lunes, 23 de noviembre de 2015

PURE PRAIRIE LEAGUE. "PURE PRAIRIE LEAGUE" (1972). Una joya del country-rock de los 70


Olvidaos de los dichosos Eagles. A parte de los fundamentales Flying Burrito Brothers el genuino country rock de los 70 se llamaba Pure Prairie League. Naturales de Ohio, esta olvidada banda setentera grabó con RCA dos discos absolutamente seminales para el género: el autotitulado primer LP y el segundo, Bustin' Out, donde se incluye su hit "Amie". Me ha costado mucho decidir sobre cuál de ellos escribir porque los dos son excelentes pero creo que me gusta un poco más el primero.

Al parecer extraño nombre de la banda está sacado de un western protagonizado por Errol Flynn. Y aparte de eso, la formación contaba (o debería decir cuenta porque aún están activos) con unos dotados músicos, entre los que destaca Craig Fuller, excelente guitarrista sobre todo con una Fender Telecaster en sus manos, pero tampoco se quedan atrás George Powell, con su impecable técnica de finger-picking a la guitarra acústica o John David Call haciendo virguerías con la steel pedal. 


Esta joya del country-rock que es su  primer disco se abre con "Tears", una explosión de sonidos luminosos y chirriantes, perfecta mezcla de rock vaquero y pop contagioso. Las guitarras son divinas y las armonías vocales angelicales. La steel pedal se sale del mapa. El tema irradia vitalidad y alegría. En el siguiente tema, de título "Take It Before You Go", la melodía toma aún más consistencia y se hace irresistible. El diálogo entre la Telecaster y la steel pedal es impresionante. La voz de Fuller está tan llena de sentimiento que podría rivalizar con la del mismo Gram Parsons. Pero aún hay más. El siguiente tema, "You're Between Me", es un prodigio de dulzura pop con unos arreglos vocales espectaculares. Ya sé de dónde sacaron su inspiración los Jayhwks en los 90 para hacer un discazo como Tomorrow The Green Grass. Ese "lalalalalala" de los coros, con una melodía muy similar, lo han tomado prestado más de una vez Louris y Olson. 



Pero si han tomado algo prestado los Jayhawks de PPL viene del siguiente tema, "Woman", que es un tema magistral. La melodía de impecable factura, los estribillos a dos voces, las guitarras eléctricas dibujando un complejo tapiz sonoro que sin embargo nunca suena artificioso, no como muchos grupos de la época, más preocupados por el exhibicionismo instrumental que por la canción en sí, que es en realidad lo que importa. 



El siguiente tema, "Doc's Tune", es un instrumental que seria meramente anecdótico sino fuera porque el guitarra rítmica se marca un numero de finger-picking de los que hacen época. Y para ello solo precisó 1 minuto y 20 segundos. Mucho más minutaje ocupa "Country Song", con una parte instrumental bastante dilatada (más de la mitad de la canción) y que sin embargo no aburre en ningún momento porque se aprecia que los músicos (unos virtuosos como la copa de un pino) se lo están pasando en grande. Ya casi estamos llegando al final. Nos queda "Harmony Song" una deliciosa y delicada pieza de country a lo Gram Parsons y "It's All On Me", una mezcla de country y psicodelia que ya la habrían querido para sí los mismísimos Grateful Dead. En resumen: ocho magníficos temas que saben a poco.



Lo tenían todo para haberse hecho los reyes del género con permiso de los Burritos. Sin embargo fueron los petardos de los Eagles quienes se llevaron el gato al agua. Qué injusta es la vida.



sábado, 21 de noviembre de 2015

FLY GOLDEN EAGLE. "QUARTZ BIJOU" (2014). Psicodelia indie desde la capital de la música country


Producir tanta country music en serie, como quien hace churros, debe ser bastante cansino. Quizá sea por eso que en Nashville de un tiempo a esta parte está apareciendo muy buen indie rock, un indie rock que sin embargo no olvida las raíces. Hay están, por citar una banda sobradamente conocida, los Kings of Leon. O también el grupo del que nos vamos a ocupar, Fly Golden Eagle, una banda de la Music City que ha puesto al día la psicodelia añadiéndole unas gotas de garaje rock, soul y pop indie. Una buena muestra de esta interesante mezcla es el excelente álbum Quartz Bijou que la banda publicó el año pasado.

El disco se abre con un cañonazo de soul ácido titulado "You Look Good To Me", tema en el que de inmediato uno se percata de cuál es el punto fuerte del sonido de la banda, esa potentísima sección rítmica formada por el batería Richard Harper y por el bajista Rick Alessio (el trabajo de este último a lo largo del álbum es magnífico, dando a la banda su característico toque indie). Algo más calmado y lisérgico es el segundo tema, "Horse's Mouth", con ese trémolo en la guitarra de Ben Trimble y ese espectacular cambio de ritmo a partir del minuto 3, donde se luce especialmente el sinuoso teclado de Mitch Jones. Por contra el tercer tema, "Stepping Stone", es un disparo a bocajarro de garage rock venenoso y uno de los momentos más incandescente del álbum. A destacar el uso de los silencios que recuerda al Wild Thing de los Troggs. Al tema le acompañó un vídeo clip realizado por la plataforma de vídeos musicales Vevo.


