sábado, 31 de octubre de 2015

BLUE RODEO. "IN OUR NATURE" (2013). Los padres del nuevo roots-rock canadiense, en perfecta forma


Junto Cowboy Junkies, Blue Rodeo fueron los pioneros del renacer del rock de raíces en Canadá en la segunda mitad de los años 80. Mucho ha llovido desde que Blue Rodeo llegara al cénit de su popularidad con aquel espléndido Five Days in July de 1993, sin embargo los de Ontario no han perdido un ápice de su encanto a pesar de los años. Prueba de ello es este álbum que nos ocupa, el magistral In Our Nature de 2013el último hasta la fecha si exceptuamos un disco menor de versiones de temas navideños que la banda publicó el año pasado.

Y es que In Our Nature tampoco tiene mucho que envidiarle a Five Days In July. Se abre con la guitarra rítmica de Jim Cuddy en "New Morning Sun", quien desgrana su melancolía en letras hirientes "Maybe now we could be lovers / share all the darkness in our souls" con un sonido cercano al de R.E.M. o sin ir más lejos al de sus vecinos y amigos Skydiggers. Más jazzy y aún más melancólica es el siguiente corte, "Wondering", donde la voz de Greg Keylor, aún siendo técnicamente inferior a la de Jim Cuddy, se muestra expresiva como pocas. Cuddy es precisamente quien canta el siguiente corte, un tema con referencias a los Byrds y al country-rock, una de las señas de identidad de la banda. El tema hará delicias de quien aprecie las buenas guitarras acústicas, crujientes y cristalinas. Toma el control la voz de Keylor en el siguiente tema, "Never Too Late", corte en el que destacan los riff de slide guitar al estilo de George Harrison y un estribillo fresco y pegadizo. Esta es la vertiente más power pop / beatleiana de los Rodeo y uno de los mejores cortes del disco. Entonces reaparece Jim Cuddy cantando una balada, "When The Truth Comes Out", de lo más mainstream. Que no cunda el pánico. Los Blue Rodeo incluso en sus mejores momentos han hecho guiños al mainstream. ¿Alguien recuerda aquel "Bad Timing" tercer corte de su obra magna Five Days In July? Además para estos menesteres se inventó el botón de avance de los reproductores de música.


Tras el mencionado paréntesis, los Rodeo retoman el mejor country-rock con "Paradise", tema lento y meloso que recuerda a los Flying Burrito Brothers de la etapa Gram Parsons, y se prolonga con "Tell Me Again", la primera cantada por Greg Keylor y la segunda por Jim Cuddy. Pero si hay una canción que brilla con luz propia en el disco esa es "Mattawa", maravillosa estampida de country-pop a lo Byrds con un duelo guitarra acústica - guitarra eléctrica (¡esa Telecastar quema!) antológico y una letra de carretera y manta que quita el sentido. Mattawa por cierto es una pequeña ciudad de la provincia canadiense de Ontario. Lo mejor que un servidor ha oído en meses.



Es difícil recuperarse del impacto de ese "Mattawa", especialmente si el siguiente tema es una balada con piano y voz a cargo de Jim Cuddy... Pero tranquilos, aunque el comienzo parece otro guiño al mainstream el tema se crece en el estribillo con ese aire de inspirado gospel. El tema que da título al disco es otra vuelta a los sonidos jazzy y a los ambientes depresivos, con la tortura voz de Keylor  más torturada que nunca asegurándonos que "it's in our nature to fly". Más luminosa es "In The Darknes", donde los Rodeo se vuelven a subir a un pedestal y consiguen un tema de irresistible ritmo country traspasado por incandescentes notas de fuzztone escupido por una Telecaster encabronada, una mezcla de country rock y psicodelia que recuerda a lo que hacen sus paisanos (y también amigos) The Sadies. Otro punto culminante de este impresionante álbum.



Restan tan solo tres cortes para acabar el álbum. El primero de ellos es una pieza deliciosa de pop a lo REM absolutamente redonda, se mire por donde se mire. Otro punto álgido de álbum (y ya van unos cuantos). El segundo, "Tara's Blues", es más country-rock melancólico cantado por el inconmensurable Keylor. Y para finalizar una versión de... ¡Ahí es nada!... "Out Of The Blue" de Robbie Robertson, Dios padre del folk-rock Canadiense y líder de The Band. Ni que decir tiene que la voz de Keylor, que a estas alturas del álbum ya es como un ente de otro planeta, lo borda. No se puede exprimir más tristeza y hacer mejor música con ella. Y sintiéndolo mucho no se me ocurre otra cosa que acabar con un tópico: la música de Blue Rodeo acaso sea como el buen vino, que mejora con el tiempo.