Feedback-zine, septiembre 2006
Comenzaron su andadura a finales de los años setenta, cuando las bandas de punk proliferaban a lo largo y ancho de EEUU, inspiradas en la tradición de la escena del CBGB (The Ramones, Television, Patti Smith, Johnny Thunders & The Heartbreakers, Richard Hell & The Voidoids), el punk (The Clash, Buzzcocks, Sex Pistols) y el post-punk británicos (Magazine, Wire, The Pop Group, PIL).
"Playing Hardcore: Harder & Faster!"
Por aquellos años, un inquieto joven neoyorquino llamado Bob Mould llega a St. Paul (Minneapolis) para comenzar sus estudios en el Macalester College. Enseguida conoce a Chris Osgood, líder de la banda local The Suicide Commandos, con quien comienza a tomar clases de guitarra. Al mismo tiempo, gracias a sus habituales visitas en busca de gangas de segunda mano a la tienda de discos Cheapo’s Records, entabla amistad con el dependiente, Grant Hart, con quien comienza a fantasear con la idea de montar su propio grupo. Hart, batería aficionado, le presenta a Mould a su amigo Greg Norton, un fanático del jazz avant-garde y de la música electrónica que además toca el bajo en el garaje de la casa de sus padres.
Antes de darse cuenta ya están tocando juntos en una modesta formación llamada Hüsker Dü (que en sueco significa “¿te acuerdas?”) y cuyo nombre extraen de un juego de mesa en cuya caja podía leerse el eslogan “el juego donde los niños pueden burlarse de los adultos”. Debutan en Febrero de 1979 en un concierto universitario donde les acompaña un teclista que acabará por ser expulsado del grupo un par de semanas más tarde.
En Julio de ese mismo año y ya establecidos como “power trío”, actúan en el Longhorn Club de Minneapolis, desplegando un repertorio de corte ramoniano. Pero tras la traumática disolución de The Suicide Commandos, la escena punk de la ciudad se muestra más bien apática ante nuevas propuestas. Aún así, consiguen obtener una discreta repercusión que les anima a seguir tocando, hasta lograr fraguarse una cierta reputación y conquistar a un pequeño núcleo de seguidores incondicionales que acuden ineludiblemente a cada cita con el grupo. Sin embargo, la comunidad musical parecía más interesada en la incipiente carrera de "aquel artista llamado Prince" que en apoyar a estos recién llegados, por lo que, hartos de recibir negativas por parte de las discográficas, en 1981 deciden crear su propio sello (Reflex) para dar salida a su trabajo.
Inspirándose en la filosofía del “do it yourself”, la banda auto-edita un siete pulgadas titulado "Statues" (Reflex, 1981) que destaca por ofrecer un sonido discordante y abrasivo, más cercano al practicado por Wire y Throbbing Gristle que al punk-rock acelerado de sus inicios. Gracias a ello comienzan a ser objeto de las primeras críticas positivas y a establecer nexos de unión con otras bandas afines que, como ellos, han optado por el camino de la independencia. De esa manera, contribuyen a crear una especie de sentimiento de “comunidad” junto a gente como Black Flag, Dead Kennedys o Minutemen, asentando los cimientos del nuevo movimiento punk norteamericano.
"Abriendo horizontes".
Su salto al formato larga duración "Land Speed Record" sale a la calle en 1981. Grabado en directo en el 7th Street Entry Club de Minneapolis, se compone de un total de diecisiete canciones recogidas en apenas veintiséis minutos de vinilo en los que las voces de Mould y Hart parecen sepultadas en un gigantesco muro de sonido. La cubierta del álbum responde a las coordenadas habituales del género, consistiendo en la fotografía tomada de un recorte de prensa que muestra los ataúdes de los primeros ocho soldados muertos en acto de servicio durante la guerra de Vietnam. El disco se vende rápidamente entre los fans del “hardcore”, pasando a engrosar la cada vez más interesante nómina de debuts de comienzos de los ochenta, junto a Youth Brigade, Minor Threat, The Effigies, Flipper, The Meat Puppets o los ya mencionados Minutemen, Black Flag y The Dead Kennedys.
