martes, 30 de enero de 2018

THE DRUMS. "THE DRUMS" (2009). Brillante cruce entre New Order y los Beach Boys



Este blog,no hay más que leer su nombre y ver su estética, tiene cierta tendencia a lo retro. En él he recomendado mucho blues, country, folk, psicodelia y garage pero hoy voy a hacer una excepción. La electrónica y el synthpop no es mi estilo favorito, sin embargo tengo tres discos de este género en puestos muy altos de mi lista personal de LPs más memorables, a saber, el Movement (1981) de New Order, Un soplo en el corazón (1993) de Family y Give Up (2003) de Postal Service. Pues bien, ahora voy a añadir uno más a la lista: el primer disco de The Drums.

The Drums es principalmente obra del neoyorquino Jonathan Pierce que, junto con Graham Kessler, (a quien conoció un verano cuando era adolescente en un campamento bíblico) formaron el germen de The Drums, un grupo de electro pop de efímera existencia llamado The Goat Explosion. Pronto llamaron la atención del público y la crítica con un EP llamado Summertime! que fue el preámbulo de este disco que nos ocupa, que recibió de inmediato los elogios de la BBC y de la revista Pitchfork. En efecto, éste no es uno de esos grupos geniales pero desconocidos injustamente castigados por la industria musical. Recuerdo que la primera vez que los escuché fue en un anuncio televisivo de una conocida marca de automóviles y que enseguida me llamó la atención la poderosa línea de bajo de la canción que no era otra que "Let's Go Surfing", una de las mas populares de este disco. Y es que si hay un instrumento musical que brilla con luz propia en este LP, aparte del inevitable sintetizador, ése es el bajo.




El disco es una animosa mezcla entre la electrónica de New Order (especialmente la de su primera época) y las luminosas armonías vocales de los Beach Boys. A estas influencias Pierce y sus compinches unen las de The Smiths, The Wake, The Shangrilas, Orange Juice y por supuesto la banda de la que salió New Order, Joy Division. El LP arranca con "Best Friend", una canción alegre y bailable que contrasta con una letra sobre un amigo que muere prematuramente. Y aquí ya vemos las principales señas de identidad sonora del disco: sintetizadores en la onda británica de los 80, potentes líneas de bajo, armonías vocales sesenteras y mucha reverb. El siguiente tema, "Me And The Moon", es una apisonadora de pop electrónico más cercano al synthpop británico de los 80 que el anterior tema si cabe. El siguiente es el celebrado "Let's Go Surfing", un tema juvenil alegre, veraniego y uno de los cortes en los que mejor se mezcla el sonido electrónico y el surfero con esos falsettos a lo Beach Boys y Jan & Dean. Por su parte, "Book Of Stories", es pop luminoso con un estribillo que engancha. Aquí los juegos vocales se hacen si cabe más brillantes. Con "Skippin' Town" tenemos más vocecitas a lo Beach Boys pero también un torpedo de música bailable. Ojalá toda la música de baile fuera la mitad de buena que la de The Drums.



Llega el siguiente corte, "Forever And Ever Amen" y parece que Peter Hook te está bombardeando los tímpanos con su bajo. De hecho, es uno de los temas del disco en los que mejor suena este instrumento, que recuerda al bajo de "Transmission" de Joy Division. Pero si hay un tema curioso en este disco ése es "Down By The Water". Por un lado tenemos la vertiente electrónica ochentera pero por otro una balada a la antigua usanza, al estilo de las producciones de Phil Spector para los grupos de pop fundamentalmente vocal de los primeros 60. Y digo que es curiosa porque el contraste de esta jovialidad e ingenuidad sesentera con el toque solemne de los ritmos electrónicos a lo Joy Division le deja a uno un tanto descolocado. En cuanto a "It Will All End In Tears", es otro temazo pop con un estribillo que no se te va de la cabeza en días. Y aquí tengo que decir que es en este tema donde The Drums me han recordado más a los Postal Service, a ese disco irrepetible que es el Give Up. Pero para estribillo el de "We tried"... podría estar escuchándolo eternamente. Junto con "Let's Go Surfing", mi canción favorita del disco.



"I Need Fun In My Life" es otro de los momentos más inspirados para el bajo. Aquí vuelve a pasearse la sombra de Peter Hook y esa forma tan matemática y robótica que tiene él de tocar las cuatro cuerdas. Sin embargo, con "I'll Never Drop My Sword" son las guitarras las que se ponen en primer plano y entonces el sonido de The Drums se acerca al jangle pop de gente como los Go-Betweens. Y para rematar, "The Future", otro guiño a los Division con esa línea de bajo que recuerda por momentos al maravilloso "Disorder"... Discos como éste le hacen a un fan de lo retro y lo guitarrero como yo reconciliarse con la electrónica.