lunes, 11 de febrero de 2013

BUFFALO SPRINGFIELD: TORMENTA PRIMIGENIA

Enrique Martínez


La obra de este prototipo de supergrupo supone un excelente muestrario de calidad y diversidad, pero también la prueba más palpable de la absoluta inestabilidad, del caos, que en si misma suponía la unión de estas personalidades, tan talentosas como excesivas. La aparición este verano de "Box Set", exhaustiva caja recopilatoria, que casi duplica en extensión a lo publicado en su momento de actividad por los BUFFALO SPRINGFIELD, devuelve el interés por la increíble historia de un grupo singular donde los haya.

Y AL PRINCIPIO FUE... ¿ EL ORDEN?.

La explosiva mezcla se originó en la participación conjunta de los cantautores Richie Furay y Stephen Stills, en los AU GO GO SINGERS. Su disolución y un leve choque en un atasco de tráfico en Los Ángeles restablece el contacto con el canadiense Neil Young, hasta aquel momento en los MYNAH BIRDS (liderados por la futura Funk-star Rick James), y que los estaba buscando después de haberlos conocido en Nueva York.

Young se incorpora al tándem que forman Furay y Stills; además se suma el copiloto del desastrado vehículo de Young, el también canadiense (y compañero de Young en los Mynah Byrds) Bruce Palmer al bajo. Y finalmente Dewey Martin (músico fogueado en la escena de Nashville y en el combo Folk-Rock THE DILLARDS) asume las baquetas.

Meses de ensayos y adaptación, más o menos, al instrumental eléctrico ("En aquellos días nadie en la banda podía tocar realmente bien, menos Bruce y yo. Ellos tuvieron que aprender a tocar en instrumentos eléctricos. Pero aprendieron deprisa." Dewey Martin) dieron como fruto el "cargo" de banda fija del prestigioso Whiskey A Go Go en Los Angeles.

Ya en aquellos primeros momentos de desarrollo del grupo se podían intuir los males crónicos que a posteriori resultaron letales para el colectivo. La presencia simultánea en el grupo de tres vocalistas y compositores y dos guitarras solistas. A mayores, el fuerte carácter del batería que, para rematar, tenía más éxito con las mujeres que Stills, que se había convertido en el líder oficioso y autoproclamado del conjunto (no en vano Martin se casó con Miss USA). Por último, y aunque lo queramos mucho, hay que admitir que el bueno de Neil Young está como una cabra. Éste, evidentemente, no era el mejor caldo de cultivo para la consolidación de un colectivo bien avenido.


Y tampoco se puede decir que las circunstancias exteriores ayudasen en demasía. En una desquiciada y floreciente escena, no sólo en lo musical sino también social, el acercamiento a todo tipo de excesos fue inmediato: "Había go-go´s justo donde tocábamos, en jaulas, ¡era estupendo!. Las conocíamos a todas. Podíamos mirar arriba y saludarlas. Eran una inspiración" (Neil Young). Relatos del propio Young de periodos posteriores y de sus correlativos excesos, resultan más amargos : "Había un montón de problemas en la época de los Springfield, y también muchas distracciones. Groupies. Drogas. Recuerdo estar ensimismado en esta obsesión de: ¿Cómo encajo en todo esto? ¿Me gusta?".

Se trata de un momento especialmente exuberante para la escena californiana. Grupos ahora míticos como DOORS, BYRDS, LOVE, etc., pululan por el circuito de clubes de Los Angeles, creándose una atmósfera de innovación y de premio a la creatividad y a la originalidad, de la que este joven grupo participa hasta cierto punto, pues la música que facturaban por aquel entonces Stills y Young tenía un evidente gancho comercial.

Siendo una de las bandas más en boca de todos, las ofertas discográficas no tardan en llegar: multitud de hambrientos ejecutivos de compañías se dan cita en sus conciertos, creyendo descubrir, una vez más, a la respuesta americana a los BEATLES, en un grupo joven, pero de evidente talento. Años más tarde Neil escribió "Don´t Be Denied", que nos relata esta época: "Los comerciantes se congregaban/ Venían a escuchar el sonido dorado/ Ahí estábamos en Sunset Strip/ Tocando nuestras canciones a la oferta más alta".

