Charly Hernández
Efe Eme, 21/05/2010
En esta segunda parte del Archivo que Charly Hernández ha preparado sobre Smash “pioneros del rock andaluz), enfocamos la recta final del grupo y sus reapariciones.“Al principio lo veía complicado. ¿Cómo se puede unir agua y aceite de oliva? No se puede. El flamenco me presentó un lenguaje musical nuevo y el trabajo de fundir la eléctrica con la flamenca de forma adecuada e imperceptible. Si tocas con sentimiento se pueden meter otros instrumentos al flamenco. En aquellos tiempos todo el mundo se asombraba con nosotros, tanto los flamencos como los rockeros. Hoy la fusión es cotidiana, pero entonces no” (Henrik Liegbott)
A LA BÚSQUEDA DEL FLAMENCO
Aproximándonos ahora a 1971 y centrándonos de nuevo en la discografía de Smash, comienzan a trabajar en el que sería su segundo trabajo, “We Come to Smash This Time”. Disco que se graba con la presión de Philips, lo que provocó que las relaciones entre grupo y discográfica se tensaran aún más, de tal manera que se buscaba romper el contrato, pero para llegar a tal acuerdo había que grabar un nuevo trabajo.
Se edita un nuevo single, el tercero con Philips. En la cara A aparecería un adelanto del próximo disco, la canción de ritmo trepidante y gutarrera al más puro estilo Hendrix que se titulará ‘Well, You Know’ y por el otro lado la ya conocida ‘Love Millionaire’ que apareció anteriormente en “Glorieta de los Lotos”. Prestando atención a la portada, encontramos que Silvio, en ‘Well, You Know’ se ocuparía de la percusión.
“Todos los baterías con los que yo había tocado antes, incluyendo a Silvio, no tenían la fuerza arrolladora de Antonio, Antonio tocaba con todo el cuerpo, además le gustaba ensayar, cosa que a Silvio no… Silvio tenía swing y era un genio, pero Antonio no tenía rival en Smash. Tenía un encanto especial cantando y haciendo coros, y además le gustaban las mismas cosas que a mí y a Julio.” (Gualberto)
Ya hablando del segundo LP, encontramos un sonido algo cambiado respecto al anterior. La psicodelia cobra más protagonismo, así como el flamenco, algo que tiempo más adelante, les daría mucho juego. Pero sigamos, Gualberto y su novia Jessica Jones componen ‘Behind the Stars’, que sería un paso adelante en la sonoridad de la banda, con la tabla hindú y el sitar que se trajo Gualberto de Estados Unidos y que por primera vez aparece en una grabación de Smash, acaricia la melodía de forma preciosa y precisa acompañando el cante de Juan Peña El Lebrijano. Le sigue ‘First Movement’, con la incorporación del clavicordio (ya apareció en “Glorieta de los Lotos”), destacable sin duda son los teclados y las guitarras finales de la canción, haciendo de esta pieza una delicada melodía sublime.
“Respecto a portar algo al grupo, no sé. No lo pensaba. Yo era un guitarrista que además tocaba el violín, pero también tenía canciones y cantaba, así que en vivo podíamos alternar cantando. Supongo que lo más importante, aparte de tocar bien, claro, era la amistad que teníamos. Si una banda, aparte de ser muy prometedora, además son muy amigos… ¡pueden hacer algo!” (Henrik Liegbott)
Otro de los temas punteros sería ‘Fail Safe’ con una duración extensa de diez minutos y medio. El ritmo que marca Antonio en la percusión es clave compartiendo protagonismo con la voz distorsionada de Julio y las guitarras que terminan por extender con rabia este orgasmo hecho canción.
Matito se encargó de la composición del tema que da título al álbum, ‘We Come to Smash This Time’, haciendo de ella un himno de tinte antibelicista con las voces a coro de todo el grupo. ‘My Funny Girl’, también compuesta por Julio, recuerda a esas melodías folk de carácter relajado que escribía el bueno de Nick Drake. Ambas composiciones fueron editadas en un single promocional.