Sin perder tiempo, en Mayo de 1982, arremeten con un nuevo “single”, "In A Free Land", una gloriosa muestra de punk melódico a golpe de los sucios guitarrazos distorsionados de Mould, que muy pronto se convertirá en particular marca de fábrica de las composiciones del grupo. Tocando simultáneamente con dos amplificadores (un Marshall distorsionado y un antiguo Vox de sonido limpio) Mould crea la ilusión de varias guitarras sonando a la vez.
Pronto comienzan a tocar con otras bandas como R.E.M. y a girar con sus vecinos The Replacements, descubriendo la admiración que compartían con ellos por clásicos del pop de los años sesenta como The Beach Boys, The Beatles y The Byrds. Esto hace que comiencen a plantearse la naturaleza del “hardcore” como una limitación para el desarrollo de sus inquietudes artísticas y que comiencen a incluir en sus directos la versión del “Sunshine Superman” de Donovan, desafiando los códigos de la escena.
En 1982, auto-editan su primer álbum de estudio, "Everything Falls Apart" que evidencia el momento de transición que atraviesa la banda. Sin abandonar la intensidad de sus temas más abiertamente punk, la versión de Donovan inicia una nueva línea temática en sus letras, que sin acabar de abandonar la todavía presente critica a la política y la sociedad norteamericana, comienza a escorarse cada vez más hacia contenidos más personales, íntimos y hasta confesionales.
El primer indicio de su futuro giro estilístico llega con la publicación del "Metal Circus EP" (SST Records, 1983). El talante compositivo de Mould y Hart madura a pasos agigantados en las siete piezas que lo conforman, poniendo énfasis en la insistente búsqueda de nuevas e infecciosas melodías que provocan un notorio cambio hacia los medios tiempos.
Pero puede que esta bajada de revoluciones se deba en parte a causas más bien ajenas a la música... Por esa época, Hart abandona el consumo de “speed” y anfetaminas que en el pasado le habían reportado estimables efectos eufóricos y que comenzaban a pasarle factura a través de incómodos episodios de taquicardias e hipertensión.
Las voces también comienzan a cobrar protagonismo apreciándose en los textos un acercamiento progresivo al estilo torturado y emocional de los posteriores trabajos de Mould y anunciando las nuevas direcciones en las que se movería su música a partir de este momento. Resulta comprensible el cansancio que los tres mostraban hacia el componente acelerado y furioso que prevalecía en el “hardcore” practicado por sus compañeros de generación, decidiendo desmarcarse definitivamente del corsé genérico, aún a costa de ser despreciados por los puristas.
"Un Nuevo Espíritu".
En Octubre de 1983, la banda viaja a California para encerrarse en el estudio de Redondo Beach en compañía del productor de Black Flag, Glenn Lockett. Cuarenta y cinco horas después han grabado la totalidad de las canciones que formaran parte del álbum doble "Zen Arcade", además de un par de descartes y una nueva versión (insuflándole nueva vida esta vez al “Eight Miles High” de The Byrds), llegando incluso a superar el original. A lo largo de la maratoniana sesión, arremeten con rabia homicida contra la totalidad de las sillas del estudio para registrar los efectos de sonido que acompañarán a la canción “Pride”.
Tras tomarse el tiempo justo para dar cuenta de unas cuantas tazas de café y masticar una parca hamburguesa, vuelven al estudio para ultimar las mezclas definitivas en una nueva sesión continua de cuarenta horas. En total, ochenta y cinco horas después y cuatro mil dólares más tarde (que incluían los desperfectos de mobiliario) habían dado cuerpo a uno de los álbumes dobles imprescindibles de la historia del rock y reconducido su carrera, entrando en una ascendente etapa de inspiración artística que los convertiría en banda de culto y referencia a la hora de referirse a la música estadounidense de los últimos veinte años.
Aunque “Zen Arcade” puede ser considerado como un disco de punk, subvierte el género y se abre a la condición de “álbum concepto” sobre la entrada en la vida adulta iniciada por el "Tommy" de The Who, uno de los favoritos de la banda.
