martes, 19 de marzo de 2013

GRAM PARSONS, EL VAQUERO GALÁCTICO

Manuel de la Fuente
ABC02/11/2010




Del club de los muertos a los 27 años, las enciclopedias rockeras le consideran el creador del country-rock

Su enloquecida cabalgada humana y musical le llevó a desbocarse y morir prematuramente, a los 27 años, como otros miembros de este jodido club, Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix.

Pero en ese tiempo se convirtió en una de las figuras legendarias de la historia del rock and roll, del country-rock más exactamente, estilo que según las biblias rockeras Gram Parsons fundó en bandas como los Byrds, los Flying Burrito Brothers y en solitario al final de su carrera, cuando una bellísima y casi adolescente Emmylou Harris intentaba endulzar la vida y la obra de Gram con su concurso en The Fallen Angels, la banda de acompañamiento del músico.

En vida, Parsons, que sufrió en su adolescencia la trágica muerte de su padre (suicidio) y su madre (coma etílico), no le hizo ascos a nada: drogas, sexo, poesía beat, la Biblia, la tradición de los pieles rojas, malas compañías (los Stones entre ellas), peores bares y garitos, sobredosis de pasión y también de caballo, de bourbon, de anfetas, lo que se terciara. Pero fue un músico trascendental, una suerte de eslabón perdido entre la tradición campera de Hank Williams y la alucinación rockera de Jim Morrison y los Doors.



Su influencia

Si él fue continuador de la labor de tipos como Willie Nelson, Kris Kristofferson, Johnny Cash, Waylon Jennings (que ya pasaron por este juke-box hace unas semanas), la influencia de la obra de Gram Parsons es perceptible en cantidad de grupos del llamado Nuevo Rock Americano, como Dream Syndicate, los Long Ryders, Green on Red, y también de tantas y tantas bandas que han hecho del country contemporáneo su bandera y su religión, como Wilco y The Jayhwaks, sin ir más lejos.

Pero basta de palabrería. Que hable la música de Parsons, en las voces de dos de sus herederos: Jeff Tweedy (de nuevo la Wilco-connection) y Jay Farrar, cuando formaban los maravillosos Uncle Tupelo. En la Unión, la tradición pasa de generación en generación. Por eso la múisca norteamericana sigue vive y palpitante a través de la pradera del tiempo.