Raúl Carnicero
Rock FM, 08/05/2024
Remasterizada desde 2019, La Encrucijada Del Diablo cuenta la verdad sobre una de las mayores leyendas urbanas de la historia del rock.
Mississippi; años treinta. En un cruce de caminos, un músico afroamericano se pone de rodillas y le ofrece su guitarra al diablo. La fama a cambio de su alma… Y es así es como según el mito se forjó el talento de uno de los guitarristas más influyentes de todos los tiempos. Conozcas o no conozcas la leyenda, tienes que conocer su verdadera historia. Ahora, 113 años después de su nacimiento, hablamos sobre Robert Johnson, uno de los bluesman más legendarios de la historia... y con una oscura leyenda a sus espaldas gracias a su documental 'Devil at the Crossroads'
Su padrastro era su padre
La música popular del Siglo XX le debe mucho a Robert Johnson, le vendiera su alma al diablo o no... Nacido en Hazlehurst (Mississippi), supuestamente el 8 de mayo de 1911, el pequeño Robert vino al mundo fruto de una relación esporádica entre un trabajador temporero de paso por el pueblo y la hija de unos esclavos, separada de su marido por un tiempo. El matrimonio se juntó y se separó de nuevo, y aquel jornalero se convirtió en el padre que crio a Robert, aunque Robert pensó que era su padrastro hasta que su madre le dijo la verdad y se cambió su apellido –Spencer– por el de su padre: Johnson.
Sobrevivir a la muerte
Robert Johnson dejó el colegio alegando un problema en la vista y dos años después se casó con una joven llamada Virginia Travis. Tras la boda, Virginia se quedó embarazada, pero murió en el parto junto al bebé… Esther Lockwood fue la segunda mujer de Robert, con la que tuvo a Robert Lockwood Jr. –también bluesman como su padre–. Así en ‘La Encrucijada Del Diablo’, varios historiadores (y los propios nietos del músico) aseguran que Robert decidió dedicarse a la música, tras la muerte de su primera esposa y su hijo. Hasta entonces, había tocado el arpa y la harmónica.
La música del demonio
En este documental, y a través de fotografías y animaciones, el director Brian Oakes nos mete de lleno en el Mississippi de la época; seguramente el lugar más inhóspito para los negros de Estados Unidos, ya que allí es donde se produjeron más palizas y muertes, por parte de grupos supremacistas como el Ku Klux Klan. En este contexto nació el blues como una forma de enfrentarse contra la esclavitud. Pero además de luchar contra el odio y el racismo de los blancos, los negros también eran “esclavos” del vudú. Y por eso, la población negra más conservadora consideraba que el blues llevaba a los hombres al mundo del alcohol, y a unos bailes que “corrompían almas”.
Del cementerio a la leyenda
El mito de Robert Johnson es la historia de un rechazo. El bluesman fue expulsado de uno de esos oscuros bares donde se forjó el “Blues del Delta” por ser muy malo, pero volvió meses después, derrochando un talento inenarrable… Poco antes, el bueno de Robert se iba a un cementerio a tocar la guitarra ya que un músico de la época le dijo que ése sería el único lugar donde nadie se quejaría de lo mal que tocaba. Este hecho por supuesto hizo que se acrecentara su leyenda (y su supuesto pacto con el maligno).
El primero del Club de los 27
A través de entrevistas de músicos como Eric Clapton o Keith Richards, ‘La Encrucijada Del Diablo’ explica la profunda huella que Robert Johnson dejó en la historia del blues y de la música contemporánea. Sin embargo, el éxito le llegó después de muerto y en su primer llenazo, el músico fue sustituido por un tocadiscos que reprodujo las pocas canciones completas que el artista grabó en sus 27 años de vida. Su muerte también está cargada de leyenda, ya que unos dicen que fue envenenado por el dueño de un bar donde solía actuar, mientras que otros dicen que tuvo sífilis o que le dispararon.