En su tercer corte, “Never Talking To You Again”, Mould se atreve con un hermoso y melancólico tema acústico de aliento folk, al tiempo que en la cara B del segundo disco el grupo entrega el excelente “Reoccurring Dream”, catorce minutos de épico, innovador e improvisado jazz-punk. Por supuesto, tendrán que soportar injustas e infundadas acusaciones por parte de los sectores más cerriles que les dan la espalda, señalándoles como unos vendidos a la causa del dólar.
Nada más lejos de la realidad puesto que no se trata ni de lejos de una obra convencional y mucho menos de un trabajo comercial. Al margen de la repulsa de los puristas del punk, la crítica musical acierta a juzgar “Zen Arcade” como lo que es: una visionaria obra maestra que combina melodías pop con el característico aire punk de la banda y que establece un puente hacia la “new wave”, el "acid rock", el "free jazz", la psicodelia, el folk y el sonido “sixtie”.
Del mismo modo, el disco obtuvo un éxito especialmente rotundo en las radios universitarias, donde sonaba sin descanso junto a otros álbumes igualmente míticos de la época, como el “Let It Bleed” de The Replacements, "Double Nickles Of The Dime" de The Minutemen y el "Reckoning" de los primeros R.E.M.
A finales de 1984, aún no recuperados completamente del esfuerzo sobrehumano que supuso “Zen Arcade”, deciden encerrarse de nuevo en el estudio para aprovechar su imparable racha creativa, grabando el igualmente imprescindible "New Day Rising", en el que destilan todavía más su sonido.
A pesar de haber sido repudiados por la escena “hardcore” al completo, el entusiasmo y el apoyo que reciben desde las “college radios” hacen que se sientan con la confianza suficiente como para no dudar en tomar prestadas de nuevo las armonías vocales de los The Beach Boys más experimentales, incluir teclados, cantar canciones de amor o introducir dulces pinceladas de pop soleado a su cruda interpretación del post-punk.
Lo que ganaban en optimismo no les hacía perder la perspectiva y el arranque del disco atrapa sin condiciones con la enérgica y despiadada “Plans I Make”, sonando disonante y “arty”, con una actitud que no desmerece en absoluto al empleado por cualquier otro ejemplar “underground” de la época (Big Black, Swans o Sonic Youth incluidos).
"Hombre duros, tiempos difíciles".
En vista de las tensiones internas sufridas en el seno del grupo con motivo de la inestable y adicta situación personal por la que atravesaba Mould, parece un milagro que así y todo, "Flip Your Wig" (SST, 1985) acabase saliendo adelante tan sólo ocho meses después de su todavía humeante trabajo anterior. Trece nuevas cargas de melodías punk-pop (más la hiriente y extraña “The Baby Song”) que no ocultan una excesiva exposición a la discografía básica de los Beatles. De hecho, canciones como “Hate Paper Doll” o “Makes No Sense At All” no desentonarían demasiado en el ínclito "Revolver", llegando incluso a versionar el “Ticket To Ride” de los "Fab Four" de Liverpool.
Con este disco la banda acaba por trascender el “ghetto” del circuito radiofónico universitario y se dan a conocer de cara al público masivo. Sus temas son programados en las emisoras de todo el país e incluso hacen un par de apariciones televisivas, tras lo que comienzan a recibir las primeras ofertas de las “majors” discográficas, que ven en ellos un interesante potencial pop que les abrirá las puertas al “mainstream”.
Al verano siguiente y siguiendo los pasos de The Replacements, abandonan SST para firmar con Warner, a cambio de mantener el control creativo sobre el material y reservándose el derecho a producir ellos mismos sus discos. Cuando la noticia llega a los medios, la prensa musical (y muy especialmente los "fanzines") comienzan a cuestionar la integridad de la banda y a conjeturar sobre el mediocre resultado de la operación.