Henrik Liegbott (de pie).
“’We come to Smash This Time’ fue el segundo LP que grabó el grupo y ya se deja entrever un principio de fusión con el flamenco antes de entrar a formar parte del grupo Manuel Molina, la canción de Gualberto ‘Behind the Stars’ tema con ambiente oriental, colabora El Lebrijano cantando, Gualberto toca el sitar y canta las partes en inglés y Henrik toca las tablas.” (Antonio Smash)
El arte gráfico de este segundo largo deja mucho que desear. Podemos ver el nombre del grupo varias veces hacia abajo y el título en la base. ¿Reflejo de las ganas por seguir con Philips? Tal vez. Finalmente rompen vínculos con la discográfica y emprenden otro camino.
En ese tiempo dan con Oriol Regás, perfecto investigador musical dentro de la cultura alternativa de Barcelona, director de la Sala Bocaccio y creador del sello discográfico del mismo nombre, que les ofrece cobijo en la Costa Brava, un nuevo equipo y cierta libertad económica para que hicieran lo que quisieran, musicalmente hablando. Esto les da alas para componer y explorar nuevos sonidos. Se une el hippie-guitarrista Manuel Molina tras la oferta de Ricardo Pachón, nuevo mánager de Smash, que le ofrece evitar el servicio militar si se une al grupo, Molina acepta. El sonido que aportaba el ceutí sería clave en el desarrollo de los siguientes acontecimientos, pues aproximaba un paso más, la fusión.
“Al principio lo veía un poco complicado. ¿Cómo se puede unir agua y aceite de oliva? No se puede. Bueno, si se meten en una diapositiva y se calienta un poco y lo proyectas, salen imágenes psicodélicas, que se mueven, ¿no? Es verdad. Eso es fusión. Para mí el flamenco me presentó un lenguaje musical nuevo y el trabajo de fundir la eléctrica con la flamenca de forma adecuada e imperceptible. Si tocas con sentimiento se pueden meter otros instrumentos al flamenco. Tuve que aprender las relaciones entre los acordes, la subida de medio tono en el flamenco y el ritmo de bulerías, que es muy especial. Y un día, sentado en la furgoneta camino a tocar por Cataluña, me di cuenta que un blues tipo Muddy Waters podía entrar por bulerías. ¡Era como una epifanía! Y eso fue mi base para el ‘Blues de la Alameda’. Luego metí tabla hindú al ‘Taranto’, por la cara, sin saber cómo se tocan, y en eso se ve que éramos valientes. En aquellos tiempos todo el mundo se asombraba con nosotros, tanto los flamencos como los rockeros. Hoy la fusión es cotidiana, pero entonces no.” (Henrik Liegbott)
Pero el cuadro no estaba completo sin el francés Alain Milhaud, quien se encargaría de producir el nuevo trabajo de Smash, como ya lo haría con Los Canarios, Los Bravos o Pop Tops, entre muchos otros. Mánager y productor enfocan esta nueva obra de manera más comercial, de hecho querían conseguir que este trabajo fuera un éxito de ventas. Graban un buen puñado de canciones pero el primer single de presentación se editó con la archiconocida ‘El Garrotín’ en una cara, que contiene un efecto wah-wah entremezclado con guitarras flamencas y el cante que son la carta de presentación del nuevo sonido de Smash. Y en la B, ‘Tangos de Ketama’. Dicho single fue el único éxito comercial del grupo, que no se encontraba demasiado a gusto con el resultado, pues de todos los temas que se registraron la discográfica seleccionó solamente los que sonaban más comerciales, este hecho disgusta a Gualberto que decide abandonar antes de que el single vea la luz y emprende rumbo a Estados Unidos para seguir aprendiendo y crecer como músico.
Manuel Molina.
