miércoles, 18 de junio de 2014

SONNY AND THE SUNSETS. "LONGTIME COMPANION" (2012). Tonadas para cowboys mutantes



Sonny Smith es como un Jonathan Richman de la era digital rebosante de creatividad y optimismo. Vivió a caballo entre Denver (Colorado), donde tocaba blues al piano en algunos bares y San Francisco, donde acabó formando su propia banda, Sonny And The Sunsets. Ha sido un artista tan prolífico como Jonathan Richman en sus mejores tiempos y como éste también ha grabado un disco de orientación country. Y a pesar de no ser ni mucho menos una banda de country rock la jugada les ha salido a los Sunsets rematadamente bien: este Longtime Companion del año 2012 merece figurar con grandes letras en los anales del género.




Las letras surreales (Sonny es escritor de teatro y narrativa) asoman desde el primer tema, "I Was Born" ("Now there's a stranger walking in my shoes / Fooling everybody / Fooling even you /.../ I Know I was born / But am I really here?"), un tema en el que los arpegios y el ritmo vaqueros se combinan con flautas al estilo del San Francisco ácido (recuérdese aquel solo de flauta del "California Dreamin'" de The Mamas And The Papas). El espíritu country-pop de los Buffalo Springfield del primer álbum se conjura en "Dried Blood" con guitarras diáfanas y estribillos pegadizos y luminosos. Las letras se vuelven sarcásticas en la dylaniana y algo más calmada "Children of the Beehive" mientras que "Pretend You Loved Me" hace un guiño a los Stones de los 70, con el Sticky Fingers bajo el brazo (¡esas guitarras acústicas y esa steel guitar suenan a gloria!). 


Pero si hay una canción que sorprende y engancha desde el primer momento ésa es "The Year Of The Cock". Con un ritmo a lo "I Walk The Line" de Johnny Cash y un contagioso riff de twangy guitar Sonny Smith demuestra su poderío literario con una extensa letanía al más puro estilo de Dylan, un relato pleno de demoledor humor negro sobre un año aciago. Son casi 6 minutos pero realmente saben a poco. El disco ha llegado a su punto más álgido pero aún quedan buenos temas. Así, para descansar de tanta verborrea el amigo Sonny se marca un excelente instrumental country, "Rhinestone Sunset" en el que cada instrumento brilla con luz propia. 



Le sigue "The Void", que, a pesar de los arpegios introductorios a lo Byrds con una acústica de 12 cuerdas, es el menos country de los temas y remite más a la costa este, a bandas como Television o Richard Hell and the Voidoids. De hecho, el tema también ha sido incluido en lo que ha sido su último LP hasta la fecha, Atenna To The Afterworld, un álbum con claras influencias de la New Wave (Modern Lovers, Television, The Cars). Por contra, con "Sea of Love" vuelven a los sonidos más clásicos del country rock al más puro estilo Flying Burrito Brothers, sonidos a los que Sonny remata con un irresistible estribillo cercano al country-pop de los Beachwood Sparks. Por su parte, "My Mind Is Messed Up" es la canción más byrdesiana del disco y parece salida de las sesiones de grabación del Sweetheart of the Rodeo. A destacar de ella la parte cantada por Sonny a capella y también los impagables arreglos de steel guitar. Cierra el disco el corte que da título al mismo, una suerte de luminoso gospel en el que se lucen especialmente los teclados y que demuestra que Sonny Smith y sus Puestas de Sol pueden hacer salir el sol por cualquier punto cardinal.