Concha García
La Razón, 09/02/2022
Ante la inesperada muerte del batería, que fundó junto a los Urquijo el grupo Tos, se organizó un concierto homenaje al que muchos señalan como el pistoletazo de salida del fenómeno musical de los 80
Los Urquijo siempre han resonado como una de las principales figuras de la Movida Madrileña. Especialmente, Enrique, el segundo de los cuatro hermanos, es el más emblemático por su talento, por llevar a Los Secretos a lo más alto y por su vida corta y repleta de altibajos. No obstante, en la carrera de este grupo musical existieron otros nombres que también fueron claves en la Movida, como es el de José Enrique Cano Leal, también conocido como Canito, a quien muchos identifica como el verdadero responsable del fenómeno musical que agitó la España de los años 80. Junto a Javier, Enrique y Álvaro Urquijo formó en 1978 el grupo Tos, el que sería el precedente a Los Secretos, y que tomaba como referencia a The Byrds o Crosby, Still, Nash & Young. No obstante, no tuvo una larga vida, pues la inesperada muerte de Canito causó su disolución.
El compositor y batería tuvo un accidente de tráfico en la Nochevieja de 1979, cuando tras la cena se dirigió junto a sus colegas músicos a una fiesta en la Avenida de Pio XII, donde también había integrantes de Nacha Pop o Mermelada. Sobre las 6 de la mañana, cuando se dirigían en coche a continuar la juerga, Canito se encontraba aparcado en un arcén junto a otros coches, donde esperaban a algunos rezagados. El batería salió del coche y un vehículo cuyo conductor iba ebrio causó un accidente, golpeando otro coche y al batería, quien salió despedido y se golpeó en la cabeza. Tres días después, Canito fallecía, lo que causó una gran conmoción en el incipiente panorama musical que en aquellos años se cultivaba.
Si bien es complejo determinar un punto exacto del inicio oficial de la Movida Madrileña, quizá por costumbre hacia las fechas o por ponerle de alguna forma la edad a este fenómeno hay quienes señalan que el homenaje que se le hizo a Canito fue el detonante. Toda la música que nacía en aquellos años eligieron una fecha para reunirse y tocar en honor al artista, bajo iniciativa de Javier Urquijo. En principio se iba a tratar de un concierto en una sala pequeña, pero cuando se anunció que sería retransmitido en la radio comenzaron a apuntarse grupos.
El lugar definitivo fue en la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, y allí se congregaron, un 9 de febrero de 1980, bandas que no tardarían en arrasar entre el público de la Movida: Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides, Los Bólidos, Mermelada, Paraíso o Los Solitarios. Fue un evento embrionario, en el sentido de que los artistas aún eran novatos en algunos aspectos, así como de puertas hacia afuera se les tomó como un grupo de jóvenes haciendo música diferente a la que hasta entonces, con excepciones, se había escuchado en España.
Lo que sí fue es una especie de “puesta de largo” de estos grupos, pues el concierto también fue retransmitido a través de la segunda cadena de TVE, en un espacio titulado Popgrama. Tiempo después, Diego Manrique, que presentaba este programa junto con Carlos Tena, recordaría que esta emisión provocó gran cantidad de críticas, pues se rechazaba que TVE dedicara un espacio íntegro a “unos mocosos que no sabían tocar”.
Sea como fuera su repercusión, y teniendo en cuenta que todo lo nuevo remueve, este concierto sí ha pasado a la historia como un evento sin igual. El grupo Tos tocó cuatro canciones, cantadas por Enrique Urquijo, dos de ellas compuestas por Canito y destacando la icónica “Déjame”. Y pudo ser el germen del resurgimiento cultural en Madrid en particular y en España en general, pues al año siguiente 15.000 personas se congregaron en el mismo espacio de Caminos en un festival en el que participaron Nacha Pop, Los Secretos, Alaska y Los Pegamoides o Rubi y los Casinos, entre otros artistas.