Sobre el "sonido dorado" del que habla en esta canción, Neil siempre ha afirmado que los Buffalo fueron una banda superior a sus posteriores aventuras en Crosby, Stills & Nash, sobre todo por un mágico directo, nunca capturado en estudio, producto de la interacción entre los muy distintos sonidos como solistas de guitarra de Stills y él, y de un intenso "groove" creado entre él mismo y la sección rítmica. Según Young, era un sonido único e inconfundible, y del que se siente eternamente nostálgico.

El gato se lo lleva al agua Atlantic, que en 1966 publica "Buffalo Springfield", su primer L.P. Es un debut excepcional, en el que Stills (con siete cortes compuestos, y cantando en cuatro) le gana la "partida" a Young (que compone los otro cinco y sólo canta dos). Se nota que el ambiente de equipo es superior a posteriores momentos: parece asumido que Furay (que posteriormente se revelará como un buen compositor) es el principal vocalista, merced a su vigorosa y nítida voz.

El contenido del primer esfuerzo resulta muy heterogéneo, aunque más coherente que posteriores obras: Young ofrece quizás lo más experimental en " Nowdays Clancy Can´t Even Sing" y "Flying On The Ground Is Wrong", pero todos los temas son de gran calidad; a fin de cuentas el tema de apertura, "For What It´s Worth", es un clásico absoluto.


Además se apuntan claramente las virtudes que les acompañarán desde entonces: perfectas armonías vocales, una absoluta concisión instrumental, y una gran capacidad para componer excelentes melodías. Además la ya apuntada variedad de registros, que posteriormente se haría aún más exagerada, siempre resultó una enorme ayuda para mejorar la impresión global que dejan sus discos.

La temática del álbum oscila entre canciones reivindicativas, declaraciones de amor y tormentosas pesadillas de ácido. Todo esto apoyado por una producción pulida, pero uniforme.


A continuación se embarcan en una exitosa gira, mientras el disco comienza a escalar puestos en las listas, propulsado por los singles, especialmente por "For What It´s Worth".

En estos meses se comienza a grabar el segundo L.P, que estuvo a punto de ser publicado bajo el título de "Stampede", con un repertorio y portada diferentes, pero que finalmente nunca sería publicado de esta manera, sino bajo el título de "Again", y después de un accidentado y turbulento periodo.


LA GUERRA MÁS FÉRTIL

"Desquiciado/ Y no lo puedo soportar más/ Abandonado/ Por mí mismo y por aquello por lo que he estado viviendo./ Todo lo que oigo son gritos desde fuera de las limusinas/ que me están/ desquiciando./ Por la mirilla de una puerta abierta/Feliz al descubrir/ que no sé por qué sonrío/ Cansado de perder el tiempo/ si me echas de menos/ me acabo de marchar/ porque ellos me están/ desquiciando"("Out Of My Mind").

Esta letra, escrita por Young para el primer largo, nos hace comprender lo prematuro de los conflictos de los miembros del grupo, entre ellos, como ya sabemos, pero también consigo mismos. Conflictos no sólo derivados de la dinámica interna del colectivo, sino también de la dificultad de estos jóvenes para adaptarse al papel de estrellas que el éxito comercial de su ópera prima les impuso.

En el último momento antes de la actuación en el festival de Monterey, Young abandona el grupo, siendo sustituido provisionalmente por Doug Hastings. De hecho, algunas de las aportaciones del canadiense al segundo álbum son trabajos en solitario, grabados en colaboración con el productor Jack Nitzsche. Siempre ha dicho que su propia inmadurez, su obsesiva dedicación, y una especie de necesidad de más "espacio" le llevaban a estas "espantadas", que no dejarían de repetirse a lo largo de su carrera. Las víctimas, y especialmente Stills (que lo sufriría constantemente), dan a entender que Young es el músico más intenso y obsesionado que se ha echado a la cara jamás.


A esto hay que sumar diversos encontronazos con la policía, con estancia en la cárcel incluida, unas veces por cuestiones de drogas, y otras por puro hostigamiento. 

La crisis también afecta a Bruce Palmer, expulsado del país por las autoridades de inmigración, lo que provoca que en dos temas no grabe las pistas de bajo: es sustituido en una por Bobby West y en el otro por Jim Fielder, que permanece más tiempo en el grupo, ya como miembro oficial, una vez que Palmer abandona.

A consecuencia de estas "tormentas" la elaboración del definitivo segundo álbum resulta caótica: algo que contrasta enormemente con el excelente resultado final. Durante este periodo se graban múltiples canciones, tanto por los miembros que permanecen en los Buffalo como por Young en solitario, quedando posteriormente un sustancioso remanente de material inédito, que finalmente ha visto mayormente la luz en el "Box Set" de reciente publicación.

