lunes, 30 de diciembre de 2019

LITTLE BARRIE. "DEATH EXPRESS" (2017). Garage y blues rock desde el espacio exterior



Ya hacía tiempo que el rock saturado de guitarras sucias no me levantaba del asiento. Y es que hay tanta abundancia de rock kalimochero barato y de sermoneante punk/hardcore vegetariano que cuando quería ponerme hasta arriba de distorsión y desparpajo me veía obligado a acudir a viejos discos de The Damnned o The Stooges. Pero fue oír los escasos segundos de sintonía de la estupenda serie Better Call Saul (un spin-off de la popular Breaking Bad) y ponerme a buscar como loco a la banda que perpetra esos irresistibles riffs hendrixianos. Y entonces descubro a estos trogloditas sónicos del norte Inglaterra llamados Lillte Barrie, me hago con su último LP, Death Express (contundente título), de 2017, y me quedo completamente cautivado.

Aunque se les suele aplicar la etiqueta de blues rock los Little Barrie solo encajan parcialmente en ella. Y es que la baraja de punzantes estilos rockeros que manejan los británicos es bastante amplia (blues, progresivo, soul, surf, psicodelia, hard, garage, avant-garde, etc.) siempre con el denominador común de un sonido descarnado y primitivo. También hay que tener en cuenta que son un trío, lo cual pone freno al exceso de florituras y artificiosidad.

El disco, como dije más arriba, se va a mover entre un surtido puñado de patrones musicales. Uno muy claro es el blues o, mejor dicho, el blues rock en la onda de Jimmy Hendrix o, por poner un ejemplos más cercanos, de los Jon Spencer Blues Explosion o los Clawhammner. De este lote destacan temas como "Golden Age", "(Nothing Will) Eliminate", "Produkt", "Molotov Cop" o la incisiva "New Disease", donde la influencia de Cream y del progresivo británico es más que evidente (el hoy difunto batería de la banda era hijo de Steve Howe, de Yes). Por no mencionar "Better Call Saul", que sirve de sintonía al mencionado spin-off de Breaking Bad y que tiene clara influencia de Hendrix.



Por otra parte hay una serie de temas influenciados por el surf rock. Las guitarras reverberadas, los trémolos, el reiterado uso de la palanca de vibrato y el predominio de lo instrumental sobre lo vocal lo demuestran. En este grupo destaca, el primer corte, "Rejection", de poco más de 20 segundos de duración, "Bill$ House", un instrumental que recrea una atmósfera alucinada y "Sonic Lodge", que parece una continuación del primer corte y que como éste es muy breve.

También hay importantes guiños al hard rock, en especial al Detroit rock de Iggy y los Stooges. Empezando por el ritmo demoledor de "You Won't Stop Us", que recuerda al "No Fun" de The Stooges, pasando por "Count to Ten", con ese ritmo a lo Bob Diddley y esas wah-wahs que nos remite al "Little Doll", también del primer disco de los de Detroit, y terminado con el penúltimo tema "Shoulders Up Eyes Down", lleno de distorsión y mala uva. 



Otra influencia notable es el garage, sobre todo el último rock de garage teñido de psicodelia e incluso de aromas progresivos y hard. Aquí habría que citar temas como "Love or Love", que suena como el "Pushin' Too Hard" de los Seeds tocado por una banda de ángeles del infierno puestos de meta. O el instrumental "The Dodge", que hace un cierto guiño al himno motero "Blues Theme" de Davie Allan & the Arrows.



Y buena parte del resto de los cortes se mueve entre la psicodelia oscura y el avant-garde más ruidista. Aquí podemos temas con impresionantes efectos de sonido como "L5CA", "Vulture Swarm" o el que da título al disco, con un potente ritmo funky y evidentes referencias al krautrock setentero. Y es aquí donde Little Barry se acercan a las bandas coetáneas como The Liars u Oneida, con los que coinciden en un uso muy lo-fi de la electrónica. También hay algún eco de la psicodelia electrónica de los Silver Apples en temas como "'Copter".



En definitiva, un disco de 22 temas (¡una hora y 4 minutos!) rezumante de experimentación blues-rockera que huye de la zafiedad y la rutina en que ha caído el rock más guitarrero en los últimos tiempos. 
Little Barrie son como un grupo de alienígenas tocando blues en un garage. Si quieres un disco que te ponga las pilas, esto es lo que buscas.