era a menudo hospedado en uno de esos albergues esparcidos por la ciudad, así que teníamos que tratar con estos pirados  que intentaban meterse en el club.


Mayormente las navajas eran el arma preferida. Cuando las cosas mejoraron por aquí, yo había ya recogido tres docenas de navajas y otras armas variadas. Los atracadores (o los chorizos que mangaban a gente borracha) no eran tan peligrosos para la gente normal como parecían. Estaban acostumbrados a molestar a los viejos o a aquellos que se caían borrachos.

El Bowery era, repito, un sitio gris, feo y desagradable. Pero estaba bien para los rockeros. A la gente que frecuentaba el CBGB no parecía molestarles los borrachos que se tambaleaban y pasar por encima de unos pocos cuerpos. 

1975 estaba llagando a su fin. Fue un año destacable para el CBGB y para mí personalmente. Nadie se estaba se haciendo rico pero qué importaba. Nos lo estábamos pasando bomba. Era ciertamente emocionante, descubrir a nuevos artistas, encontrar nuevas bandas, correr la voz, intentar conseguirles contratos para grabar. 

Tras estar involucrado en todo tipo  de música (de una manera u otra) la mayor parte de mi vida, estaba empezando a comprender hasta qué punto las compañías discográficas estaban involucradas en la carrera de un artista y lo mucho que controlaban su éxito. Era el comienzo de mi relación de amor-odio con la industria del disco (los poderes establecidos).

Desde luego no me gustan todas las bandas que tocaron en el CBGB pero lo que sí que me gustaba era animarles a hacer cosas originales, a desafiar al establishment. Siempre he creído que cuánto más fuerte eres en relación contigo mismo y tus ideas (en este caso ideales musicales) más satisfactorio es tu éxito y, con suerte, más frutos obtienes en el futuro.


El año: 1976. Más de 2 años habían pasado desde que yo había abierto el CBGB. 1976 fue un año de celebración aquí en los EE.UU. por el aniversario de la fecha del 4 de julio: hacía dos siglos que habíamos obtenido la independencia como nación con respecto al establishment: el Reino Unido. Dos siglos más tarde la gente joven estaba todavía declarando su independencia con respecto al establishment, y algunos de ellos estaban teniendo su oportunidad a través de la música rock. Al principio, puesto que (suele ocurrir) el establishment (la industria discográfica) y millones de seguidores del rock no tenían ni idea de este nuevo despertar de los 70's que no tiene ese simbolismo unificador como en los 60. Era simplemente una necesidad que tenía la gente joven de ser oída, una necesidad por parte de la gente joven de hablar, una necesidad de ser reconocidos como individuos. ¡Escuchadme! ¡Oídme! Esto es lo que soy, esto es lo que "yo" tengo que decir. Esos no eran jóvenes cuyas ambiciones eran ser grandes músicos o convertirse en estrellas del rock. Eran jóvenes que simplemente querían una voz. Para conseguir esta voz, para que se te oiga, tienes que ser de alguna manera capaz de algún modo de comunicarte con un público que puede que sea o no receptivo a lo que tienes que decir.

En el otoño del 76 las bandas de rock estaban invadiendo el CBGB desde todos las partes del país. Boston era una de las ciudades más fértiles para el desarrollo de nuevas bandas de rock. Durante muchos años Boston ha tenido más universitarios que cualquier otra ciudad y siempre han tenido un gran escena en cuestión de clubes de rock. El Rathskeller, cuyo propietario era Jimmy Harold, era uno de los clubes pioneros en Boston en dar a conocer nuevas bandas de rock. Yo programaba en el CBGB cualquier banda de rock de Boston que Jimmy recomendara y él hacía lo mismo en el Hot Club de Philadelphia, Pennsylvania.  Desde Boston, un fin de semana, tuvimos a los DMZ, The Inflictors, Hot Rain , The Yarbles, Mickey Clean and the Mez, Real Kids, The Boiz, Bon Jour Aviator y un grupo muy especial de Cleveland del que Joey Ramone me habló. Se llamaban los Dead Boys. Los Dead Boys, sobre el escenario ejemplifican lo que una banda punk debería ser. Eran ruidosos, crudos, groseros, con muchísima energía. Eran escandalosos y obscenos, con unas letras y una música excelentes. En cierto sentido eran músicos disciplinados. Se llamaban Stiv Bators, Cheetah Chrome, Jimmy Zero y Johnny Blitz. No tenían bajista en esa época pero pronto lo sería Jeff Magnum. La falta de bajista no les echaba para atrás.