Por si todo los problemas citados fueran pocos, uno de los temas con los que Furay se estrena como compositor, es un ataque frontal al propio Neil, "A Child´s Claim To Fame": "Y así se acaba otro día/ y me pregunto por qué/ tú y yo nos seguimos contando mentiras/ No me puedo creer lo que dices/ porque la nana de ayer/ no justifica/ mi llanto solitario/ Hacer creer es todo lo que sabes/ y hacer creer es un don/ la rabieta de un niño/ cambiaste tu nombre/ Tan triste presencié el espectáculo/ auténtica vergüenza/ Demasiada fama.".

Naturalmente Furay, fue respondido por Young, ¡en el siguiente disco de los Springfield!, con la cínica "I Am Child": "Soy un niño/ duraré un rato/ no puedes soportar el placer de mi sonrisa/ agarras mi mano, revuelves mi pelo/ es muy divertido tenerte allí/ Dios te concedió, tú me concedes a mí/ me gustaría saber qué has aprendido/ El cielo es azul y también lo es el mar/ Cuál es el color cuándo se quema el negro/ cuál es el color./ Tú eres un hombre, tú entiendes/ tú me recoges y me tiras otra vez/ Tú inventas las reglas, dices que es justo/ es muy divertido tenerte allí."



Prescindiendo de estas peleas, "Again" (1967) es más ambicioso que el debut: mayor experimentación y mayor irregularidad. Pero los puntos álgidos son superiores a las primeras canciones.

Richie aporta tres temas propios, quizás los más directos y convencionales del disco; pero la balada "Sad Memory" es exquisita, y el mencionado ataque a Neil tiene una calidad evidente.

Stephen nos deja cuatro aportaciones, en las que demuestra querer jugar tanto con los arreglos, como con la composición. A la "jazzy" "Everydays" acompañan un tema a medio camino entre la psicodelia y el pop, con un excepcional trabajo de "overdubs" de guitarra ("Rock & Roll Woman", que canta Dewey Martin); un experimento en los arreglos de balada pop ("Hung Upside Down"); y el interesantísimo "Bluebird", con unos interludios de guitarra acústica y banjo absolutamente vibrantes.

Y por último un desquiciado Young nos ofrece un rock ácido, el ya clásico "Mr Soul"; y los dos trabajos con Nitzsche, que introduce una orquesta clásica como acompañamiento, antecediendo futuras colaboraciones entre los dos. En "Expecting To Fly" los delirios funcionan; en "Broken Arrow" una preciosa melodía se ahoga en un mar de confusión.


El álbum se instala tranquilamente en las listas de ventas, en uno de los años más fértiles de la historia del Pop y del Rock, y acompaña en el tiempo a discos como "Sgt. Peppers", "Velvet Underground & Nico" o "Axis: Bold As Love" como una de las obras más perdurables de aquella temporada. 

Si ya parece absolutamente imposible realizar un álbum tan bueno como el segundo con una situación tan desquiciada y tormentosa durante su grabación, al estudiar el caso del tercero y último, se produce el pasmo más absoluto, si se atiende al contraste entre proceso creativo y resultados.

Y LAS RUINAS MÁS VALIOSAS

"Last time around" se grabó en 1968, por imposición contractual y con "overdubs" de las partes de cada uno, evitando en todo momento el contacto directo dentro del estudio, en una demostración, no ya de relaciones tirantes, sino de guerra abierta. De hecho, vuelve a haber un cambio en la formación: Fielder es sustituido a las cuatro cuerdas por Jim Messina, que es realmente el encargado de recopilar y seleccionar el material.

En el relato de la ya mencionada "Don´t Be Denied", Young nos muestra el desencanto y la amargura que sentía en estos momentos finales, casi post-mortem, de la banda: "No todo lo que brilla es oro/ ya sé que has oído antes esta historia/ soy un mendigo con un desnudo disfraz/ un millonario para los ojos de un mercader/ Amigo mío, no reniegues.". Tanto Young como Stills han renegado siempre de este último disco, considerándolo extraño a su autoría. En cierto modo "Box Set" (2001) supone su intento de ofrecer su punto de vista sobre la historia de la banda, especialmente de estos últimos momentos de agonía. 

Pese a esto, la obra está, en líneas generales, bastante cohesionada, y es de un alto nivel. Resulta más reposada que las dos antecedentes; a excepción de en "Questions", la electricidad brilla por su ausencia, y los temas son, en general, lentos y melódicos y con menos experimentales.