Pero una vez más, la salida a la calle del nuevo álbum, "Candy Apple Grey" (Warner, 1986), consigue acallar las denuncias de sus detractores al demostrar a crítica y público que con su salto a la multinacional el sonido de la banda no se ha visto comprometido en absoluto. De hecho, si algo se puede decir del disco es precisamente todo lo contrario: que suena más personal y menos comercial -si cabe- que los dos anteriores. Es decir, que a Warner le sale el tiro por la culata y deben enfrentarse a un disco lleno de aristas y demasiado más agresivo y oscuro de lo que cabría desear.
Desde una primera escucha se percibe el mayor peso de Grant en el acabado final de las canciones, que en muchos casos se sustentan en su familiar y agresivo redoble. Pero lo cierto es que lo mejores temas son además los más tranquilos: Mould entrega dos nuevas y amargas baladas acústicas ("Too Far Down" y "Hardly Getting Over It") y Hart se desquita con líneas de teclado psicodélicas en su hermosa “No Promises Have I Made”. Se suceden los grandes aciertos melódicos, dando pie a verdaderas cumbres de su cancionero, como "Sorry Somehow" o "Don't Want To Know If You Are Lonely" de una rotundida y un lirismo desgarradores.
Pero el violento arranque, “Crystal”, discordante y ruidoso, supone un conato de rebeldía que echa por tierra cualquier atisbo de comercialidad, al apostar por letras duras y melodías desquebrajadas y entregar -una vez más- justo lo contrario de lo que se espera de ellos. De nuevo se encuentran nadando a contracorriente, con las cada vez más pronunciadas diferencias internas acentuándose y las presiones por parte de la discográfica en aumento, algo que se pone de manifiesto al finalizar la gira de presentación del disco.
"Everything Falls Apart"
Con Mould hospitalizado debido a sus excesos con las drogas y el alcohol, el grupo se enfrenta a un momento crítico. Para cuando Mould parece recuperado de sus adicciones, Hart ya está enganchado a la heroína. Mientras el primero se encuentra lleno de vitalidad y energía, el otro comienza a sumirse en depresiones y síndromes de abstinencia.
Ante semejante panorama, la discográfica exige la entrega de un nuevo álbum cuanto antes, temiendo por la estabilidad del conjunto. La relación entre Mould y Hart se deteriora cada vez más y poco a poco se van distanciando, aumentando las tensiones y las discusiones. Norton intenta mantenerse al margen mientras todo se desmorona a su alrededor e intenta concentrarse en apaciguar los ánimos, mediando el mismo con los representantes de la discográfica.
"Warehouse: Songs & Stories" llega con un par de meses de demora sobre lo acordado, pero ofrece una estupenda nueva colección de veinte canciones en las que predominan las melodías y los medios tiempos. Las reseñas del nuevo álbum doble no son del todo positivas, pero en Warner parecen satisfechos con el éxito masivo del vídeo de su “Could You Be The One?” en la MTV, que parece reservarle por fin un futuro prometedor a la banda.
Sin embargo, la noche antes de arrancar la gira de presentación la tragedia golpea al grupo a través de la persona de su “manager” y amigo íntimo, David Savoy Jr. Una llamada de teléfono les comunica que David ha aparecido ahorcado en su casa. A pesar de su historial maníaco-depresivo, el repentino suicidio coge a todos por sorpresa y los sume en una depresión devastadora que será decisiva en la separación definitiva.
Con los ánimos bajo mínimos, la gira se retrasa un mes. En este tiempo los vínculos vuelven a estrecharse y se acuerda asumir las labores de representación como en los viejos tiempos, rechazando las ofertas de la discográfica. De nuevo en la carretera, ofrecen una serie de conciertos (registrados en un directo póstumo de 1994, "The Living End", que recoge varias actuaciones del "tour") que hacen recobrar nuevas esperanzas sobre el estado de forma de un grupo que, hasta ese momento, siempre había sabido superar las adversidades.
Por desgracia, el recrudecimiento del problema de Hart con las drogas provoca un nuevo enfrentamiento (esta vez violento) con Mould que termina con una espectacular pelea entre ambos. Será al llegar la gira a Minneapolis cuando Mould anuncie que abandona el grupo.
