Esquire, 15/04/2022
No siempre son los músicos los que consiguen que su grupo ocupe lugar en la historia. Que una banda mítica como fueron los Ramones siga presente en camisetas de cualquier parte del mundo más de 20 años después de su disolución, es culpa tanto de un hombre llamado Arturo Vega como de Joey, Johnny, Dee Dee y Tommy (y de CJ, Richie y Marky).
Vega, que falleció en 2013 a los 65 años, fue por derecho propio el quinto Ramone. No solo fue su director creativo y biógrafo, también su amigo, su confidente, la persona que les proporcionó su primer espacio para ensayar (su loft) y sobre todo, la persona que diseñó su legendario logo, basado en el sello presidencial de los EE.UU. Un logo que, he dicho en el titular, es el más famoso del rock. Y soy consciente de que la lengua de los Rolling Stones es un duro competidor. Pero si hay que decretar un ganador por su visibilidad hoy en día por la calle, incluso vestido por gente que no tiene ni pajolera idea de quiénes eran los Ramones, el de la banda neoyorquina es claro ganador.
“Pensé que el sello del presidente de los Estados Unidos era perfecto para los Ramones”, le dijó Vega, nacido en México, al escritor Jim Bessman en una entrevista. “Con el águila sujetando las flechas para simbolizar la fuerza y la agresividad contra el que quisiera atacarnos, y una rama de olivo, para ofrecer a los que quisieran la paz. Pero decidí hacer unos cambios. En vez de la rama de olivo dibujé una de manzano, porque los Ramones eran tan americanos como la tarta de manzana. Y como Johnny era un fanático del béisbol, puse un bate en vez de las flechas”. Cabe señalar que al principio la rama de manzano tenía dibujadas sus manzanitas y todo, pero Joey decidió quitarlas porque le parecían tomates.
Conseguir la imagen perfecta de tu negocio –y una banda es un negocio como otro cualquiera– es crucial para el éxito. Y los artífices del “hey ho let's go!” lo lograron de sobra. Igual que el logo gótico de AC/DC, inspirado en una fuente usada en la Biblia de Gutenberg, fue clave también en el éxito de los australianos.
Esta es sin duda una pieza fundamental en la iconografía de la música moderna, y no solo por haberse estampado en camisetas hasta la saciedad. Cuando la pancarta con el logo aparecía en escena en los conciertos de la banda, el público se volvía loco, antes incluso de que los Ramones salieran a tocar.
El mexicano siguió controlando muchos años después de que el grupo se rompiera en 1996 la licencia de la marca Ramones desde su casa en Manhattan, muy consciente de que el rock y la moda iban de la mano. En su momento afirmó que había rechazado poner el famoso logo en ropa para perros, gorros de cowboy y una línea de vaqueros de diseño. “Los Ramones llevaban vaqueros normales, no de diseño. No estaría bien”, aseguró.