“Al final nos quitaron los instrumentos y todo. Los músicos están siempre más abajo en el tótem de la industria. Ya se sabe.” (Henrik Liegbott)
Ya sin Gualberto y en el año 72, sale al mercado ‘Ni Recuerdo Ni Olvido (Parte I & II)’, con una muestra sonora de lo que ya nos venían teniendo acostumbrados en trabajos anteriores pero con el aliciente de la fusión, omnipresente, del flamenco. La gota que colmó el vaso fue que esta canción salió como single y dividido en dos, mutilándola por completo. Ahora el que se bajaba del barco es Julio Matito, que decide marcharse dejando sin rumbo el proyecto y, por consiguiente, el resto decide terminar con todo aquello.
“Yo antes creía que el flamenco-rock era coger una sevillana o un fandango y pasarlo a la guitarra eléctrica. Y no es así, el flamenco es como el blues, hay que entenderlo, hay que sentirlo. Yo he vivido con los gitanos cerca de año y pico, y aprendí que lo primero es meterte en el compás, y casi ser gitano y luego tocar.” (Julio Matito, por Adrian Vogel en “Disco Express”, 1974)
Antonio Smash.
Tiempo después, el catálogo de Bocaccio pasa a formar parte de Zafiro y Vicente Romero (Mariscal Romero) que se dirigía de Chapa Discos, también dentro de Zafiro, busca todo aquel material grabado de Smash. Las canciones que se registraron por entonces fueron diez, pero Mariscal sólo pudo contar con las canciones editadas en single: ‘El Garrotín’, ‘Tangos de Ketama’ y ‘Ni Recuerdo Ni Olvido’. Afortunadamente se topa con dos inéditos más, ‘Alameda’s Blues’, que contiene un ritmo blues impresionante sazonado con rasgueos de la guitarra flamenca junto con las dos voces de Manuel Molina y Julio Matito. El otro corte que se desconocía hasta le fecha era ‘Tarantos’, una joya compuesta por Gualberto, donde incluso canta. Destacar especialmente el violín de Henrik embelleciendo todavía más esa pieza musical que ya contaba con guitarras españolas y tabla hindú.
“Cuando yo monto Chapa, Zafiro nos manda a Luis Soler y a mí, que era mi asistente, a una oficina en la calle Augusto Figueroa 39, que había sido la oficina del padre de Teddy Bautista. Yo no trabajaba para Zafiro, yo básicamente les propuse hacer Chapa y no me proponía tampoco ser productor, pero ya tenía fama como locutor, era un ideólogo, un tonto. Así estamos, que no cobramos derechos ni nada, éramos unos idiotas. Queríamos un cambio político, ¡abajo la dictadura!, entonces le estábamos poniendo la banda sonora. Y ¿qué ocurre? Que me dicen: ‘Hacemos el sello si tú produces’. Y de pronto me encuentro de productor y me encuentro en un despacho, en Augusto Figueroa, porque acaban de comprar la Compañía Fonográfica Española que era de Alain Milhaud, el productor francés.” (Mariscal Romero)
Esta operación rescate termina viendo la luz en 1978 bajo el sello Chapa, en un artefacto titulado “Vanguardia y Pureza del flamenco”. El detalle especial de este acetato se encuentra en la cara B, donde debido al espacio sobrante, quedaba huérfana de sonido, pues la colección de canciones de Smash se aglutinaban todas en la cara A y, por tanto, se opta por incluir una sesión entre el guitarrista Manolo Sanlúcar y el cantaor Agujetas llena de duende y sentimiento.
“Entonces me encuentro en un despacho que era un museo, todos los armarios con fotos autografiadas… y de pronto empiezo a mirar en los armarios. Yo ya había entrevistado en el 69 a Smash en Radio Centro, la primera emisora donde estuve haciendo el programa ‘Musicolandia’, y ahí estaban García-Pelayo, Julio Matito… conmigo. Y yo, de alguna forma, por conversaciones con ellos… éramos todos amigos, éramos todos ‘progres’ en el año 70. De hecho yo estaba haciendo la mili, tenía el pelo corto, y tenía noticias de aquellas canciones, miré en los armarios, encontré de pronto esas cintas y me pregunto: ‘¿Esto qué es?’, y me encontré otras cintas de El Agujetas, entonces es cuando armo con esa pasión mía andalucista el disco y se lo doy a Zafiro y sale el disco histórico.” (Mariscal Romero)
La portada, compartida y de nuevo con polémica, pues Gualberto no aparece en la foto, mantiene un aire austero en cuanto a diseño. Arriba la foto de Smash acompañada en un lateral por el nombre del grupo y sus componentes donde sí figura Gualberto. Partiendo en dos la portada, la bandera verdiblanca que se extiende de lado a lado portando el título del disco. Debajo, una foto de Manolo Sanlúcar y Agujetas en mitad de una sesión.