"Live Through This".
Se barajan varias hipótesis sobre las razones que empujaron a Mould a tomar una decisión tan drástica. Por un lado, la conflictiva adicción de Hart hacía peligrar cada vez más las actuaciones en directo, contribuyendo a que las diferencias creativas y personales entre ambos(cada vez más irreconciliables) se acentuasen, llevando al grupo a una situación insostenible.
Por otra parte, Mould comenzaba a sentirse estafado y desencantado con la industria, mientras veía impotente como los directivos de Warner ejercían cada vez más presión sobre él y su banda, exigiéndoles la consecución de ese “hit” definitivo que nunca llegaron a firmar. Incluso la “prensa rosa” musical toma partido, llegando a insinuar una relación sentimental no correspondida entre Hart y Mould como principal motivo de la ruptura.
En una de sus escasas comparecencias públicas, Mould despacha el tema aduciendo hastío y aburrimiento. Parecía como si el prolífico caudal creativo se hubiese agotado, acusando un sonido cada vez más repetitivo y cansino.
A aquellos tres jóvenes surgidos del punk, que habían crecido y madurado juntos, les llegaba el momento de tomar caminos separados.
Norton pasó una temporada en Atlantic City, regentó una licorería en New Jersey y tras su fugaz paso por la banda local Green Area, abandonó definitivamente la música y regresó a su ciudad natal para convertirse en cocinero. Actualmente, lleva más de diez años siendo el “chef” de un exclusivo restaurante para "gourmets" en Red Wing, Minessota.
"Grant Hart: sólo y en buena compañía"
Por su parte, Grant Hart fue el primero en iniciar una carrera en solitario, firmando de nuevo con SST Records para editar un single (“2541”) anticipo de su aclamado debut en solitario, "Intolerance" que nos lo devuelve en un admirable estado de forma.
Poco tiempo después, estrena nueva formación de ecos Burroughianos y despertando buenos augurios entre la prensa especializada junto a sus secuaces de Nova Mob, con los que llegará a firmar una breve, intensa y ecléctica discografía.
Una vez volcado de nuevo en su trayectoria como solitario, Hart ha participado en condición de artista invitado en álbumes como el crepuscular "Gung Ho" de su amiga Patti Smith.
"Bob Mould: Growin' Up In Public"
Después de firmar un jugoso contrato con Virgin America, Bob Mould inauguró su excelente faceta como songwriter con el clásico "Workbook", un soberbio trabajo semi-acústico que precede a un momentáneo regreso a sus inicios más ruidosos y duros, con el menos satisfactorio -pero igualmente disfrutable- "Black Sheets Of Rain".
Su brillante trayectoria al márgen de su Hüsker Dü, Mould aún reservaría una nueva y grata sorpresa a los seguidores del abrasivo sonido de su mítica banda. Su nuevo "power trio", Sugar, alcanza rápidamente el "status" propio de una de las influyencias musicales básicas de los años noventa, practicando un rock de ascendencia indie que establece numerosos nexos de unión con su pasado hardcore, filtrado a través de la nueva sensibilidad de bandas como Pixies. Los tres álbumes resultantes, "Cooper Blue", "Beaster y "F.U.E.L" se encuentran entre lo mejor de la década.
Siempre preocupado por la salvaguarda tanto de su libertad artística como de su intimidad personal, Mould huye del fenómeno del "hype" disolviendo el grupo en el cúlmen de su carrera, motivado por los constantes rumores sobre su inclinación sexual filtrados por la prensa sensacionalista y debido a las habituales e inaceptables imposiciones de la industria discográfica.
Desde entonces, ha optado por adoptar un papel más discreto dentro del panorama musical independiente, brindándonos todavía ocasionales y rotundos triunfos en su carrera como solista ("Modulate", sin ir más lejos) e interesándose por explorar nuevos géneros musicales como la electrónica, convirtiéndose por derecho propio en una de las presencias más estimulantes del panorama musical actual.