Plásticos y decibelios, 06/07/2019
[Cuesta encontrar en internet alguna crítica negativa a este pestilente producto lumpen y reaccionario que el sistema nos intenta vender como el culmen de la música moderna, pero al final encontré este acertado (y un tanto añejo) texto de Plásticos y decibelios de Julián Ruiz. Y es que Rosalía se ha convertido en la banda sonora del nuevo NODO de las decadentes democracias fascio-liberales del occidente colectivo. Mucho ojo con decir algo en contra: la inquisición de lo políticamente correcto te vigila.]
El alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, anunciaba que el cartel para las fiestas de la capital vallisoletana ya estaba cerrado. En el mismo mensaje, un usuario curioso preguntó si iba a actuar Rosalía . El edil Puente desveló el caché de la artista catalana, como primordial explicación de por qué su nombre no aparecía en el cartel.
Y decía:
«Pide 500.000 €. Tú me dirás».
Una cifra que, cierta o no, desató los más ácidos comentarios.
Lo de Rosalía es sólo el ejemplo perfecto de como se desarrolla el negocio de la música actual. Rosalia no canta un pimiento. Mide mal, se va de tono, una voz impostada , falsa, no sabe nada de música … Es una «choni» , en el más directo sentido de la palabra . Lo que se dice que es «flamenco-fusión» es simplemente una patraña, una mierda.
La respuesta a su descarada fama hay que llegar a través de una pregunta: ¿Qué poder, que marca con muchos millones estás detrás de su brutal lanzamiento?.
La clave es la de un nombre, Rebeca León. De origen latino pero afincada en Estados Unidos, Rebeca se caracteriza por ser una cazatalentos musical con una visión que le permite convertir a pequeños artistas ,en artistas globales, con mucho dinero bajo cuerda y promesas de giras futuras , porque al artista le hacen un contrato leonino. Les dan mucho dinero por adelantado , pero los convierten en esclavos de Live Nation , AEG y secundarias.
Junto a Rosalía, Rebeca León también se encarga de la carrera de artistas como J. Balvin y toda la basura actual de la música latina, que ha penetrado brutalmente en la clase media-baja de los Estados Unidos.
Rebeca León fue la directora de la filial latina de AEG, uno de los gigantes de música en vivo, que siempre compitió con el monopolio de Live Nation. Abandonó la compañía hace un año para dedicarse a su propio negocio, Lionfish Entertainment, de la que se dice que hay una poderosa multinacional detrás, con millones y millones, que quiere recuperar más pronto que tarde el dinero que han invertido con Rosalía, que se dice que la cifra ronda los seis millones de euros.
¿Quién está detrás de la mediocre Rosalía? Es posible que sea la propia AEG, ese monstruo que hace las giras de los Rolling Stones.
AEG fue cofundadora de la Major League Soccer y ha sido dueña de múltiples equipos de fútbol: Los Angeles Galaxy y Houston Dynamo en la actualidad, y anteriormente Chicago Fire, Colorado Rapids, D.C. United, New York/New Jersey MetroStars y San Jose Earthquakes.
También es dueña de los Los Angeles Kings, Manchester Monarchs, Eisbären Berlin y Hamburg Freezers de hockey sobre hielo, organiza el Tour de California de ciclismo, y tiene acciones en Los Angeles Lakers de baloncesto. Anteriormente, AEG tuvo acciones en la promotora de boxeo Golden Boy Promotions.
Fue la empresa que le dio a millones a Michael Jackson para que volviera actuar, antes de actuar en el O2. Lo que provocó el fatal stress de Jackson y su muerte.
Un inteligente A&R, un director artístico de antaño, de las antiguas compañías de discos, jamás hubiera fichado a Rosalía por muchos motivos. No es la Pantoja. Ni siquiera Lola Flores, pero ahora llega el negocio del «latinismo» en los Estados Unidos.
Todo empezó con Ricky Martin y, ahora, es una legión de cantantes mediocres y sin ninguna credibilidad. Música basura, de fusión, de reggaetón, sin fuste, sin talento.