“Recuerdo que no había fotos, tuve que recuperar esta foto de la contraportada que era en blanco y negro en alguna playa… Fue un chapuzón, porque cuando se lo propongo, ni en Zafiro sabían que existían las fotos. Que decían: ‘¿Y esto qué es? ¿A Romero le ha dado un ataque? ¡Pero si está grabando todo el heavy!’” (Mariscal Romero)
Una nueva corriente aparecía por el horizonte cultural, Smash ya eran el punto y a parte de una era que había dejado huella en tantos y tantos grupos que seguirían con el rock andaluz hasta nuestros días, como es el caso de Medina Azahara, por ejemplo.
EL RENACER
En 1979, un conato de reunión parece vislumbrarse entre el grupo. Julio, Gualberto y Antonio se reúnen para tocar, en este caso en Zeleste, en Barcelona, donde repitieron varias veces. Graban una actuación para “Musical Express,” programa de Ángel Casas, interpretando ‘Tiny Peter’ junto al que fuera Smash, Manuel Molina y que ahora formaba pareja sentimental y artística con Lole Montoya, también sonaron por primera vez, la instrumental ‘Otros Días’ y ‘Provocar’.
Al día siguiente, en aquel 13 de julio, fallece Matito a la edad de treinta y tres años en un accidente de coche cuando regresaba a Sevilla. Toda esperanza de seguir la reunión del grupo queda truncada. El 5 de octubre de ese mismo año se organiza un concierto de homenaje en su honor en el campo de fútbol de los Salesianos de la Trinidad. Al acto se llamó “Un Detalle con Julio Matito”, y a la actuación de los propios Smash, se le unen Alameda, Pata Negra, Imán, Guadalquivir, Storm, Cuarto Menguante, Silvio y Luzbel, Al Andalus y Piedra. Todos ellos presentados por Ángel Casas y Alfonso Eduardo.
Entre 1995 y 1996 se reedita la discografía en CD, salvo “Vanguardia y Pureza del Flamenco”, que ya salió en este formato junto con el vinilo cuando se editó en 1978. En 2001 aparece con el sello Rama Lama un doble compacto con todas las grabaciones del gurpo, y en vinilo, hace relativamente poco, se reeditaron “Glorieta de los Lotos” y “We Come to Smash This Time”. El LP “Vanguardia y Pureza del Flamenco” está más complicado de conseguir y a un precio algo elevado ya que no se llegó a reeditar y hubo una tirada limitada.
En el nuevo milenio, Smash regresan aunque no de manera constante, vuelven en Sevilla en 2003 motivados por el estreno del documental titulado, “Underground: Ciudad del Arco Iris”, con la banda como hilo conductor, que dirigió Gervasio Iglesias. Le suceden los conciertos en Madrid, patrocinados por Mariscal Romero y años más tarde, un 20 de septiembre de 2008 tocan en el Homenaje al Rock Andaluz dentro de la XV Bienal Flamenca sevillana, en el auditorio Rocío Jurado. Reaparecen Gualberto, Henrik y Antonio, Manuel se les une en algunas galas, como en la edición del 2009 de ExtreMúsika.
Fuera de este Archivo quedan algunas cosas, como las carreras de cada componente, pero eso podría conformar otro artículo rico en detalles. Smash no fue el único grupo del panorama rockero andaluz, pero sí uno de los más interesantes que este país ha podido ver y escuchar.
Gualberto tocandp su sitar acompañadopor un guitarrista flamenco