David Morán
ABC, 12/03/2024
El cantante estadounidense, de 74 años, falleció el pasado fin de semana mientras dormía, según ha confirmado su esposa
Primero fue 'Go All The Way', himno que puso a los Raspberries en el mapa y, en una época de experimentos progresivos y grupos tirando a pelmazos, les abrió de par en par las puertas del power pop. Beatles, Who, Hollies, Small Faces y Beach Boys. ¿Para qué más? Ahí estaba ya, manejando el timón y liderando la primera línea, un veinteañero de pelambrera deslumbrante y voz rasgada.
Cuando atacaba los agudos recordaba al McCartney más despendolado, pero era Eric Carmen, antiguo líder de los ignotos Cyrus Eyrie y futuro rey de la turbobalada AOR gracias a 'All By Myself' y 'Hungry Eyes', canciones que, de existir aún M80, sonarían hoy en bucle para despedir al cantante y compositor de Cleveland. Porque Carmen, nacido en 1949 y en barbecho discográfico desde finales de los noventa, falleció el pasado fin de semana a los 74 años, según ha confirmado este martes su esposa.
«Con tremenda tristeza compartimos la desgarradora noticia del fallecimiento de Eric Carmen», ha escrito Amy Carmen en la web oficial del artista. «Nuestro dulce, cariñoso y talentoso Eric falleció mientras dormía durante el fin de semana. Le produjo una gran alegría saber que, durante décadas, su música conmovió a tantas personas y será su legado duradero. Por favor respeten la privacidad de la familia mientras lamentamos nuestra enorme pérdida».
Como casi todas las bandas de la época, los Raspberries duraron poco, apenas un suspiro, aunque su actividad fue frenética: cuatro discos en dos años y un puñado de canciones que apelaban a la efervescencia y excitación juvenil del rock cincuentas. Capitol les echó el guante en 1972 y Carmen ya empezó a dar pistas de lo que estaba por venir con baladas melancólicas como 'Let's Pretend' y exhibiciones de poderío vocal como 'Esctasy'.
El éxito, sin embargo, no se entretuvo demasiado con ellos, así que cuando 'Starting Over' no acabó de cuajar, la banda se separó y Carmen emprendió una carrera en solitario que arrancó lo grande, con 'All By Myself' escalando en listas y convirtiéndose en el himno rompecorazones de 1975. Con el power pop a buen recaudo en algún cajón, Carmen mutó en mago de la balada pop y entregó discos saturados de glucosa como 'Boats Against de The Current' y 'Tonight You're Mine'.
En los ochenta llegaron las permanentes y los discos insulsos, pop esponjado y muzak de ascensor, pero también fue entonces cuando el cine le regaló una segunda vida: primero con 'Footloose' (1984), donde sonaba esa 'Almost Paradise' que había escrito junto con Dean Pitchford; y, sobre todo, con 'Dirty Dancing' y 'Hungry Eyes', canción que John DeNicola y Franke Previte compusieron en 1984 y que Partrick Swayze, Jennifer Garner y Carmen transformaron en éxito instantáneo en 1987.
A partir de ahí, poca cosa: a finales de los ochenta se sumó a la All-Starr Band de Ringo Starr; en 2004 reunió a los Raspberries para una gira de que salió un álbum en directo, 'Raspberries Pop Art Live'; y poco a poco fue desapareciendo del mapa. Sus canciones volvían una y otra vez a la vida con nuevas versiones (un saludo, Céline Dion) y apariciones estelares en series y películas, pero las nuevas no acababan de llegar: la última, de hecho, se remonta a 2013, cuando publicó 'Brand New Year', balada a voz y piano incluida una antología de grandes éxitos.