Young aporta sólo tres composiciones de las doce, y una única interpretación vocal: "I Am Child ", de tono absolutamente "country" y que anticipa el sonido de una futura obra maestra: "Harvest" (1972). Sus otras dos canciones son las que abren el disco: el enérgico "On The Way Home", que posee una excelente melodía, y la balada de tintes psicodélicos "It´s So Hard To Wait".



El resto del L.P contiene algún acercamiento por parte de Furay al liviano "Country-Rock" de su futuro proyecto, POCO, en la balada que sirve de cierre: "Kind Woman". Además exquisitas armonías vocales iluminan joyas "pop" como "Pretty Girl Why", la doliente "Four Days Gone", o "Special Care".

Los delirios orquestales que Young padeció en "Again" son contagiados de modo beneficioso a Furay en "The Hour Of Not Quite Rain", canción cuya letra escribió un "fan" ganador de un concurso que le permitía precisamente esto: escribir una canción para los Buffalo Springfield. Pero los arreglos más interesantes son el tratamiento casi de "Music Hall" de "Carefree Country Day", un divertimento insustancial pero muy interesante, producto de la voz y mente de Messina y que Young y Stills han decidido dejar fuera de la caja recopilatoria; y el clavicordio de "Merry-go-round".

Únicamente desentona el infumable "Uno Mundo", un impúdico acercamiento de Stills a la música latina, cantado en un pésimo "spanglish": con diferencia el punto más bajo de toda la discografía de Buffalo Springfield.

Después de solventar mucho más que dignamente el compromiso del último disco la desbandada era inevitable. Los tres miembros más talentosos comenzaron carreras sustanciosas, aunque de éxito desigual.

Stephen Stills crea el supergrupo más mítico y solvente de todos los tiempos junto con David Crosby y Graham Nash, al que posteriormente se uniría momentáneamente Young, continuando esa particular relación de amor-odio y competencia-colaboración que tan buenos resultados parece darles.

POCO es el experimento Country de Richie Furay cuya irregular, y en ocasiones realmente brillante, obra no tiene punto de comparación con lo que Young ofrecería y ofrece.



Y ES QUE AL FINAL, MERECIÓ LA PENA

A la hora de evaluar globalmente el legado de Buffalo Springfield, uno descubre que lo que la escucha de los discos de este grupo tan particular nos proporciona, aparte de excelente e intemporal música, es una prospectiva del futuro de dos de los mayores monumentos de la música americana: Young y Stills.

Por un lado se puede apreciar el talento, inquietud, y afán de experimentación de Neil Young. Por el otro, permite aventurar que Stills sería de los pocos artistas capaces de crear con soltura y buenos resultados en el seno de los "supergrupos", tan en boga posteriormente, en los cuales las luchas de egos y un sentido demasiado exhibicionista de la música impidieron que produjesen en la mayoría de los casos lo pretendido: una suma de las cualidades individuales de sus miembros. Sin embargo en la discografía de Crosby, Stills & Nash (& Young) se encuentra lo mismo que en la de Buffalo Springfield: calidad imponderable, por encima de estilos y de gustos personales.

Pero además y sobre todo, estos tres discos anticipan parte de la evolución inmediatamente posterior del Rock americano, pues su lado más tradicionalista, su acercamiento al Country, les haría pioneros de una de las tendencias dominantes de los años setenta: el Country-Rock.
Supieron ser rabiosamente contemporáneos en su momento, con los elementos psicodélicos de su música y sus ínfulas de transcender, colaborando con orquestas clásicas. Pero su apego a las formas más tradicionales (pues, a fin de cuentas, procedían de la escena folk) equilibró su sonido para evitar que envejeciese prematuramente: sus discos se disfrutan hoy tanto como el día de su publicación.

En definitiva es el propio Young quien nos da una visión de estos turbulentos años, en la que realmente destaca lo único que importa:
"Cuando tu estás en una banda tocando la guitarra con Stephen Stills en la época de los Buffalo Springfield, era muy divertido, era estupendo. Realmente sólo estábamos descubriendo un montón de cosas nuevas y experimentando, y la música que tocamos juntos en aquella banda (que realmente no fue grabada en ningún sitio) era música realmente buena".
Puede ser que lo mejor de aquella música nunca fuese grabado, pero creo que con lo que sí que ha llegado a nuestras manos, y ahora en mayor medida, podemos sentirnos más que satisfechos.