Tras el trallazo garajero, Fly Golden Eye siguen sumergiéndose en las turbias aguas de la psicodelia con un tema, "Magic Steven", en el que el teclado brilla con luz propia. También hay que mencionar el uso de los cambios de ritmo para introducir al oyente en un ambientes más jazzy / lounge. Le sigue "Monolith", que es el gran tema pop del álbum, una canción con una melodía pegadiza y luminosa y uno de los mejores momentos del LP. También representa otro momento álgido "Tangible Intangible", otro tema pop pero algo más jazzy y atmosférico, heredero del sunshine pop de los 60s. De este tema también hay un vídeo publicado por Vevo que es una preciosidad desde el punto de vista estético.



Prosigue su vuelo esta águila dorada con un tema más garajero y de ritmo kraut titulado "The Slider". También atravesado por cambios de ritmo y silencios, el tema hace uso de todo tipo efectos de sonido y trucos electrónicos. Con "Heady Ways", Fly Golden Eagle tiran del blues rock para convertirse en una versión hipster de los Doors. A destacar ese riff de fuzztone de la guitarra solista. Por su parte "Medicine Hat", es la perfecta mezcla de garaje pop y psicodelia, con ese maravilloso teclado de Mitch Jones envolviéndolo todo. La banda vuelve a una psicodelia más densa y crepuscular con "Boychild Ghost", donde la imparable maquinaria de ritmo soul formada por el bajo y la batería de la banda rozan la perfección sónica. Pero si hay un tema en el bajista Rick Alessio asciende con su instrumento a la estratosfera ese es "Tehuacana", donde la banda se transforma en una suerte de Spencer Davis Group de la era digital. Tan solo queda un tema, el instrumental "Death Myth", una poderosa pieza de jam rock en la que el Ben Trimble aprovecha para sacar jugo a las 6 cuerdas.




Como demuestra este brillante disco, no solo de country vive Nashville. Bandas como Fly Golden Eagle deberían ser más conocidas..

martes, 3 de noviembre de 2015

LA INCREDIBLE STRING BAND, EL GRUPO-COMUNA DE LA PSICODELIA INGLESA

Anxel Grove
20 minutos, 12/03/2015. 



En julio de 1967, un mes después de la edición de Sgt Pepper’s Lonely Heart Club Band, el disco casi temático sobre la expansión de conciencias con el que los Beatles nos mostraban lo que el LSD hacía en sus cabezas (excepto en la de Ringo, donde no había cambio perceptible), apareció el primero de los dos discos de la Incredible String Band que rescato hoy de mi baúl emocional, The 5000 Spirits Or The Layers Of The Onion.

Los dos músicos del grupo eran entonces Mike Heron y Robin Williamson. Ambos habían nacido en Edimburgo y tenían 25 años. La procedencia geográfica les aseguraba entender el idioma de los bosques. En 1967, la edad no podía conducir a otra cosa que al viaje.



Cuando grabaron el disco -bajo la producción del mago Joe Boyd, el yanqui que hizo flotar el sonido visionario inglés y que describió su experiencia en la bonita crónica Blancas bicicletas-, Williamson todavía retenía la pulsión embelesada de los cuatro meses que había pasado vagando por Marruecos con su novia, Christina McKechnie, a la que todos pronto conoceríamos por su seudónimo, Licorice (regaliz), una de las musas de la sicodelia británica.



La Incredible String Band fecundó el disco en una casa de campo de Balmore, no lejos de Glasgow. Al igual que los poetas del romanticismo tardío inglés, el grupo intentaba sincronizarse con el ritmo de la naturaleza. También jugaban al chamanismo panteista e introducían en las fórmulas del folk estructuras más dúctiles y, sobre todo, una visión sicodélica del mundo.

El objetivo era musical y, por causa-efecto, vital. La banda estaba planteada como una familia abierta y nómada, de la que formaban parte, según reglas nada precisas, amigos, novias e hijos. Les gustaba alardear de que eran una “comuna vital antes que un grupo musical”.

El siguiente disco, The Hangman’s Beautiful Daughter, editado en marzo de 1968, era más radical que el anterior en complejidad, texturas musicales, uso de instrumentos de culturas exóticas -entonces no se usaba el término étnico– y alcance de la fusión.




Los Beatles dijeron en esos días que la Incredible String Band era su grupo favorito y Robin Williamson, que siempre ha sido un poco bocazas, respondió que no le extrañaba, porque Sgt Pepper’s … era una “copia”.

En 1969 actuaron en el festival de Woodstock -fueron la única banda de folk inglés invitada- y sus muchos y cambiantes participantes se establecieron, entre caballos y ceremonias druídicas, en una granja de Gales.

Siguieron grabando discos durante décadas -se reunieron  por última vez en 2006- y fueron pioneros en el uso del teatro y las proyecciones multi-media. El eco de su huella, que está muy presente en la vena folk de Led Zeppelin, llega hasta nuestros días (Devendra Banhart y sus colegas imitan bastante bien a la Incredible), pero nunca lograron superar la frescura de estos dos discos para rituales pagano-siderales.